Continúa la pasión de Hollywood
por la sensual danza
En Assasinatión Tango, Robert Duvall
es seducido por el ritmo rioplatense
DPA
nueva york, 11 de enero. La pasión de Hollywood
por el tango no es novedad. Desde Rodolfo Valentino pasando por Al Pacino
y Jack Lemmon, numerosas estrellas de la pantalla grande han bailado la
sensual danza frente a las cámaras. Ahora, le llegó el turno
a Robert Duvall.
Nacido en los bares y prostíbulos de Buenos Aires
a finales del siglo XIX, el tango logró lentamente difundir su popularidad
escalando nivel hasta llegar a los sofisticados salones de baile europeos
durante la Primera Guerra Mundial.
Un
experimentado bailarín, Duvall, mostró su habilidad con el
tango durante una gala en la Casa Blanca, organizada en 1997 para homenajear
al entonces presidente argentino Carlos Menem. El actor se lució
en la pista junto a su novia, la argentina Luciana Pedraza.
Desde entonces, una de sus principales metas fue realizar
una película que centrara su trama en el tango. Tras varios años
de esfuerzos, Duvall logró escribir, producir, dirigir y protagonizar
el filme Assassination Tango, el cual será estrenado este
mes en Estados Unidos.
La cinta de bajo presupuesto trata sobre un asesino a
sueldo (Duvall) que es enviado a Argentina para matar a un general. Durante
su estadía en el país sudamericano, el hombre se ve capturado
por la pasión del mundo del tango.
El elenco incluye al músico y actor Rubén
Blades, a Kathy Baker y a la misma Pedraza. Las coreografías estuvieron
a cargo del renombrado bailarín de tango Miguel Angel Zotto.
Assassination Tango es la más reciente de
una serie de películas, como Tango Bar y The Tango Lesson,
en las que la danza es una parte integral de la trama y la vida de sus
personajes.
De Schwarzenegger a Pacino
Sin embargo, en otras filmaciones, el tango está
presente en una escena breve pero enciende la pantalla y fascina a la audiencia.
Pocos hubieran imaginado al corpulento Arnold Schwarzenegger
bailando tango junto a Tia Carrera en la escena inicial del filme de acción
True Lies (estrenado en 1994), mientras que Raúl Julia y
Anjelica Huston hacen lo propio en la comedia, La Familia Adams
(1993).
Asimismo, la escena en la que Dominique Sanda baila provocadoramente
el tango con Stefania Sandrelli, en el filme de Bernardo Bertolucci Conformist,
de 1971, despierta una pasión poco vista en la pantalla. El cineasta
volvió a utilizar la danza en su controvertida cinta El último
tango en París, con Marlon Brando y Maria Schneider.
Pero quizás una de las escenas de tango más
recordadas por el público es la de Perfume de mujer, de 1992,
cuando Al Pacino, en la piel de un coronel ciego, saca a bailar en un hotel
a una hermosa extraña, encarnada por Gabrielle Anwar.
Inicialmente, el personaje de Pacino se muestra cauteloso
en la pista, pero luego se deja llevar por la música, permitiendo
de esta manera sacar a relucir cierta sensibilidad detrás de su
personalidad solitaria y torturada.
En Random Hearts, estrenada en 1999, del director
Sydney Pollack, Harrison Ford y Kristin Scott Thomas descubren tras un
accidente fatal de avión que sus esposos son amantes. Al ir en busca
de respuestas, los dos se encuentran en un local de baile -el preferido
de sus esposos- frente a una serie de parejas que entrelazan sensualmente
sus cuerpos en un tango.
La escena causa confusión, rechazo y finalmente
despierta la atracción entre los protagonistas. Pocas danzas logran
un efecto similar, tanto en los bailarines como en aquellos que observan
el movimiento sincronizado de los cuerpos.