Declaran periodistas detenidos; no les permitieron
que estuvieran sus abogados
Ordena juez congelar e investigar cuentas bancarias
del periódico en vasco Egunkaria
Exigen los trabajadores del rotativo al gobierno de
Euskadi un "compromiso real"
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 24 de febrero. Juan del Olmo, juez de la
Audiencia Nacional de España que decidió el pasado jueves
el cierre del diario vasco Egunkaria (Día a día),
ordenó hoy congelar e investigar todas las cuentas bancarias, activos
y pasivos que "posean o hayan poseído" las empresas editoras del
rotativo.
Además el magistrado comenzó a tomar declaración
este lunes a los 10 altos responsables del periódico detenidos en
el operativo policiaco de cierre, a excepción de Pello Zubiría,
ex director del diario, quien debió ser hospitalizado de urgencia
pero continúa incomunicado.
El
pasado jueves unos 300 agentes de la Guardia Civil española precintaron
y registraron las cuatro sedes del único diario escrito íntegramente
en euskera y detuvieron a 10 directivos, entre ellos el director, Martxelo
Otamendi, a quienes acusaron de "pertenecer a la organización terrorista
ETA".
Los detenidos habían permanecido en dependencias
judiciales, pero finalmente hoy, más de 72 horas después
de la aprehensión, el juez Del Olmo empezó a tomar declaración
a los periodistas. Sin embargo, hasta las 19 horas locales sólo
habían comparecido tres de los 10 detenidos, a quienes se negó
la presencia de sus abogado durante la diligencia.
El cierre del rotativo provocó la indignación
de miles de personas en Euskadi y de instituciones públicas, partidos
políticos y organizaciones civiles, que han considerado la medida
de propia de "un Estado totalitario", que vulnera "derechos fundamentales"
y atenta contra la cultura vasca.
A pesar de las críticas el juez Del Olmo dio un
paso más y ordenó "investigar los movimientos de las cuentas,
activos y pasivos bancarios que posean o hayan poseído las sociedades
vinculadas al diario y a las personas detenidas a raíz de su clausura
desde enero de 1990, fecha de la fundación del periódico".
La Guardia Civil solicitó la práctica de
estas diligencias al magistrado, "con la finalidad de que no puedan evadirse
los bienes procedentes del delito", al sostener que el rotativo y sus directivos
habrían incurrido en el delito de "pertenecer" o "colaborar" con
la organización armada.
Del Olmo accedió a estas peticiones, por lo que
envió oficios para recabar la información requerida a la
Caja Laboral Popular, la Asociación Española de Banca, la
Confederación Española de Cajas de Ahorro y la Unión
Nacional de Cooperativas de Crédito. Estas entidades deben proceder
al bloqueo "inmediato" de los activos existentes en las cuentas y de las
cajas de seguridad para comunicar a la Guardia Civil el importe de las
cantidades congeladas.
El juez también requiere a los directores generales
de las Haciendas Forales de Guipúzcoa, Vizcaya y Alava "todos los
datos que dispongan en sus bases desde el primero de enero de 1990 hasta
la actualidad de las empresas Egunkaria SA, Egunkaria Sortzen SL y Egunkaria
Sortzen Kultur Elkartea". La prohibición se extiende al traspaso
o enajenación de los vehículos de su propiedad y el acceso
a las páginas de Internet.
Entre tanto, Pello Zubiría, quien fuera el primer
director del rotativo y actualmente fungía como director adjunto
de la revista Argia, tuvo que ser ingresado en el hospital Gregoria
Marañón de Madrid, pero la única información
que se dio es que "está vivo", señalaron los familiares del
periodista.
Según información difundida por la conservadora
Cadena Cope, el detenido habría intentado suicidarse en la celda
de la prisión ahorcándose con la funda de la almohada. Añade
que presentaba un "cuadro clínico depresivo y esquizofrénico".
Pero la esposa del detenido había informado al momento del arresto
a los guardias civiles que su esposo padece una enfermedad "crónica
e irreversible".
Uno de los abogados de los detenidos, Iñigo Iruín,
solicitó al magistrado un habeas corpus, en el que exige
la inmediata liberación de Zubiría y el levantamiento de
su incomunicación, en atención a su estado de salud.
En la víspera, los trabajadores de Egunkaria
manifestaron que para que el diario vuelva a salir "es preciso algo más
que palabras y respaldo. Ha llegado la hora de los compromisos" de las
autoridades del gobierno regional vasco, que subvenciona al diario, el
cual nunca había sido sospechoso de compartir posiciones con ETA.