TOROS
La empresa de Herrerías pierde casi 10 millones
de pesos en 13 tardes
Triunfal reaparición de J. M. Luévano:
cortó tres orejas y salió en hombros
Rafael Ortega, oreja y cornada Manso y débil
el encierro de Javier Bernaldo
LUMBRERA CHICO
Es una pena decirlo, pero el gran matador de toros que
fue el queretano Javier Bernaldo no da una como ganadero: el encierro,
apenas bien presentado, que se lidió ayer en el ruedo de la Monumental
Plaza Muerta fue manso de solemnidad y con una debilidad digna de los afanes
electoreros de la fundación Vamos México. En cambio, resurgido
del limbo donde se autoexilió con derroche de alcohol y compasión
por sí mismo, el aguascalentense José María Luévano
mostró todo su poder y cortó tres orejas en la décimo
tercera corrida de la Estafa Grande 2002-2003.
Por
su parte, cumplidor como siempre, fiel a su promedio de una oreja por toro
que hace años mantiene en el embudo de Mixcoac, el tlaxcalteca Rafael
Ortega se llevó una cornada en la ingle, de 12 centímetros
de profundidad y dos trayectorias, al clavarle el tercer par de banderillas
a su primer enemigo, Huapango, un cárdeno panzón de 519 kilos
-el mejor de la tarde-, al que toreó en redondo con la muleta, pese
al dolor de la herida, le pegó un soberbio desdén y mató
en buen sitio para recibir su merecido premio antes de retirarse a la enfermería.
Dueño de su oficio, pleno de valor, Luévano
cortó las dos orejas de Comodín, tercero de la tarde, negro
bragado de 488, al que embarcó en largas tandas derechistas retrasando
la franela y tragando leña con emotividad, para despacharlo de un
estoconazo y hacerlo rodar sin puntilla al cabo de una prolongada agonía.
Mucho más interesante fue la faena que logró
imponerle a Algodonero, de 485, penúltimo del festejo, también
negro bragado y con imponente aunque fea cornamenta, un bicho que salió
buscando descaradamente la manera de huír, pero que, luego de recibir
siete puyas, de Julio Sánchez, quedó en calidad de piltrafa.
Luévano lo metió en la muleta con una serie de doblones suaves
y le cuajó cuatro excelentes tandas por la derecha muy bien ligadas
tirando del animal con gran solvencia. Para su desdoro, pensando quizá
en las dos orejas que ya tenía en la espuerta, José María
no quiso verlo por el izquierdo, no obstante que por ese lado el rumiante
embestía con mayor claridad y fuerza cuando lo remataba con el pase
de pecho.
Muy afilado con el estoque, volvió a ejecutar el
volapié con brillantez y el juez Balderas le concedió otra
orejita, que no borró la sensación de que, si hubiera invertido
más riesgo y esfuerzo al intentar el toreo con la zurda, habría
obtenido resultados mucho más espectaculares. De cualquier forma,
con esta triunfal reaparición, Luévano se ha ganado el derecho
de figurar en el cartel del 5 de febrero, en el que hasta ahora, y a saber
por qué, suena más el recomendadito Alejandro Amaya, carente
absoluto de méritos, como posible integrante de la cuarteta que
el doctor R ya integró con sus favoritos Enrique Ponce y El Juli
más El Zotoluco.
¿Y Pizarro por qué? Descolocado, descolorido,
titubeante, sin futuro alguno en la fiesta, Federico Pizarro completó
el cartel de ayer, y nada pudo, porque nada tiene. Mal estuvo con Vendedor,
de 525, al que soseó a rabiar, aparte de lucir enfermo de obesidad
y transtornos pulmonares. El fracaso de Pizarrín se repitió
ante Oro Negro, de 485, y que debía lidiar Ortega. Culminó
con Artista, de 487, que cerró la función.
En un gesto absurdo, cuando estaba a punto de matar a
Artista, Pizarro anunció el regalo de un séptimo cajón,
pero tanto el juez como los miembros de la empresa y el grueso de los 6
mil asistentes se lo impidieron con sobrada razón, porque el muchacho
no nació para esto. Ojalá no lo volvamos a ver.
Utilidades y pérdidas
Domingo 26 de enero de 2003
Espectadores |
6,000
|
Ingreso neto |
420,000
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Egresos |
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Rafael Ortega
|
100,000
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Federico Pizarro
|
30,000
|
J. M. Luévano
|
30,000
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Ganado
|
200,000
|
Otros
|
1,000,000
|
Subtotal |
1,360,000
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Utilidades |
-----------------
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Pérdidas |
940,000
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Pérdidas anteriores |
8,466,000
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Pérdidas acumuladas |
9,406,000
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