Antonio Gershenson
Reservas petroleras: nueva revisión a la baja
Según un conocido semanario especializado, Pemex
volvió a revisar, a la baja, sus datos oficiales de reservas de
petróleo crudo y gas natural. Esta revisión, que habría
tenido lugar en septiembre, habría sido para cumplir con los lineamientos
de la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, equivalente
en cierto sentido a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores mexicana.
Según esta revisión, las reservas probadas
de crudo serán, al próximo primero de enero, de 12 mil 622
millones de barriles. El pasado primero de enero esta cifra fue de 22 mil
419 millones, lo cual implica una reducción de 44 por ciento. En
menos de tres meses, cuando se hagan públicas en el siguiente Informe
de Labores de Pemex, sabremos las cifras con mayor precisión y detalle,
pues es muy importante saber cuánto queda en cada región
petrolera.
Se habla de las reservas en años de la producción
actual. Antes de la primera revisión, proyectada en 1995 e iniciada
en campo en 1996, se llegó a hablar de 51 años. La cifra
fue bajando gradualmente hasta 44 años en el primer día de
1996. Al final de esa revisión, ya eran 23 años, que bajaron
a 20 a principios de 2002. Hoy, si se confirman las cifras publicadas de
las que hablamos, serán 11 años de reservas probadas.
Sin embargo, lo decisivo hoy son las reservas en las regiones,
marinas, de donde vienen las tres cuartas partes de la producción
nacional. A principios de este año, las reservas equivalían
a 13 años de la producción vigente en esas regiones, frente
a los 20 años de la cifra nacional. Es claro que si las reservas
nacionales equivalen a 11 años de la producción nacional,
las de las regiones marinas serán menores, pues la revisión
de la metodología no puede impactar sólo a unas regiones
y a otras no. En todo caso, puede notarse más en la región
norte, porque las reservas de Chicontepec son las más discutibles;
pero habrá que ver su impacto en las regiones marinas.
Tratándose del gas, el panorama es aún más
delicado. La nueva cifra, para el próximo miércoles primero
de enero, es de 8,766 miles de millones de pies cúbicos. La cifra
oficial para el primer día del año que está terminando,
fue de 28,151 miles de millones. La reducción, aquí, es de
69 por ciento. Aunque la fuente no cita el nivel de producción del
gas natural, ya antes de esta revisión quedaba gas, en las regiones
marinas, equivalente a 7.6 años de la producción del momento.
Habrá que ver, cuando se conozcan las cifras desglosadas, cómo
quedan las cosas en estas regiones, pues la presión del gas es el
elemento original que impulsa al crudo hacia la superficie, además
del papel que juega como energético y como materia prima de la petroquímica.
Esta segunda revisión, obviamente, pone, por lo
menos, en duda todos los datos anteriores de reservas, incluso en países
en los que se siguen manejando las cifras de la era del auge petrolero.
Y coloca en un primer plano la necesidad de definir claramente, en el país
y en el mundo, los plazos de la transición al uso de nuevas fuentes
de energía, además del uso más eficiente de las existentes.
Y nos obliga a diversificar las fuentes de generación de electricidad,
para no encontrarnos en un futuro no lejano ante una escasez que no tenga
remedio inmediato.
Además del pleno aprovechamiento del agua, del
viento y de la geotermia, hay en curso procesos de desarrollo y adopción
de procedimientos como el uso de celdas de combustible, principalmente
con base en hidrógeno, que generan directamente electricidad sin
necesidad de combustión. Esta última forma de generación
de energía se ha usado también para impulsar vehículos
directamente, que no había sido el caso de otras formas alternas
de generar electricidad.
Este proceso de hecho está en marcha, en unos países
más rápido que en otros, y en el nuestro demasiado lentamente.
El asunto está en que al haber menos reservas de petróleo
y gas que lo que se consideraba, este proceso se debe acelerar.