BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
La batalla de dos supersistemas: Estados Unidos vs.
Unión Europea
El 11-S, pretexto para conculcar libertades
"Periodo demencial peor que el macartismo"
NO EXISTE LA democracia global. Si existiese, no
se desplegarían siquiera los preparativos en marcha para emprender
la guerra contra Irak, un país cuya población civil ha sido
excesivamente martirizada por el cruel castigo anglosajón durante
una década plena. Prácticamente el mundo entero se ha pronunciado
en contra de la guerra, pero a pesar de las maravillosas manifestaciones
pacifistas en todo el planeta este fin de semana, el equipo Bush, controlado
por una camarilla sedienta de sangre y petróleo, está dispuesto
a confrontar la voluntad universal, incluyendo a la sociedad civil de Estados
Unidos, que se ha expresado gallardamente en varias ciudades contra el
belicismo de su gobierno, una genuina petrocracia plutocrática.
En México, el país de don Alfonso García Robles, premio
Nobel de la Paz, la sociedad civil debe dejar asentado su repudio a la
demencial guerra contra Irak.
¿EU SE HA VUELTO LOCO?, pregunta
en un artículo muy sonado John Le Carré, diplomático
(cinco años funcionario del servicio exterior) y célebre
novelista británico (Times, 15 de enero). En la óptica
nada desdeñable de John Le Carré, "Estados Unidos atraviesa
por un periodo demencial peor que el macartismo, la Bahía de Cochinos
y potencialmente más devastador que la guerra de Vietnam": los atentados
terroristas del 11 de septiembre dieron pie a que las libertades en Estados
Unidos hayan sido conculcadas por su propio gobierno (el Acta Patriótica,
de corte orwelliano). Sin Osama Bin Laden, a juicio de John Le Carré,
la "junta" de Bush todavía estaría justificando su elección,
seguiría empantanada en el "asunto Enron" (le faltó agregar
la pestilente empresa petrolera texana Halliburton, que dirigió
Dick Cheney, el actual vicepresidente), y debería explicar por qué
favorece a los más ricos y desprecia el medio ambiente y a los países
pobres, y por qué abroga unilateralmente los tratados internacionales.
La "locura histórica" de Estados Unidos ha sido posible gracias
a "los medios de comunicación complacientes y los intereses empresariales".
El trueque de Osama Bin Laden por Saddam Hussein "es uno de los mayores
trucos de relaciones públicas conjurados de la historia". La filípica
de John Le Carré sustenta que la guerra contra Irak, que califica
de "aventura colonial" planificada desde tiempo atrás por la "junta"
Bush, representa el vehículo propicio que garantiza el crecimiento
económico de Estados Unidos para realizar una demostración
ejemplar de fuerza frente a Europa, Rusia, China, Medio Oriente y Norcorea.
HA
SIDO NUESTRA hipótesis que detrás de la "guerra multidimensional"
que despliega Estados Unidos en varios frentes del planeta subyace una
confrontación contra la Unión Europea (UE), que admite explícitamente
Daniel Pipes en "EU vs. Europa", que apareció simultáneamente
en The New York Post y The Jerusalem Post (14 de enero).
Daniel Pipes, director del Foro del Medio Oriente (ligado a la única
potencia nuclear de la región y al grupo Likud del general Ariel
Sharon, que ha sido descubierto en sus lazos con el crimen organizado trasnacional),
y autor del libro El Islam militante alcanza EU (que se inspira
del fanático racista Bernard Lewis), acaba de fundar Campus Watch,
una organización propagandística que difunde (mejor dicho,
intoxica) en las aulas universitarias de Estados Unidos el punto de vista
ultraconservador sobre Medio Oriente.
PIPES LANZA SUS dardos venenosos contra la UE donde
señala que el libro La gran impostura, de Thierry Meyssan
(director de la Red Voltaire, conectada al Partido Socialista francés),
ha sido un éxito impactante en las librerías. Cabe recordar
que el polémico libro afirma que el "11 de septiembre" fue un "autoatentado",
lo cual no conviene a los intereses facciosos de Pipes, a quien le indignaron
las inolvidables manifestaciones de Florencia contra la globalización
y su principal beneficiario, Estados Unidos.
EN LUGAR DE VER la paja en el ojo ajeno y realizar
una sana autocrítica introspectiva, Pipes se cura en salud para
explicar la antipatía europea (y mundial) hacia Estados Unidos,
al basarse en un reciente análisis descabelladamente reduccionista
del estadunidense Ken Sanes: "Choque de los supersistemas" (Asia Times,
7 de enero).
PIPES OCULTA QUE Sanes es un ex periodista que
se consagra ahora a los actos de propaganda, que "analiza" los medios en
un sitio de Internet. En realidad, el "análisis" a título
rimbombante de Ken Sanes constituye una hibridación grotesca del
Choque de las civilizaciones del racista Samuel Huntington y las
posturas de Daniel Pipes, un enemigo declarado de la teología de
la liberación católica.
SEGUN LA INTERPRETACION de Pipes, aunque la división
geográfica propuesta por Ken Sanes no sea perfecta (nada más
eso faltaba), comportaría a su juicio la "originalidad (sic) de
exponer a Estados Unidos y la UE no como dos partes de un mismo sistema,
sino como dos sistemas diferentes que, pese a haberse aliado contra la
URSS, podrían ser los próximos adversarios del siglo XXI".
PARA KEN SANES, interpretado sesgadamente por Pipes,
no existen "dos supersistemas", sino tres, con aspiraciones globales que
configuran la política planetaria: 1) el "Islam militante", que
conjuga los consabidos defectos consustanciales: "extremismo, intolerancia,
resentimiento, crueldad, agresividad y totalitarismo" (nota: ¿cuál
sería la diferencia con los ultrahalconazos del equipo Bush?);
2) el sistema estadunidense y su "liberalismo individualista", que se lleva
todas las apologías ditirámbicas sin ninguna autocrítica,
se caracteriza por la "búsqueda de la felicidad y su énfasis
en el libre mercado y el gobierno mínimo" (nota: ¿la felicidad?,
¿de quién?); y 3) Europa y su "burocracia izquierdista",
que se ubica entre el "Islam militante" y el "liberalismo individualista".
LA RELACION DEMENCIALMENTE forzada de Europa con
el "Islam militante" que detecta singularmente Pipes consiste en que ambos
"dependen de un gobierno fuerte para conseguir sus objetivos". Ni merece
la pena debatir tamaña barbaridad.
EN SU INCONTINENCIA mental, Daniel Pipes interpreta,
bajo el modelo seudosistémico de Ken Sanes (quien por lo visto ignora
la teoría general de los sistemas del genial Ludwig von Bertalanffy),
que "las recientes tensiones entre Estados Unidos y la UE sobre temas tales
como la irradiación de los alimentos, la pena de muerte, el TPI
(Tribunal Penal Internacional; nota: la joya de los derechos humanos universales,
del que se lavó las manos el gobierno foxiano), Irak, y el conflicto
árabe-israelí, son signos de una división significativa
y no solamente de querellas transitorias". Entre otras carencias flagrantes
(la alimentación chatarra transgénica), al mañoso
de Pipes le faltó agregar la brecha conceptual entre la UE, que
favorece civilizadamente el tratado ambiental de Kyoto, y Estados Unidos,
un genuino depredador universal que con la mano en la cintura lo repudió.
LO UNICO REAL en lo que acierta la dupla Sanes-Pipes
es la amplia brecha que separa a la UE de Estados Unidos (habría
que matizar: con el equipo Bush), que busca aplicar unilateralmente la
barbárica "guerra preventiva" para imponer su cosmogonía
del "nuevo imperio". A propósito, Michael Ignatieff promueve sin
rubores la "necesidad" del "nuevo imperio de Estados Unidos" pese a la
"carga" (¡pobrecitos!) que ello significa (The New York Times,
5 de enero). La imperiosa "necesidad" proviene del 11 de septiembre que
obliga a que Estados Unidos use su poder global para imponer "orden" en
el mundo. ¡Vaya filantropía global! Ignatieff aduce que Estados
Unidos cesaría de ser una "república" para transformarse
en un imperio y que la "guerra inevitable" contra Irak representa el ingreso
de Estados Unidos a su papel imperial como "garante de la paz (sic), la
estabilidad (¡super-sic!), la democratización (¡ultra-sic!)
y el suministro de petróleo, en una región convulsionada
que se sitúa entre Afganistán y Egipto" (nota: ¿nada
más?).
¿COMO PUEDE COINCIDIR una república
democrática al interior con el neoimperio ruso-romano que busca
imponer Estados Unidos al exterior? ¿Cómo resolverá
Estados Unidos su esquizofrenia entre democracia doméstica y geopolítica
imperial? Si de por sí, la orwelliana Acta Patriótica ha
puesto en peligro de muerte a los derechos humanos en lo que queda de "democracia"
en Estados Unidos, manipulada por la telepublicracia, ¿no aniquila,
acaso, el "imperio" a la democracia y a los derechos humanos? Los proponentes
del neoimperio de Estados Unidos al estilo ruso-romano, ¿se olvidan
de que la Rusia zarista y la vieja Roma forman parte de la Europa de hoy?
¿Cómo cotejar el neoimperio ruso-romano de Estados Unidos
con el disparate del "choque entre los dos supersistemas", Estados Unidos
y la UE?
SEGURAMENTE EN EUROPA leyeron con pánico
los asertos de Ignatieff sobre el "benigno neoimperio ruso-romano de Estados
Unidos". Hace dos años las imprecaciones de Zbigniew Brzezinski
(ex asesor de seguridad de Carter) sobre la "inevitabilidad" de la unipolaridad
de Estados Unidos, en una serie de artículos epilépticos
y sicalípticos en la revista The National Interest (primavera
de 2000), habían conmocionado a la cancillería francesa al
sustentar que la expansión de Estados Unidos pasaba sobre el cadáver
europeo.
EN ESTADOS UNIDOS, y por extensión a su
pretendido "patio trasero" en Latinoamérica, prácticamente
no habitan islámicos (y los pocos que quedan más vale que
emprendan la huida antes de que los atrapen como chivos expiatorios para
cualquier propósito). El alboroto de mil 500 millones de islámicos,
que arreciará ostensiblemente con la guerra contra Irak, ¿está
destinado a desestabilizar deliberadamente la geografía sureña
de Europa, Rusia, India y China?
EN EL CONTEXTO de la esquizofrenia estadunidense,
el martes pasado Francia y Alemania, los verdaderos motores de la UE (que
incorporará 10 países más, para totalizar 25), consiguieron
un acuerdo histórico sobre su futura operatividad por medio de una
diarquía a presidencia bicéfala: un presidente para
el consejo de ministros, donde se genera su política, y otro para
la Comisión Europea (que propone leyes y las aplica) elegido por
el Parlamento Europeo. Ian Black comenta que las propuestas sobre la diarquía
a presidencia bicéfala, en caso de lograrse "le darán
un gran peso al Estado-nación europeo y aumentarán su legitimidad
democrática" (The Guardian, 16 de enero). En espera del acta
constitucional que elabora el ex presidente francés Valéry
Giscard D'Estaing, el eje franco-alemán se prepara a resistir los
embates de los ultrahalconazos del equipo Bush, quienes le han declarado
la guerra abierta a la UE, como al resto del género humano.