REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
Frente a la guerra: voyeuristas o movilizados
El campo no los aguanta más
La reforma a los medios, derechos de periodistas
LA PRIMERA FASE de la guerra de George W. Bush
ya se inició. Es contra sus propios gobernados. Reducidos a espectadores
de un thriller absurdo, los estadunidenses se transforman en víctimas
del terror y la censura internos. Intoxicados de ántrax mediático
y de propaganda bélica que se disfraza de información, ese
pueblo se plantea también el dilema que recorre el mundo: quedarse
ante CNN, Fox News o CBS para esperar que caiga la primera de las 400 bombas
inteligentes sobre Bagdad, mientras se restringen sus derechos civiles,
o movilizarse para contrarrestar la "inminencia" de esta primera guerra
del terror unilateral del siglo xxi. Voyeuristas del aparato de videoguerra
o movilizados contra la mentira.
EL
VOYEURISTA SE QUEDA con la historia que le cuentan los medios masivos.
Interioriza el miedo y la sicosis que tan buenos servicios prestan al gobierno
republicano para aniquilar a los ciudadanos críticos. Es contra
esos ciudadanos que dirige su guerra de baratijas puritanas, de fanatismo
petrolero y de retórica del "eje del mal", no contra Saddam Hussein
ni contra Osama Bin Laden, ex socios e informantes de su padre en la Agencia
Central de Inteligencia. El voyeurista siente que la red Al Qaeda apunta
contra su hogar y transforma su razonamiento en un edificio virtual que
puede ser derribado en cualquier momento. Recuerda una y otra vez las imágenes
del 11 de septiembre de 2001, porque la pantalla televisiva no le da tregua.
El voyeurista espera a algún otro francotirador que le dé
caza como si estuviera en la casa del Big Brother o que en las hamburguesas
de alguna cadena que patrocina su programa favorito aparezcan esporas malignas
de ántrax que invadirán su cuerpo. El voyeurista asiste a
una videoguerra como si se tratara del próximo capítulo de
un western o del intermedio entre un superbowl y otro. Ya
se olvidó de los talibanes (ignora que a decenas de ellos el mundo
libre los tortura en la base de Guantánamo), teme a Saddam, se electriza
con la voz de Osama y maldice a los norcoreanos, tan destructivos y siniestros
como vio en la reciente película de James Bond.
LOS MOVILIZADOS, por el contrario, defienden con
garra la otra versión de la historia. Están hartos de Actas
Patrióticas, de retenes ilegales en aeropuertos, edificios públicos
y en el Metro, de espionaje telefónico y cibernético, de
galletitas Pretzel que atragantan a George W. Bush como si las fabricara
Enron. Los movilizados desafían a la Corte de Distrito Federal de
Nueva York que esta semana prohibió toda manifestación pública
de oposición a la guerra contra Irak. Acusan a la juez Barbara S.
Jones de asaltar sus derechos civiles y saben que no hay peor terrorismo
que aquél que obliga a la abyección. Los movilizados saben
que quien cuenta con armas de destrucción masiva y un presupuesto
militar de 325 mil millones de dólares habita en la Casa Blanca
y no en el golfo Pérsico, que practica su proclama de "Sólo
abstinencia" con Condoleezza Rice, la dama de hierro de ideas cortas y
grandes ambiciones. Los movilizados le creen más a Morgan Freeman
que a Colin Powell, el moderado del equipo que falló en su mala
representación de las amenazas iraquíes. Los movilizados
leen todo con suspicacia, incluyendo los editoriales opacos de esas twin
towers del periodismo liberal que son The New York Times y The
Washington Post, dinamitadas por la autocensura. Los movilizados confían
en la globalización de su protesta. Más de 10 millones de
personas se expresaron este sábado en las calles de las principales
ciudades de todo el mundo. Los movilizados han dicho "no en nuestro nombre",
porque nada justifica el cinismo de Donald Rumsfeld y todo favorece el
llamado a la cordura de esa "vieja Europa" que ha resultado un muro de
contención.
ES MAS FACIL que el voyeurista deserte de las filas
de la docilidad para convertirse en movilizado. Ese es el temor fundamental
de Bush y de la coalición que promueve la videoguerra. Esa es la
gran derrota anticipada de quien piensa que el Guernica es una marca
de ántrax y no una memoria colectiva.
El campo no los aguanta más
DESPUES DE MES Y MEDIO de movilizaciones y presiones
para que sus demandas se escucharan, las organizaciones campesinas en México
rechazaron formar parte de una puesta en escena más del gobierno
de Vicente Fox, quien proclamó a Javier Usabiaga como "el mejor
secretario de Agricultura", pero no aclaró de qué país.
EN OCHO MESAS DE DIALOGO, perfectamente calculadas
para la escenografía de la inoperancia, el gobierno federal pretende
transformar lo que es una demanda generalizada de políticas justas
en una estampa de folclor y de la mercadotecnia. La cobertura informativa
de los medios dio cuenta de la enorme burbuja desinflada frente a este
estilo del foxismo para enfrentar los problemas reales con aspirinas virtuales.
Para el mandatario, todo parece reducirse a un próximo anuncio de
Vamos México o hacia un país de espectadores que no critiquen,
no lean, no cuestionen y sean felices con los ultrasonidos de la primera
familia del país.
LA UNICA POLITICA DE ESTADO para el campo es invisibilizar
sus problemas, pretender que la miseria que no se ve no existe en su agenda,
que con "fe" se resolverá lo que el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte ha desarticulado y que todo es resultado de una
herencia priísta y no de un modelo que se aplica con todo el rigor
del continuismo.
LA ACTITUD DE LOS medios masivos frente al descontento
en el campo abona en esta percepción. Se ha dado más tiempo-aire
a la denuncia penal contra Alfonso Ramírez Cuéllar y a recordar
el "asalto a San Lázaro" que a dar voz y contexto a las demandas
campesinas. El escándalo prevalece sobre la información.
Se privilegia la guerra verbal entre organizaciones y dirigentes políticos
más que ubicar la gravedad de la situación.
EN ESTE SENTIDO, es importante recordar las palabras
de Ryszard Kapuscinski al hacer un diagnóstico del periodismo que
privilegia las "coberturas humanitarias" y desaparece las tendencias y
los problemas profundos:
"EN MI OPINION -dice el periodista polaco- la desaparición
del mundo campesino del globo es una de las más grandes paradojas
del mundo contemporáneo, porque producimos una cantidad de comida
cada vez menor en proporción a una población en continuo
crecimiento. La liquidación del mundo campesino, que es un fenómeno
social y económico a escala mundial, consiste en un acto suicida
global" (Los cínicos no sirven para este oficio, pp. 109
y 110).
EN ESTE SUICIDIO GLOBAL es determinante la política
de los medios y de las organizaciones campesinas frente a la información.
No existe un solo programa especializado en temas agrarios o campesinos
en los medios electrónicos, aun cuando más de la cuarta parte
de la población mexicana vive en este contexto. Del otro lado, se
menosprecia o se ignora la eficacia de una política de comunicación
y se escinden las visiones, los mensajes que se reducen a la personificación
del conflicto.
Nueva ley para medios, derechos de periodistas
EN EL SENADO DE LA REPUBLICA se inició
esta semana la discusión sobre las urgentes reformas a la Ley Federal
de Radio y Televisión, demanda que adquirió relevancia tras
el asalto al Chiquihuite por parte de Televisión Azteca y el reclamo
de defender opciones diversas y críticas, como Canal 40, y democratizar
el régimen de medios masivos en México.
ANUNCIADA Y ALENTADA por el senador panista Javier
Corral, esta discusión pasa necesariamente por la revisión
de la situación en los medios impresos y las relaciones entre el
poder y la prensa. El procurador de Tlaxcala regaló esta semana
una perla de la visión chata que prevalece en círculos ministeriales
frente a la actividad del informador: el periodista, señaló,
en muchas ocasiones "encubre" a delincuentes y está obligado a revelar
sus fuentes. Después se desdijo, pero el asunto real es que esta
visión es un guión, como vimos en el caso de la Procuraduría
General de la República y los seis compañeros de La Jornada
citados el año pasado en un ejercicio inhibitorio de la libertad
de información.
LA INICIATIVA PRESENTADA esta semana por el diputado
del Partido de la Revolución Democrática Miguel Barbosa,
para garantizar la confidencialidad de las fuentes y otras garantías
y derechos mínimos de periodistas, merece ser analizada y apoyada
para contrarrestar este oscuro rostro de la censura o el menosprecio al
periodismo en la era foxista.
ESTOS TEMAS SERAN analizados, a partir de este
lunes 17, en el Museo de la Ciudad de México, en el encuentro nacional
de periodismo 2003: Crisis de la prensa en México, promovido
por el sindicato en huelga de los trabajadores del diario unomásuno,
que han vivido en carne propia las consecuencias de transformar el periodismo
en negocio personal o parapeto político para los nuevos dueños
de los medios impresos. El martes 18, en la torre 2 de Humanidades de la
Universidad Nacional Autónoma de México se iniciará
otro foro, también a las 10 de la mañana, titulado Jornadas
por la libertad periodística y la pluralidad en la televisión.
Convoca el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades de esa casa de estudios.