Demócratas y republicanos de EU buscan
con propuestas limitadas la simpatía de los hispanos
La reforma migratoria, en riesgo de reducirse a parches
legales
Oposición de sectores conservadores, campaña
contra la matrícula consular y hegemonía republicana en el
Congreso desdibujan una iniciativa de grandes vuelos, coinciden analistas
JIM CASON Y DAVID BROOKS /Y II
Washington y Nueva York, 24 de enero. La vociferante
y activa oposición de sectores antinmigrantes, la campaña
contra la matrícula consular y la nueva mayoría republicana
en las dos cámaras legislativas podrían generar el ruido
suficiente para que los políticos de la Casa Blanca y del Congreso
decidan, una vez más, postergar una reforma en materia migratoria.
El gobierno de George W. Bush ha incluido ese tema en
su lista de prioridades para este año; pero según algunas
versiones, la Casa Blanca ha abandonado sus planes para lograr la aprobación
de un amplio paquete de reforma a las leyes migratorias. En su lugar prepara
una serie de limitadas iniciativas que facilitarían el proceso para
solicitar la legalización e incrementarían el número
de inmigrantes a los que se les permite el ingreso al país mediante
ciertos programas, entre otras medidas.
Toda la atención se centra ahora en el Congreso,
señaló John Gay, vocero de la Coalición de Trabajadores
Esenciales, agrupación del sector privado pro inmigrante.
En entrevista con La Jornada, Gay explicó
que durante los últimos dos años el enfoque se había
centrado en la negociación entre México y Estados Unidos,
pero que ahora los promotores de una reforma en la materia entienden que
esas pláticas se han estancado y que el esfuerzo se debe centrar
en el Congreso de Estados Unidos.
''Aún estamos buscando toda la enchilada", explicó
Gay, en alusión a una frase del ex canciller mexicano Jorge G. Castañeda
para referirse a un paquete de reformas profundas, que incluyan la ampliación
de programas de trabajadores huéspedes y algún tipo de proceso
para obtener la legalización con base en el mérito de los
indocumentados residentes en el país.
Pero
los grupos empresariales, advirtió Gay, están más
interesados en un proyecto legislativo que pueda lograr el apoyo bipartidista
en vez de una iniciativa que resulte sólo una postura política
con fines electorales. Con los republicanos controlando las dos cámaras
del Congreso, todos entienden que será imposible lograr cualquier
reforma migratoria sin el respaldo de ese partido.
Con ese cálculo político presente, Gay señaló
que su influyente agrupación ha hablado con legisladores republicanos
para intentar medir cuánto apoyo existe para una nueva iniciativa
legislativa sobre el tema migratorio.
Angie Kelly, vocera del Foro Nacional de Inmigración
-coalición de agrupaciones pro inmigrantes-, indicó que comparte
la opinión de que la única posibilidad de éxito en
el Congreso es con una iniciativa que tenga el apoyo de los demócratas
y por lo menos algunos republicanos. Su organización ayudó
a convencer al líder de los demócratas en el Senado, Tom
Daschle, a postergar su intención de presentar una iniciativa de
reforma migratoria a principios de este año, con la idea de hacerlo
posteriormente, propuesta que gozó del respaldo de miembros de ambos
partidos.
Pero eso podría ser difícil. El problema,
según varios asesores legislativos entrevistados por La Jornada,
es que el politiqueo en torno del tema migratorio ha logrado congelar cualquier
proyecto comprensivo y serio en los últimos tres años.
Se han realizado un sinnúmero de debates y discusiones,
y diversos legisladores han presentado varias iniciativas parciales. Pero
aun con el apoyo de la Casa Blanca, los sindicatos, las agrupaciones empresariales
y los activistas pro inmigrantes, no se ha logrado nada semejante a un
paquete de reforma amplia y a fondo.
Los senadores Daschle y Edward Kennedy ya están
dibujando el esquema de una nueva propuesta profunda, pero podrían
no estar listos para presentarla en algunos meses. "Nuestra esperanza es
que este año podamos ofrecer un proyecto bipartidista", comentó
una asesora legislativa que ha participado en estas negociaciones.
''Lo que estamos buscando es un paquete amplio que incluya
la legalización ganada, esto es, la oportunidad para los indocumentados
de legalizarse si cumplen con ciertos requisitos", dijo.
Además, esta iniciativa también incorporaría
un nuevo programa de trabajadores huéspedes, que no sería
llamado así, pues provoca referencias negativas con programas similares
del pasado, y un aumento del número de inmigrantes a los que se
les permite ingresar al país de forma legal, siempre y cuando tengan
a un familiar inmediato residiendo en Estados Unidos.
Pero tanto demócratas como republicanos tienen
por lo menos dos motivaciones en este debate. Bush y los demócratas
desean promover algún tipo de reforma migratoria, pero también
están conscientes de que este tema y la forma en que lo manejan
podrían ser clave en el apoyo del electorado hispano.
Así, mientras en público hablan de cooperación
bipartidista en este tema, también harán todo lo posible
para que sus contrincantes no obtengan ventajas políticas por este
asunto.
"Si los republicanos se rehúsan a cooperar y juegan
duro, no vamos a quedarnos quietos y a permitir que tomen ventaja de este
tema", advirtió una fuente legislativa demócrata a La
Jornada.
Por su lado, un asesor legislativo republicano hizo una
advertencia parecida: "Es un tema que le interesa profundamente al presidente
Bush", comentó.
El representante republicano Chris Cannon, aliado cercano
a Bush en el tema migratorio, cree que la reforma será una prioridad
para su partido en 2003. "Es un tema que le interesa mucho", dijo una vocera
de Cannon a La Jornada.
Aunque no dio detalles sobre el tipo de iniciativas legislativas
que presentarían, insistió en que esperaban contar con un
borrador de esa propuesta en los primeros dos meses de este año.
Otras fuentes indican que los republicanos podrían
presentar varias propuestas separadas sobre el tema, entre ellas una para
un programa de trabajadores huéspedes y otra sobre un programa limitado
de legalización ganada.
El debate sobre la reforma migratoria de este año
se complicará aún más porque la mayor parte de la
burocracia federal encargada de asuntos migratorios se está trasladando
al recién creado Departamento de Seguridad. Pero esa nueva secretaría
comenzará funciones a principios de febrero y cualquier iniciativa
legislativa de reforma migratoria tendrá que considerar esta nueva
estructura del gobierno federal.
No obstante, Demetrios Papademetriou, experto en políticas
migratorias y codirector del Instituto de Políticas de Migración
en Washington, cree que los altos funcionarios recién instalados
en el nuevo Departamento de Seguridad empiezan a entender el vínculo
entre seguridad e inmigración. Papademetriou dijo a La Jornada
que ya han sostenido varias conversaciones con algunos de esos funcionarios
sobre temas relacionados con la migración, y particularmente sobre
el peligro de tener a millones de indocumentados en el país sin
sacarlos de las sombras.
Durante mucho tiempo, Papademetriou ha sostenido que ofrecer
una avenida para la legalización de por lo menos algunos de los
trabajadores indocumentados, incrementaría la seguridad, pues permitiría
al gobierno entender quién está en este país y dónde.
''Estoy bastante impresionado por la manera en que la
gente en el Departamento de Seguridad ya entiende que para que puedan ejercer
su mandato de forma efectiva, tanto en la frontera como en el interior,
tendrá que hacer algo en torno a los inmigrantes indocumentados".