MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Lujos en una Argentina devastada por la crisis
Por cada dólar de deuda externa, hay otro que se fugó sin control de las autoridades
LOS ARGENTINOS DEBEN estar felices: un informe oficial, elaborado por una comisión especial de la Cámara de Diputados de aquel país, reveló que la nación conosureña es tan, pero tan rica que a pesar de que sus habitantes enfrentan una devastadora crisis, la República se dio el lujo de permitir una fuga de capitales superior a 60 mil millones de dólares en sólo nueve años.
OTROS INFORMES -TAMBIEN de carácter oficial- revelan que en el plazo de referencia la mencionada fuga superó los 101 mil millones de dólares si se consideran los depósitos privados en bancos del extranjero (básicamente de Uruguay, Estados Unidos y Brasil), las inversiones en empresas foráneas y la adquisición de bienes inmuebles más allá de las fronteras argentinas (la mitad de ellas, de hecho, en Punta del Este, Uruguay). Todo un lujo para una nación que entre otras muchas cosas reporta índices históricos de desempleo y de pérdida de poder adquisitivo, al tiempo que no termina de pagar su "cuota" de niños muertos por inanición.
EL PERIODICO LA NACIN, editado en Buenos Aires, publicó un informe elaborado por la Comisión Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de la Cámara de Diputados, que trabaja desde hace más de un año y está a cargo del justicialista Eduardo Di Cola, documento que precisa que durante el periodo en que rigió la convertibilidad (1992-2001) la fuga de capitales argentinos ascendió a 60 mil 412 millones de dólares. "Dicho en otras palabras, por cada dólar de endeudamiento externo hay alrededor de un dólar que se fugó de la Argentina. Estos datos son de por sí impactantes, pero el verdadero problema es otro: la comprobación de que prácticamente no rigen controles sobre las divisas que se fugan del sistema financiero, pese a las normas legales vigentes".
TAN SOLO EN 2001, año en que estalló la mayor crisis del sistema financiero en Argentina, se fugaron alrededor de 14 mil 977 millones de dólares (aunque el Ministerio de Economía estimó una cifra menor: 12 mil 499 millones). Dicho monto surge de la base de datos que elaboró la comisión investigadora a partir de la información que suministraron 58 bancos, casi 70 por ciento de los activos del sistema financiero. En aquel tiempo la salida de divisas del sistema financiero no era tipificada como ilegal, aunque hoy está severamente regulada. Sin embargo, los legisladores advirtieron que en los hechos ni el sistema financiero argentino ni el Banco Central "aplican los debidos controles sobre la fuga de capitales (...) no se verifica efectivamente si el origen del dinero que sale del sistema es lícito o no".
EL ROTATIVO LA NACION anota que "resulta interesante conocer, a partir de estos datos, la secuencia de la fuga de dinero que se desató de acuerdo con los acontecimientos políticos y económicos que sacudieron ese año y que desencadenaron la renuncia del presidente Fernando de la Rúa. La crisis se olfateaba en el ambiente y hubo quienes actuaron con rapidez. Basta un indicio: en un solo día, el 30 de noviembre -de 2001- (a pocas horas de instaurarse el corralito financiero), se registraron más de 857 operaciones de salida de capitales por más de 143 millones de dólares".
LOS INTEGRANTES DE LA comisión concluyeron que el sistema financiero argentino "articuló un aceitado mecanismo para favorecer y facilitar la fuga de divisas por medio de operaciones off shore, y que buena parte de esos fondos es, presumiblemente, producto de la evasión impositiva, lo que explica la vocación de la fuga (...) A pesar de las obligaciones de informar que impone la legislación sobre lavado de dinero y otras actividades ilícitas, los bancos prácticamente no informaron acerca de operaciones sospechosas y el Banco Central no asumió un papel activo".
LO ANTERIOR NO DISTA mucho de algunos recientes casos que se intentan ventilar en México, pero en el caso de Argentina la comisión reveló que "cuando comenzamos a investigar la fuga de dinero casi ninguno quiso colaborar, aduciendo la confidencialidad de los datos que manejan. Debió interceder el procurador del Tesoro para que los datos se nos enviaran". De hecho, documentó que "casi un tercio de las transferencias de divisas al exterior realizadas en 2001 se efectuó con datos de identificación imposibles de ser reconocidos por la Administración Federal de Ingresos Públicos (...) Un dato sorprendente es que se han encontrado personas que figuran realizando transferencias al exterior después de fallecidas, además de transferencias efectuadas por personas cuyas identidades corresponden a niños menores de 14 años".
OTRO INFORME, PUBLICADO el 30 de diciembre de 2001 por el rotativo argentino Página 12, subrayaba que "mientras la economía se colapsaba, una corriente récord de dólares argentinos se fugaron al exterior (...) Los dólares en billetes que los argentinos atesoran hoy en cajas de seguridad o en sus hogares, superan la astronómica suma de 25 mil millones. En contraposición, el Banco Central apenas cuenta con 3 mil 300 millones de dólares en reservas de libre disponibilidad para garantizar la convertibilidad de los 10 mil millones de pesos en circulación (...) Sólo en depósitos y acciones en el extranjero hay un monto equivalente a la totalidad de los depósitos que quedaron atrapados en el corralito financiero. Es una verdadera Argentina paralela que se agranda a ritmo veloz en tiempos de crisis de la Argentina real".
LO ANTERIORMENTE descrito no es una novedad en la historia político-económica de América Latina. Caso concreto es el mexicano, que puede ilustrar uno de los más puros ejemplos de las "democracias financieras" que gobiernan la región. En el caso argentino, describe Página 12, "los datos reflejan la impresionante fuga de dólares hacia el exterior puesta en marcha por un privilegiado segmento de la población y dejan al desnudo la paradoja de un país que, al borde de la desintegración, podría nutrirse de los dólares que los propios argentinos guardan celosamente -incluso dentro del país- si se encontrara alguna forma de volcarlos nuevamente al circuito de la economía local".
Las rebanadas del pastel:
LA GLOBALIZACION FINANCIERA, como se constata con el caso argentino, puede devastar a una nación en cuestión de minutos... Todo sea por el bien de la plutocracia regional.
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