Influyó en Jean-Paul Sarte, Michel Foucault, René Char y Roland Barthes
Murió Maurice Blanchot, uno de los exponentes de las letras francesas del siglo pasado
El autor de La conversación infinita trató de expresar en sus libros lo inconcebible
AFP Y PL
Paris, 24 de febrero. Maurice Blanchot, una de las grandes figuras de la letras francesas, cuya obra influyó en pensadores como Jean-Paul Sartre, René Char, Michel Foucault y Roland Barthes, murió a los 95 años, confirmaron hoy sus familiares en esta ciudad.
En cada uno de sus libros Blanchot trató de expresar lo inconcebible mediante una escritura refinada. Escribir para él era ''entrar en la afirmación de la soledad en la que amenaza la fascinación". Buscó de manera literaria la descomposición de la literatura, vivió la conciencia del fin de la novela y se declaró indiferente ante esa crisis. De esta contradicción entre su amor y su desprecio por la escritura nació una angustia, un sentimiento de vacío, de ausencia y de muerte que transmiten todos sus libros.
Entre las obras de Blanchot figuran Thomas el oscuro (1941), Aminadab (1942); El Altísimo (1949); Sentencia de muerte (1948); El espacio literario (1955), El libro que vendrá (1959) y La conversación infinita (1969). En 1986 participó en una obra colectiva sobre el líder sudafricano Nelson Mandela.
Periodista y autor difícil
Blanchot nació el 22 de diciembre de 1907 en Quain (Borgoña) en una familia acomodada. Colaboró en varios periódicos de extrema derecha en los que abordó temas políticos, además de literarios, en más de 200 artículos publicados de 1931 a 1944. Considerado un autor difícil y tras haber participado intensamente con la prensa de ese signo durante los años treinta, el escritor optó por una vida discreta al término de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, su retiro no le impidió expresar públicamente convicciones muy distintas de las de su juventud. Firmó numerosas peticiones, como el Manifiesto de los 121 sobre la guerra de Argelia, en favor de los jóvenes insurgentes de mayo de 1968.
Con el deceso de Blanchot se extingue el último de los representantes de la generación de Marguerite Duras.