Hospitales de NY, preparados para agresión con cianuro; demanda de máscaras antigás
Sicosis en Estados Unidos por la campaña de terror de Bush
Despliegan baterías antiaéreas en Washington; sobrevuelan la capital helicópteros y cazas F-16
Dick Cheney fue separado del presidente, para que si éste muere el vicepresidente lo suceda
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 13 de febrero. Estados Unidos, no Irak, está bajo ataque. Nueva York despertó hoy con los tabloides anunciando en primera plana que los hospitales habían recibido la orden de prepararse para una agresión contra la ciudad con gas cianuro; ayer los mismos diarios informaron que se esperaban atentados suicidas con bombas, mientras los noticieros locales ofrecieron detalles sobre las amenazas que enfrenta la población y cómo prepararse para lo peor. Las noticias nacionales anuncian que todo el país está a la espera de un ataque "inevitable".
Baterías antiaéreas fueron desplegadas en los alrededores de Washington, capital que ahora sobrevuelan helicópteros Blackhawk y cazas F-16. La policía y la guardia nacional están en terminales, aeropuertos, metros, puentes y túneles de las principales ciudades. El vicepresidente se mantiene separado del presidente para que si Bush muere, el otro lo suceda.
Ultimas noticias: los norcoreanos pueden enviar un cohete intercontinental nuclear hasta la costa oeste del país; Al Qaeda atacará en cualquier momento y lugar con todo tipo de armas biológicas, químicas y nucleares; los iraquíes sí pueden, si llega un barco cerca de las costas estadunidenses, disparar un misil que cause muchas muertes.
Instrucciones para los ciudadanos: compren cinta adhesiva y plásticos para cubrir ventanas y puertas en caso de ataque químico o biológico; si sospecha que ha sido atacado con químicos, lávese bien la cara y las manos con jabón y agua; en un atentado biológico consulte un sitio de Internet del gobierno para emergencias civiles; hay listas oficiales de qué comprar y almacenar en cada casa; se proponen, pero no se implementan, planes de evacuación en escuelas, oficinas y lugares públicos.
Baratas del terrorismo
Las máscaras antigás se venden de nuevo, hay compras de pánico de agua embotellada, cinta adhesiva, plásticos, pilas para radios y lámparas. En el New York Times se anuncia un "estuche de sobrevivencia urbana" con todo lo que uno necesita: máscara de protección ante ataques nucleares, químicos y biológicos, un traje de protección antiquímico, guantes, un implemento para romper puertas o ventanas, alarma para alertar a otros, lámparas con duración de 30 días, todo por sólo 595 dólares.
(Por lo menos el anuncio apareció justo debajo de una modelo vendiendo ropa interior; las distracciones a veces pueden rescatar alguna esperanza, aunque debajo haya otro anuncio ofreciendo servicios para solucionar problemas de erección y eyaculación prematura; no se sabe si esto es un análisis político de los problemas de poder en el país, el lector tendrá que hacer su propia evaluación).
La gente acude a las farmacias a adquirir píldoras de potasio y yodo para defenderse ante la radiación.
Cunde el miedo, nutrido por los noticieros de 24 horas, las alertas, las primeras planas que detallan todo lo peor imaginable, la repetición de que estamos en condición "naranja" la penúltima antes de... la alerta roja: amenaza severa.
Justo cuando lo necesitaban, Osama Bin Laden ayudó a los funcionarios más pro guerra en Washington, los halcones, con su mensaje, su voz, diciendo que los estadunidenses son diablos miedosos. Mejor: dijo que hay que apoyar a los iraquíes. Perfecto.
El gobierno de Bush, con los me-dios repitiendo el mensaje, ahora insiste en que esto comprueba el vínculo entre Irak y Al Qaeda, no que no. Pero el "hombre más buscado de la Tierra" tampoco escondió su bien conocido odio a los gobiernos corruptos y "no creyentes", incluyendo obviamente al de Saddam Hussein.
Pero los estadunidenses saben que no tienen que hacer mucho para cambiar el mensaje, e "Irak" es sinónimo de "Hussein". Por lo tanto Bin Laden está vinculado con él.
Este es el mundo posterior al 11 de septiembre, ni modo, dicen los expertos y lo repite la gente. En Washington y Nueva York, como en otras ciudades del país, el debate cotidiano gira en torno a esta realidad, algunos preparándose para lo peor, otros diciendo que no hay forma de prepararse, varios dudando de si toda esta amenaza es real o promovida por el gobierno para justificar la guerra y sus políticas de seguridad.
Noam Chomsky, en entrevista re-ciente con el diario británico The Guardian, señaló que los gobernantes estadunidenses saben que el apoyo a las guerras es muy débil, por lo que tienen que ganar rápida y decisivamente sus confrontaciones con poderes más débiles.
Para justificarlo "tienen que aterrorizar a la población para que sientan que existe una amenaza enorme a su existencia y realizar una victoria milagrosa, decisiva y rápida frente a este gran enemigo y marchar hacia el próximo".
Todo esto no es nuevo, afirmó. "Invocar enemigos que están a punto de destruirnos, es segunda naturaleza, muy conocido. No lo inventaron, otros han hecho lo mismo, lo han hecho en la historia, pero estos se han convertido en maestros de este arte y lo están haciendo de nuevo".
Uno de los efectos de este clima de temor e inseguridad es la continuación de políticas de control interno, desde obligar al registro de todo inmigrante de varios países musulmanes hasta limitaciones a la libre expresión. Es en este contexto, precisamente, en donde jueces federales rechazaron la solicitud de permiso para la gran marcha programada para el 15 de febrero en Nueva York, y sólo autorizaron una manifestación estática.
Mitin o manifestación móvil
El fallo de la juez fue que tenía que favorecer las preocupaciones de seguridad en este elevado estado de alerta nacional sobre el derecho a la libertad de expresión, y con ello apoyó la posición de la policía de que era más fácil monitorear amenazas "terroristas" en un mitin que en una manifestación móvil.
"La ciudad de Nueva York ha impuesto una prohibición explícita a una de las formas más importantes de protesta, y es el derecho de expresarse con los pies, a marchar", declaró Donna Lieberman, directora ejecutiva de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York.
Pero por estas medidas de control también se mantiene detenido a un ciudadano estadunidense, privado de todas las protecciones ofrecidas por la ley -arrestado con pruebas secretas, bajo interrogatorio sin presencia de un abogado e incomunicado-, al ser declarado "combatiente enemigo" y trasladado en secreto a una cárcel militar.
José Padilla fue acusado de planear detonar una bomba sucia radiactiva. Su abogada, Donna Newman, declaró al New York Ti-mes que "si alguien en este país puede desaparecer con base en una sospecha sin ninguna prueba real, si se le puede mantener incomunicado y negarle el acceso a un abogado, Ƒqué es lo que evita que nos parezcamos a Argentina durante la dictadura militar?"
Señaló que "si el gobierno logra salirse con la suya (en este caso) podrá, con estas reglas, encerrar a cualquier estadunidense como combatiente enemigo simplemente con base en evidencias secretas".
Agregó que "nunca antes he sentido este tipo de temor, por nuestro país, por lo que le está pasando a nuestra Constitución. La gente no reacciona porque cree que no les tocará. Pero para cuando les toque, ya será demasiado tarde".
Así, hay dos temores. El generado por las alertas y preocupaciones de más atentados "terroristas" desde el extranjero, y otro por las medidas y políticas internas que se están aplicando en respuesta a es-tas amenazas.
Estados Unidos está bajo ataque. Algunos dicen que desde afuera, pero otros parecen temer más que sea desde Washington.