Silvia Gómez Tagle
Conago, hacia un nuevo federalismo
La relación entre los gobernadores y el Presidente se tornó problemática en la medida en que avanzó el pluralismo: desde 1997 los gobernadores panistas habían presionado a Ernesto Zedillo, condicionando su voto favorable al presupuesto a cambio de recursos adicionales para sus estados. Sin embargo, la relación gobernadores-Presidente se ha tornado más difícil después de las elecciones federales de 2000, porque ahora Vicente Fox se encuentra en una situación de mayor debilidad en la medida en que su partido sólo gobierna nueve estados. Hoy la cuestión se ha invertido: son los priístas lo que en alianza con los perredistas hacen lo mismo al primer presidente panista.
El tema de los recortes sobre el presupuesto 2002 aprobado por el Congreso, así como las declaraciones contradictorias de Fox y del secretario de Hacienda dispararon la inquietud de los mandatarios estatales, quienes se reunieron en varias ocasiones en el presente año. La información fiscal, así como respecto a los ingresos reales del petróleo, sigue siendo poco clara. Ni gobernadores ni Congreso tienen manera de verificar los informes trimestrales que les proporciona Hacienda: que suba o baje la recaudación queda en el terreno de la fe, y de la misma manera el gobierno federal disminuyó las participaciones a los estados en 11 por ciento, lo que equivale a 20 millones de pesos. Los gobernadores han cuestionado con toda razón la falta de transparencia en las finanzas públicas. Habría que explicar, por ejemplo, por qué se guardan tan altas reservas de divisas y en cambio existen programas sociales y económicos que muestran un enorme subejercicio; también tendrían que someterse a discusión en el Congreso, así como en distintos niveles de gobierno, las estrategias para el desarrollo económico y sus consecuencias en la sociedad.
Antes que subir los impuestos, como había propuesto Francisco Gil, los gobernadores proponen combatir eficazmente la evasión fiscal y ampliar la base de contribuyentes, redistribuir mejor las fuentes de ingresos entre estados y Federación (IVA, ISR, IEPS), ya que en la actualidad 96 por ciento de la recaudación es controlada por la Federación. En la actualidad, municipios y estados sólo captan 4 por ciento de la recaudación mediante predial, servicios de hospedaje, nómina, tenencia de vehículos, adquisición de bienes inmuebles o muebles, lo que sólo representa 15 por ciento.
La Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) se conformó oficialmente el 13 de julio de 2002 con 17 mandatarios del PRI y cinco del PRD (La Jornada, 14/7/02, p. 12). Es una asociación civil de autoridades estatales que representa dos terceras partes de las entidades federativas, que producen 72 por ciento del PIB y concentran 70 por ciento de la población. Pretende constituirse en una instancia legítima de interlocución con el gobierno federal para resolver los problemas que afectan a sus respectivas entidades, no con el propósito de confrontar al Ejecutivo federal, pero sí como una llamada de atención firme para que tome con mayor seriedad los compromisos que establece con los gobiernos de las entidades.
No se trata de un bloque de gobernadores opositores, como se ha pretendido presentar en los medios para descalificarla, ya que desde un principio invitó a todos los integrantes del pacto federal, incluyendo gobernadores panistas; sin embargo, ya sea porque ellos fueron los que se excluyeron o porque ha prevalecido la opinión de que la Conago debe seguir siendo un espacio específico de gobiernos de oposición, hasta ahora los panistas no han participado.
Los cambios políticos se manifiestan entre en el surgimiento de nuevos actores políticos y en la necesidad de consolidar la transición democrática con el diseño de nuevas instituciones acordes con las nuevas realidades del país. De hecho, antes de asumir la Presidencia Fox se comprometió con las organizaciones de la sociedad civil, representadas en Poder Ciudadano, a "construir un nuevo federalismo que fortalezca la soberanía de los estados y les otorgue mayores facultades y presupuesto, posibilitando mayor participación de la ciudadanía en la toma de decisiones". Pero después de dos años de gobierno foxista, el asunto de la recaudación fiscal y del presupuesto sigue siendo básicamente opaco, a pesar de que el tema de la recaudación fiscal y la distribución de recursos es un asunto de interés nacional de tal importancia que no puede quedar en manos del Ejecutivo federal, en un esquema autoritario de decisión como el que prevaleció en México durante muchos años.
En el año que está a punto de concluir ha surgido la Conago y se perfila como el interlocutor más sólido en la defensa del federalismo y en la vía de los hechos. Sin necesidad de reformas constitucionales se ha configurado un actor político que propone nuevos esquemas de negociación en la toma de decisiones.
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