El coro más antiguo del país inicia
temporada con nuevo director y repertorio
Esperan a madrigalistas grandes retos
La agrupación celebra sus 65 años con
planes de grabaciones, giras y festivales artísticos
ANGEL VARGAS
ALa agrupación coral más antigua del país,
el Coro de Madrigalistas del Instituto Nacional de Bellas Artes, comienza
este viernes su primera temporada del año en circunstancias de especial
relevancia: cumple y festeja su 65 aniversario, estrena director artístico
-James Demster-, y emprende una renovación de imagen, sobre todo
en lo relativo a su repertorio.
Así
lo manifiesta en entrevista el propio Demster, quien asumió el cargo
''por votación unánime de los cantantes'', luego de que el
grupo permaneció acéfalo tres años.
El músico de origen estadunidense no llega a su
nueva encomienda desconociendo sus retos, alcances y limitaciones, precisa,
pues en varias ocasiones estuvo al frente de los Madrigalistas en calidad
de director huésped. ''La única diferencia con otros tiempos
es que hemos formalizado nuestro noviazgo y ahora nos casamos'', expresa.
Su plan de trabajo, señala, tiene como uno de sus
puntos esenciales enriquecer el repertorio con obras contemporáneas,
en especial las escritas por autores mexicanos. Plantea que interpretar
este tipo de obras son una deuda y un compromiso que tienen por delante
todas las agrupaciones canoras nacionales.
Tal perspectiva, sin embargo, no implica que vaya a descuidarse
otro tipo de repertorio, como el tradicional, del Renacimiento, la época
clásica o el romanticismo, precisa, y expresa: "¿Por qué
hemos de limitar nuestra felicidad?".
Muestra de esa apertura de criterio es palpable desde
el concierto inaugural de la primera temporada de 2003, que tendrá
lugar, como los del resto del año, el viernes a las 19 horas en
la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes y será repetido
el domingo a las 12 horas en el Antiguo Palacio del Arzobispado. El programa
está dedicado al teatro musical, con obras de Richard Rodgers, Frederick
Loewe, Frank Loesser y Kurt Weill.
Un lineamiento más con los que Demster busca renovar
la apariencia del Coro de Madrigalistas -fundado en 1938 por Luis Sandi-
es mediante el cumplimiento de "la misión social" de todo grupo
artístico, y con ese fin, además de programar conciertos
didácticos y buscar crear nuevas audiencias, proyecta realizar presentaciones
fuera de las sedes habituales y acercarse a públicos inusuales,
como el de hospitales, reclusorios y psquiátricos. Una de sus justificaciones
en este último sentido, comenta, es que la música tiene gran
poder curador.
La voluntad, el eje
El
también titular de la Compañía de Zarzuela Domingo-Embil
señala que su relación con los 24 cantantes de la agrupación
tendrá como eje la voluntad, en el sentido de sumar la de cada uno
de los intérpretes y la suya para construir una sola.
Esa es la única manera como puede generarse "el
milagro de la música", abunda. "Siempre hay algo místico
y metafísico en un concierto; en cierto sentido es un ritual religioso,
una comunión con el público. Nuestra responsabilidad es conmover
y eso es lo que buscaremos hacer, que se cree un círculo entre el
compositor, el intérprete y el público"
James Demster se dice consciente de las limitaciones económicas
que afectan al país y no sólo a las instituciones culturales,
y asegura que su plan de trabajo está adecuado a esa realidad.
"No estoy planeando pedir más presupuesto antes
de demostrar lo que podemos hacer. Además, soy de la idea de tomar
al toro por los cuernos y, con lo que tenemos al alcance, tratar de hacer
maravillas. Si tengo sólo limones, pues debo hacer limonadas y no
pretender otra cosa", indica.
Sin embargo, entre los proyectos del director musical
se encuentra realizar grabaciones y, con la encomienda de cumplir una verdadera
vocación nacional, emprender algunas giras por la República,
entre ellas se tiene casi asegurada una a Monterrey y otra a diversos municipios
de Chihuahua. También está en el tintero una posible presentación
en la próximo Festival Internacional Cervantino, en el que el Coro
de Madrigalistas interpretaría una versión poco conocida
de Carmina Burana escrita por el propio Karl Orff para dos pianos.