El jueves abrirán su exposición antológica Mirador en el Museo Cuevas
Muestra individual de Von Gunten se suma a la revisión de la Ruptura
El pintor de origen suizo, en su momento, ignoraba que sería parte de esa generación
El artista presenta su visión de un mundo único y universal, escribió José Luis Cuevas
MERRY MAC MASTERS
En el momento ''no sabíamos que íbamos a ser la generación de la Ruptura. Nuestra tarea inmediata era, cada uno, realizar su camino, pero no uno prescrito por una ideología política o en función pictórica, sino para mostrar lo que hacía y se hacía en México", dice el pintor, grabador y escultor Roger von Gunten (Zurich, Suiza, 1933), cuya exposición antológica, Mirador, que será inaugurada el próximo jueves a las 19:30 horas en el Museo José Luis Cuevas, forma parte de una revisión de dicho momento histórico que desde 2001 se realiza en el recinto de Academia 13, Centro Histórico.
Si existía la idea de que la pintura hecha aquí no dependía de los temas mexicanos, al mismo tiempo era un movimiento hacia la pintura abstracta. Von Gunten explica: ''Se pensaba que un pintor para seguir un desarrollo normal, se volvía abstracto. Que un pintor figurativo se había quedado atorado."
Autor de cuadros ''habitados por extraños animales y mujeres de gran sensualidad", así como ''un mundo de plantas y flores exóticas", como escribe Cuevas, dicha situación le ''pesó mucho" en 1964, cuando al organizar cierto salón, se le informó: ''no participas porque eres figurativo. Esto es para pintura avanzada". Abunda: ''En el curso de la vida uno ve muchos movimientos de vanguardia que pretenden ser lo último. Se instala una idea como si sólo hubiera un camino. Pero después de cinco años toda esta ideología rebota y el arte toma otro rumbo".
Asombro e inquietud
Roger von Gunten llegó a México en 1957, atraído por un reportaje sobre Ciudad Universitaria. En realidad deseaba recorrer América de norte a sur por la carretera Panamericana. El país lo ''atrapó", además se le acabó el dinero. Su paleta era más bien tonal, a la usanza de la pintura europea, en la que el color local es modificado por la luz y la sombra, produciendo tonalidades. Llegar aquí y ver lo que hacían, por ejemplo, Juan Soriano y Pedro Coronel, toda una armonía de color, le causó ''asombro e inquietud".
Sin problemas, el joven artista se integró al quehacer cultural mexicano. Primero expuso en la Galería Antonio Souza y luego formó parte del grupo de la Galería Juan Martín. Anota, no obstante, que Margarita Nelken, crítica importante de entonces, lamentó que ''un pintor de tan lejos viniera a corromper la pintura mexicana".
Por su parte, Von Gunten recuerda ese tiempo como ''muy abierto, en el que cada uno luchaba por sacar lo mejor que había en cada quien".
Al expositor nunca le ha gustado vivir en la ciudad, lo que le ha llevado a Guanajuato, Michoacán y Morelos. Con motivo de la muestra, Cuevas escribió un texto en el que alude a la pérdida de la última casa de Von Gunten, ya que ''la avidez de unos empresarios y la corrupción de los jueces lo llevaron a la bancarrota".
De hecho, la casa fue rematada a finales de noviembre, pero el artista sigue allí en vista de que su abogado interpuso un recurso legal contra la decisión del juez de subastarla.
Como afirma Cuevas, esa situación no ha impedido a Von Gunten trabajar. Ahora presenta este Mirador en el que ''cada uno de los cuadros resume un espacio o imaginario independiente del plano de su soporte material, presentándonos su visión de un mundo único y universal".