Dos heridos durante concentración de opositores social cristianos en Caracas
En 43 días, el sector petrolero venezolano ha sufrido pérdidas por más de 4 mil mdd
Gana apoyo la iniciativa brasileña de crear un grupo de países amigos de Venezuela
REUTERS, PL, AFP Y DPA
Caracas, 13 de enero. El paro general en Venezuela cumplió este lunes 43 días, durante los cuales ha provocado pérdidas por más de 4 mil millones de dólares en la industria petrolera, mientras continuaron las marchas y manifestaciones de opositores y simpatizantes del presidente Hugo Chávez, que este día dejaron al menos dos personas heridas.
Las pérdidas por el colapso de la industria petrolera fueron reveladas por el ministro de Energía, Rafael Ramírez, aunque dijo que se está superando "el saboteo" de los gerentes huelguistas de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Ramírez precisó que la producción petrolera venezolana, normalmente de 2 millones 800 mil barriles diarios, es ahora de poco más de 800 mil barriles diarios. No obstante, el líder de los gerentes huelguistas de PDVSA, Juan Fernández, afirmó que no pasa de 413 mil barriles al día.
A su vez, la portavoz de la alianza opositora Coordinadora Democrática, Haydée Deustch, dijo que el presidente venezolano está "entregando" la industria petrolera a manos de la competencia extranjera, en un intento por reanimar la producción de crudo, y aseguró que "destruir la industria no tiene perdón y además es un delito".
Mientras, la mesa de negociación entre el gobierno y la oposición retomó hoy "con cierta intensidad" la discusión sobre una salida electoral a la crisis, según el mediador, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, quien dijo que la próxima sesión de la mesa, que no ha arrojado resultados hasta ahora, será el jueves, a su regreso de Ecuador, donde asistirá a la toma de posesión del coronel retirado Lucio Gutiérrez, como mandatario de ese país.
Lula apuesta por la solidaridad
La ocasión será aprovechada para que los mandatarios asistentes el miércoles a la investidura de Gutiérrez, bajo el liderazgo del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, discutan la iniciativa de crear un grupo de países amigos.
El grupo de países amigos de Venezuela apoyaría los esfuerzos desplegados por la OEA para encontrar una solución a la crisis y evitar el riesgo de una guerra civil, según la propuesta de Brasil, cuyo canciller Celso Amorim ha establecido contactos con los gobiernos de América Latina y Estados Unidos sobre el caso venezolano.
Estados Unidos, sin embargo, aún no ha definido qué países deberían forma parte del grupo de amigos, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.
El canciller venezolano, Roy Chaderton, aseguró en Santafé de Bogotá, donde hizo este lunes escala en su viaje a Quito, que su gobierno ve "con muy buenos ojos" la propuesta de Brasil, aunque señaló que apenas se está definiendo qué países participarían.
La oposición venezolana no desea que ningún país limítrofe integre el grupo de amigos y reclama una asamblea general de cancilleres del hemisferio para tratar la situación, dijo Timoteo Zambrano, vocero de la mesa de diálogo que encabeza Gaviria, tras reunirse en Washington, junto con el líder de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), con funcionarios del Departamento de Estado.
El gobierno estadunidense rechazó en principio la iniciativa de Brasil al sostener que podría llevar a "dispersar" los esfuerzos de Gaviria, pero el pasado viernes el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, indicó que Estados Unidos considera participar en el grupo.
Este lunes, España, que estará representada en la investidura de Gutiérrez por el príncipe Felipe de Borbón, anunció su disposición de participar en el grupo de países amigos de Venezuela.
Asimismo, la Comisión Europea manifestó su apoyo a la propuesta, pero señaló que el grupo "debe reforzar y apoyar los esfuerzos de la OEA", según un portavoz de Chris Patten, comisario europeo de Relaciones Exteriores.
En Estados Unidos, Zambrano y el representante de la CTV en ese país, Aníbal Ortega, se reunirán en Nueva York con miembros del Consejo de las Américas y del Consejo de Relaciones Internacionales, y no se descarta una reunión con el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, dijeron fuentes opositoras. El presidente Chávez, a su vez, se reunirá con Annan el jueves en la sede de la ONU, confirmó el organismo.
La administración del presidente George W. Bush urgió hoy a la oposición venezolana a trabajar más duro en las negociaciones con el gobierno de Chávez, para llegar a un acuerdo que ponga fin a la huelga general. El subsecretario de Estado Adjunto para América Latina fue el encargado de transmitir este mensaje a los líderes de la oposición venezolana.
El vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, reiteró que Washington apoya las gestiones del secretario general de la OEA para facilitar una solución pacífica, constitucional, democrática y electoral a la actual crisis.
En tanto, miembros de la policía regional de Maracaibo, a 500 kilómetros al oeste de Caracas, reprimieron con bombas lacrimógenas y balas de goma una manifestación oficialista que marchaba hacia la sede del gobierno estatal para exigir el fin del paro que inició la oposición el pasado 2 de diciembre.
Maracaibo es la capital de Zulia, el principal enclave petrolero del país y uno de los más importantes escenarios de la huelga petrolera.
En el centro de Caracas, dos personas resultaron heridas cuando simpatizantes del gobierno lanzaron piedras a los dirigentes del partido opositor social cristiano Copei, que celebraban un acto en la plaza Bolívar.
Un efectivo de la Guardia Nacional y un transeúnte que estaban cerca de los dirigentes del partido recibieron pedradas en el rostro, lanzadas por seguidores del gobierno, que fueron repelidos con balas de goma y bombas lacrimógenas.
Al entrar a la séptima semana de paro, la oposición advirtió que radicalizaría la huelga sumando más sectores, mientras el presidente amenazó a los directores y profesores de los colegios públicos con suspenderles el sueldo si no asisten a sus labores, y con militarizar plantas y depósitos alimentarios que acaparen productos básicos.
Aunque los líderes de la huelga, de la CTV y de la cúpula empresarial Fedecámaras, anunciaron que para este lunes se sumarían al paro los transportistas, portavoces de varios gremios de Caracas garantizaron que "continuarán prestando su servicio".
Chávez anunció la víspera que instruyó a las fuerzas armadas "para que muevan todas las cuentas de los militares a otros bancos" que no hayan acatado el paro al que convocó la federación de trabajadores de ese sector el jueves y viernes pasado, y que tuvo una respuesta parcial.
El anuncio llevó al presidente del banco venezolano Banesco, Juan Carlos Escotet, a reunirse con Chávez para explicarle la situación de su entidad que fue una de las pocas nacionales que detuvo sus actividades. Sin embargo, el banquero dijo que si el mandatario mantiene su decisión, "nosotros vamos a colaborar para que esa decisión se lleve a cabo", aunque dijo que de la reunión se desprende que Chávez está dispuesto a tratar de promover algún tipo de acuerdo.
Paralelamente al paro y a las marchas, la oposición mantiene una fuerte campaña para que unos 11 millones de personas acudan a votar el 2 de febrero en un referéndum revocatorio de mandato, aun cuando Chávez ha reiterado que sólo acatará una consulta similar si se realiza como está previsto en la Constitución, es decir, después de transcurrida la mitad de su mandato, en agosto de este año.
Pese a lo que dicta la Constitución, las autoridades electorales comenzaron a diseñar un plan de apoyo voluntario de carácter ciudadano que permita la realización de la consulta, informó el presidente del Consejo Nacional Electoral, Alfredo Avella.
En Colombia, una marcha de apoyo a Chávez, con cerca de 300 líderes del principal partido de izquierda y sindicalistas colombianos, partió en diversos vehículos hacia Caracas para participar en una "caravana bolivariana de solidaridad" con el propósito de brindar apoyo al gobierno venezolano, dijo el dirigente de la marcha, José Cuesta.
En Buenos Aires, más de mil personas, entre ellos piqueteros (desocupados), marcharon hacia la embajada venezolana para entregar un comunicado de apoyo al gobierno de Chávez, entre cuyos firmantes figuran varios organismos humanitarios argentinos.