El arzobispo rinde homenaje a la bandera en
la Catedral Metropolitana
Llama Norberto Rivera a la unidad ante la proximidad
de tiempos difíciles
El procurador capitalino Bernardo Bátiz asistió
a la ceremonia
Por
segundo año consecutivo, en la víspera del Día de
la Bandera, el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera
Carrera, rindió honores a los símbolos patrios en la Catedral
Metropolitana. Convocó a los mexicanos a la unidad en torno a los
símbolos patrios y a las instituciones, ante la probabilidad de
que se avecinen tiempos difíciles.
En el acto, realizado al término de su acostumbrada
misa dominical, el prelado señaló que todos los mexicanos
deben honrar y respetar la bandera nacional, que identifica al país.
A ambas ceremonias, la religiosa y la cívica, acudió
de manera sorpresiva el procurador de Justicia capitalino, Bernardo Bátiz,
quien tras reunirse en privado con el cardenal explicó que su presencia
en misa es algo normal, pues con frecuencia asiste, pero esta ocasión
no le dio tiempo de acudir adonde lo hace ordinariamente, por lo que decidió
ir a la Catedral Metropolitana.
Durante la ceremonia cívica el jerarca eclesiástico
hizo un breve recuento histórico de la bandera y explicó
el significado de los tres colores de la enseña nacional. Refleja
las características culturales y sociales de los mexicanos, expresó.
"Todas las naciones y los pueblos, aun los más
primitivos, como las tribus aborígenes de América, han creado
estandartes o banderas. Además de distinguirlos los significa y
son un elemento inconfundible de su identidad", manifestó.
Rivera Carrera insistió en que este símbolo
representa la unidad y la soberanía nacional, que surge junto con
los acontecimientos del desarrollo histórico del país. Asimismo
recordó que el lábaro patrio tiene su origen en la bandera
trigarante del Plan de Iguala, que se promulgó el 24 de febrero,
fecha en que Agustín de Iturbide, junto con otros jefes insurgentes,
proclamó la independencia de la Nueva España en 1821.
En su homilía, momentos antes, el arzobispo primado
de México se refirió al valor que tiene el perdón
en la enseñanza del Evangelio, pues "una persona que no tiene esta
experiencia corre el riesgo de empobrecerse y quedarse sin fuerza para
renovar su existencia".