Con gol de Zague, quien ingresó
de relevo, Rayos se impuso 1-0 a Querétaro
Necaxa logró su tercer triunfo al hilo
Rayos y Tigres comparten el liderato general Vamos
bien y sin prisas: Arias
ROSALIA A. VILLANUEVA
Sin emplearse a fondo, Necaxa sacó apuradamente
la victoria de 1-0 sobre Gallos Blancos y mantuvo su racha invicta para
ubicarse con Tigres en el superliderato del Torneo de Clausura 2003.
Tras
un aburrido inicio en el que ambos cuadros tuvieron pocas llegadas de peligro
(para el desencanto de los pocos aficionados que acudieron al Azteca, a
pesar de la promoción en la compra de dos boletos por el precio
de uno para el encuentro que sostendrán en 15 días Rayos
y su "hermano mayor", América), los dirigidos por Raúl Arias
debieron esperar hasta el complemento para salvar su honor.
Los disparos de Braulio Luna y Miguel Larrosa no tenían
efectividad mientras el inoperante Víctor Ruiz, tuvo que ser relevado
en el segundo tiempo por Luis Roberto Alves Zague, quien nuevamente
fue el héroe de los Rayos, pues apenas había ingresado al
terreno de juego cuando recibió un pase largo de Diego Martínez
hacia el sector izquierdo, y con una media tijera tocó el esférico
para vencer al portero Erubey Cabuto, abriendo el 1-0 a los 48 minutos.
Los Rayos pudieron aumentar el marcador, pues al minuto
62 Zague aprovechó una mala salida de Cabuto pero el balón
pegó en el poste; después Luis Roberto centró para
Luna, éste recortó y Angel Rambo Sosa desvió
la pelota.
Para no variar, El Rambo recibió una amonestación
de las muchas tarjetas que sacó durante el partido el silbante Gabriel
Gómez, quien le mostró la amarilla por haber simulado una
falta al tirarse al pasto y luego salirse para recibir atención
médica; quiso entrar a la cancha pasando por alto al nazareno, pero
éste lo castigó.
Arias cambió a Sosa por Alvaro Ortiz en las postrimerías
del encuentro, cuando Necaxa desaprovechó una oportunidad de oro
para el 2-0 por conducto de Ortiz, tras un rechace de Cabuto, y solo frente
a la portería, falló, por lo que recibió una silbatina
y abucheos.
Al final, el timonel de los Rayos confesó que le
agradó su escuadra porque "fue muy aplicada al mantener el 1-0'',
pero evitó echar las campanas al vuelo por compartir el superliderato
con Tigres, sin conocer la derrota. "Vamos bien y sin prisa'', añadió.