MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Otra media década perdida en América Latina
Los equilibrios que no se alcanzan
DE ACUERDO CON EL criterio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la región latinoamericana ya carga sobre sus hombros ''otra media década perdida'' que por obvias razones ha deteriorado todavía más los precarios niveles de bienestar social imperantes en la región.
SE ESTIMA QUE anualmente la mano de obra que la región ha expulsado -y expulsa- y que de manera legal o no labora en otros países del planeta -básicamente Estados Unidos- inyecta, por medio de las remesas, alrededor de 30 mil millones de dólares a sus respectivas economías para contribuir no sólo al bienestar de sus familias sino al del país en conjunto.
ASIMISMO, EL CALCULO que han hecho organismos especializados indica que del presente año a 2015 esa mano de obra expulsada de América Latina aportará cerca de 400 mil millones de dólares a las economías regionales, también por medio de las remesas.
A PESAR DE QUE EL citado representa un monto considerable que puede impactar, para bien, a esas mismas economías, la perspectiva de crecimiento para la región no es todo lo saludable que se podría imaginar. De hecho, de no cambiar el curso de las cosas América Latina puede redondear una segunda década perdida (la primera fue la de los 80) que haría mucho más denso su panorama social.
SIN EMBARGO, NO faltan los voluntariosos que consideran que con su participación los problemas se resuelven rápidamente, como en el caso de Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien ayer anunció que a lo largo de 2003 la institución a su cargo canalizará alrededor de 9 mil millones de dólares (mil 500 millones sólo para México) para financiar diversos proyectos en América Latina, un monto tres veces inferior al de las remesas enviadas por la mano de obra expulsada por la región.
A JUICIO DE IGLESIAS, la incertidumbre generada por la más reciente muestra del belicismo estadunidense ha complicado las perspectiva para América Latina y en caso de una guerra "el panorama es difícil". Sobre México aseguró que el país tiene una economía fuerte y, por ello, "defensas para hacer frente a una situación de este tipo -la guerra-, aunque se debe lograr que no entremos a este conflicto". Sin embargo, los efectos de una guerra para América Latina se vienen sintiendo de muchos años atrás, sin que tal guerra estalle formalmente.
COMO LO INDICA LA Cepal, en 1997 concluyó en América Latina un ciclo de crecimiento que permitió a varios países lograr importantes adelantos en materia de reducción de la pobreza. El punto de quiebre en este proceso es la crisis asiática, con la que comienza un lustro de menor dinamismo económico, aumento del desempleo, estancamiento y en muchos casos elevación de los índices de pobreza en la región. No es exagerado afirmar que la población latinoamericana se ha visto nuevamente afectada y desalentada por las negativas consecuencias de esta media década perdida.
EN EL MEJOR DE LOS casos, América Latina y el Caribe, y especialmente los países con mayor ingreso por habitante están, en cualquier caso, en condiciones de formular políticas económicas y de aplicar políticas sociales que, una vez reanudado el proceso de crecimiento, permitirían alcanzar en 2015 la meta de reducción de la pobreza propuesta en la declaración aprobada en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas. América Latina puede y debe hacer los esfuerzos necesarios de crecimiento sostenido y destinar más recursos a políticas y programas sociales de mayor trascendencia y calidad, con el fin de cumplir con la meta de reducir a la mitad la pobreza para entonces y eliminar las manifestaciones más graves de la indigencia, pero sólo hasta 2015 y, desde luego, en el hipotético caso de que se registre crecimiento económico.
PARA ALCANZAR DICHA meta, al igual que los demás objetivos de desarrollo establecidos en la Declaración del Milenio, sostiene la Cepal que es imprescindible el rápido incremento de los índices de cobertura de la educación y el mejoramiento sustancial de su calidad, lo que permitiría reducir las brechas existentes entre los niños y jóvenes de distintos estratos socioeconómicos. Es prioritario mejorar "la pertinencia de la educación, adecuándola a las demandas que impone una economía cada vez más tecnificada e integrada al comercio mundial".
LA ELEVADA DESERCION escolar registrada en América Latina indica que para lograr las metas propuestas por las Naciones Unidas para el año 2015, es urgente evitar la deserción escolar en el ciclo primario y aumentar significativamente la tasa de retención en la enseñanza secundaria. A su vez, al comprobarse la considerable subutilización del capital humano acumulado por la región, se ponen de relieve tanto los patrones de crecimiento como la calidad de los sistemas de educación superior y formación técnica.
PARA ALCANZAR TODO ello, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo anuncia una ayuda de 9 mil millones de dólares, un monto significativo sobre todo cuando se conoce que la región eroga, sólo por concepto del servicio de su deuda externa, más de 100 mil millones de dólares anuales. A pesar de ello, la deuda externa regional supera los 800 mil millones.
EL EQUILIBRIO, A TODAS luces, se va alcanzando.
Las rebanadas del pastel:
PRIMERA LLAMADA, PRIMERA: el secretario de Hacienda, Francisco Gil, aseguró ayer que entre los planes del gobierno federal para 2003 no está recortar el presupuesto de egresos como resultado de una menor captación fiscal.
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