HOMENAJE OFICIAL A LA PERPETUIDAD
Lamenta que las autoridades no actúen de acuerdo
con las opiniones populares
En la rotonda faltan Juárez, Zapata, Villa y
Pedro Infante, dice sepulturero
Debe estar ahí Dolores Murrieta de Gayosso, que
donó el terreno del cementerio, señala
MONICA MATEOS-VEGA
"Aquí en la rotonda falta Benito Juárez.
¿Y a poco no le gustaría que estuviera Emiliano Zapata? ¡Y,
claro, Pancho Villa! Es decir, gente que valió la pena, que deveras
la pudo, y no desconocidos. Porque mire, venga para acá y
dígame, ¿usted conoce a éste?"
Habla uno de los encargados de mantener "relucientes y
con el pasto bien recortado" las 104 tumbas que conforman la Rotonda de
los Hombres Ilustres del Panteón de Dolores.
Le
dicen Chico Malo y así pide que su nombre salga en el periódico
"para guardar el anonimato" y poder decir que le "da mucho coraje" de que
los tienen siempre "bien movidos, limpie y limpie" con el propósito
de que la rotonda luzca impecable, aunque a pocos pasos de ahí está
el sepulcro abandonado, en muy mal estado, de la mujer que donó
el terreno para construir todo el cementerio.
"Venga, le voy a enseñar donde está sepultada
doña Dolores", dice Chico Malo mientras se dirige atrás
del muro de mármol de la tumba de Rosario Castellanos, cuyo epitafio
reza: "Sabed que entre mis labios de granito quedarán detenidas
las palabras".
Allí se encuentra un hueco entre la enramada para
poder llegar más rápido a otro sector del cementerio. "¿Cómo
ve? Esta es la rotonda de los pobres", añade mientras señala
un estanque circular lleno de agua lamosa. Todo es seco y gris alrededor.
Se detiene sobre un montículo de tierra.
"Aquí es", advierte, y entonces traduce lo que
apenas se ve en un pedazo de lápida: "Dolores Murrieta de Gayosso.
Mayo de 1876. Su tumba tenía un ángel antes, pero se lo robaron.
Esta señora debería de estar allá, en lo bonito, pero
nunca lo van a hacer. Estas son las cosas que no sabe el gobierno."
El empleado del Panteón de Dolores narra: "antes,
cuando estaban en el gobierno los priístas, los principales eran
el general Miguel Negrete (1824-1897) y José María Pino Suárez
(1869-1913). Les hacían sus ceremonias, pero con el sistema de gobierno
de ahorita, con eso del cambio, ni quién se acuerde de ellos.
"Si supieran un poquito más de aquí, su
elegido para homenajes podría ser Sebastián Lerdo de Tejada,
que fue el fundador de la rotonda."
Chico Malo conoce la historia del lugar porque
escucha lo que dicen los guías de turistas que frecuentan el sitio:
"el presidente Lerdo de Tejada ordenó construir un lugar de honor
para los hombres ilustres del país. El primero en ser enterrado
aquí fue el coronel Pedro Letechipia, por luchar en la Reforma".
Agrega que la llama que se encuentra en el centro del
recinto siempre está encendida, aun con lluvia. "Bueno, sólo
se llega a apagar cuando cae granizo. ¿Y quiere saber un dato curioso?
Aquí el único que está de cuerpo completo es Agustín
Lara, los demás son puras cenizas."
El sepulcro de El Flaco de Oro es el más
visitado "por gente de antaño", por eso es la tumba que siempre
tiene flores frescas, y a la que acude con puntualidad cada semana una
persona -"quizá es su familiar"- que limpia y "está un ratito
rezándole. También a Amado Nervo lo vienen a ver mucho, sobre
todo estudiantes. Y a los pintores Diego Rivera y Siqueiros".
Chico Malo dice que por las mañanas cuida
la rotonda. "Por las tardes entierro muertitos, ahí los que van
saliendo." Según sus cálculos, de los 104 mausoleos unos
30 están ya deteriorados, "pero ahorita sí quién sabe
si los vayan a reparar, porque parece que este lugar ya no va a depender
del Gobierno del Distrito Federal".
-¿A quién más le gustaría
que enterraran aquí?
-Más que quienes le dije antes, a Pedro Infante.
¿A poco a usted no? También he escuchado comentarios de visitantes
que dicen que les gustaría que aquí estuviera Cantinflas,
pero el gobierno ya está muy cambiado y ellos hacen las cosas según
su manera de pensar, no la de nosotros.