Descarta que su padre haya dejado una tarea sin terminar tras la guerra del Golfo
La destrucción de misiles Al Samoud "no salvará a Hussein", advierte Bush
Rechaza un ataque 71% de estadunidenses si Irak elimina armamento, indica encuesta
AFP, REUTERS Y DPA
Washington, 27 de febrero. El presidente estadunidense, George W. Bush, dijo este jueves que la aceptación iraquí a destruir sus misiles Al Samoud no es más que "parte de una campaña de engaños" que, aseguró, no va a salvar a Saddam Hussein, a quien exhortó a un desarme total.
El mandatario agregó que "los cohetes son apenas la punta del iceberg. La única cuestión sobre el tapete es un desarme total y completo, al cual el presidente iraquí se rehúsa.
Asimismo, rechazó cualquier sugerencia de que su padre, el ex presidente George Bush, haya dejado una tarea sin terminar en Irak, al dejar a Hussein en el poder tras la guerra del Golfo en 1991.
"La misión a principios de los años 90 era liberar a Kuwait, lo que se cumplió. La misión ahora es desarmar al régimen iraquí en nombre de la paz", sostuvo.
El secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, reforzó esta postura al declarar: "No veo ningún cambio de actitud", durante una conferencia de prensa, cuando fue consultado sobre la noticia de que los iraquíes aceptaban en principio destruir los misiles.
"Saben, eso es exactamente lo que ha estado ocurriendo durante años", dijo Rumsfeld. "Se niegan a cooperar, dejan pasar el tiempo, esperan a que alguien finalmente los pille con una pequeña pieza de todo el rompecabezas y se niegan a hacer algo al respecto y, finalmente, cuando ven que la presión aumenta, dicen: bien, tal vez lo hagamos", explicó el secretario de Defensa.
Rumsfeld agregó que para él estaba claro que Irak había decidido no cooperar con la ONU respecto de sus exigencias de que deponga las armas químicas y biológicas.
El secretario de Defensa acusó a Bagdad de "arrastrar los pies" y de haberse "resistido por medio de una declaración falsa" en diciembre a las demandas de la ONU de desarme completo.
En todo caso, la posición de los estadunidense frente a una guerra en Irak puede evolucionar en función de las medidas que tome Hussein, reveló una encuesta divulgada el jueves por la cadena CNN y el periódico USA Today. Mientras 59 por ciento de los consultados apoya el envío de tropas a la región del Pérsico, 40 por ciento declaró que sólo respalda una invasión si hay una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Si Hussein se declara dispuesto a destruir sus misiles Al Samoud -algo que se anunció este jueves-, sólo 33 por ciento de los encuestados se dijo en favor de una guerra, mientras 71por ciento expresó su rechazo.
Por otra parte, el gobierno estadunidense decidió disminuir este jueves el nivel de alarma para atentados terroristas del código naranja al amarillo, informaron el titular del Departamento de Seguridad Interior, Tom Ridge, y el secretario de Justicia, John Ashcroft.
El pasado 7 de febrero se incrementó el nivel de alerta al código naranja y se instó a la pobalción a tomar medidas de precaución, como almacenar agua, alimentos, linternas y aparatos de radio y baterías, y se recomendó sellar puertas y ventanas.
La estrategia de seguridad de EU lo llevará
a mantener un poderío global: analistas
Irak es sólo el comienzo, el resto de la historia
"será escrita por nosotros": Bush
Previo a la guerra justifica su política para
"imponer libertad y democracia" mundial
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 27 de febrero. El presidente
George W. Bush confirmó que la destitución de Saddam Hussein
es sólo el inicio de un esfuerzo mucho más amplio para reconformar
el mapa del Medio Oriente y demostrar que hoy Estados Unidos es el poder
dominante del mundo.
En un discurso ofrecido el miércoles ante el conservador
American Enterprise Institute, Bush inició su intervención
afirmando que "este es un periodo crucial en la historia de nuestra nación
y del mundo civilizado".
Reconociendo modestamente que buena parte de la historia
del mundo había sido escrita por otros, agregó sin ningún
matiz: "el resto (de la historia) será escrita por nosotros".
El presidente y sus asesores han articulado, de manera
más pública y explícita que cualquier otro gobierno
en el último medio siglo, una política de seguridad nacional
sentada en la visión de un mundo unipolar donde Estados Unidos es
el poder dominante.
En su documento sobre estrategia nacional emitido el año
pasado, Bush afirmó sin reservas que su país debe ser el
poder militar dominante en el mundo y que tiene que actuar de forma preventiva
para asegurarse que ningún otro poder pueda surgir para desafiar
al estadunidense.
Pero esta semana Bush dio otro paso, argumentando que
este país no sólo derrocará al presidente Saddam Hussein,
sino que está comprometido a reconstruir un Irak "democrático"
y pro estadunidense que, a su vez, podría servir de catalizador
para el cambio en otros países de Medio Oriente.
El derrocamiento de Hussein también consolidará,
según esta lógica, a Estados Unidos como el poder supremo
en el mundo. Con sus declaraciones de esta semana, Bush aplicó una
visión neoconservadora de la política exterior estadunidense,
articulada primero por algunos de sus más cercanos asesores hace
casi una década en un borrador de una estrategia de seguridad nacional
preparada para el gobierno de George Bush padre.
El
vicepresidente Dick Cheney; el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld,
y el subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, son todos promotores de
esta visión de una política exterior que abiertamente busca
derrocar a cualquier gobierno considerado no amigo y asegurar a toda costa
la supremacía estadunidense.
En el borrador del documento de estrategia de seguridad
elaborado poco después del fin de la primera guerra del golfo Pérsico,
Wolfowitz argumentó explícitamente en favor de la acción
"preventiva" y si fuese necesario, unilateral, para derrocar a gobiernos
de Estados que poseen armas de destrucción masiva. Estos estrategas
no estaban de acuerdo con la idea de contención articulada por algunas
de las figuras más reconocidas entre los republicanos en política
exterior, y que fueron adoptadas por el gobierno de Bill Clinton.
Pero Wolfowitz, Cheney y Rumsfeld ahora están en
el mando y al escuchar el discurso de Bush el miércoles, quedó
claro que tienen la atención del presidente. Pero ese discurso también
fue significativo por otras razones.
"Donde ofreció el discurso es más importante
que las palabras", indicó el analista Jim Lobe a La Jornada.
Explicó que la decisión de la Casa Blanca de presentar este
discurso en el American Enterprise Institute (AEI) marca el giro de la
política. "Ese es el eje de la red entera de los neoconservadores
que han sido los proponentes más ávidos de lanzar la guerra
contra Irak y llevarla más allá de ese punto".
El AEI es la sede de la ex embajadora de Estados Unidos
ante la ONU Jeanne Kirkpatrick, y de algunos de los conservadores más
radicales del país. Otro grupo de esta red, Proyecto por un Nuevo
Siglo Americano, sostuvo el año pasado en un memorándum de
política que "mientras que el conflicto no resuelto con Irak ofrece
la justificación inmediata, la necesidad de una presencia sustancial
de las fuerzas estadunidenses en el Pérsico trasciende el asunto
del régimen de Saddam Hussein".
El objetivo central de esta política, argumentó
este grupo, es "mantener la preeminencia global de Estados Unidos... y
moldear el orden de seguridad internacional en línea con los principios
e intereses estadunidenses".
La acción militar en Irak cambiará al gobierno
de ese país y demostrará a otros gobiernos lo que podría
ocurrir si desafían a Estados Unidos. "A otros regímenes
les será dada una advertencia clara de que el apoyo al terror no
será tolerado", advirtió Bush en su discurso ante la AEI.
Pero más allá de las advertencias a otros
gobiernos, Bush dijo esta semana que el plan militar estadunidense considera
también reconstruir un gobierno democrático y plural en un
Irak unificado. Eso podría no ser fácil, y el general Eric
Shinseki, jefe militar, comentó recientemente que cientos de miles
de soldados permanecerán en Irak para establecer un clima estable
para ese cambio democrático. El propio Bush indicó que Estados
Unidos no está intentando determinar el futuro gobierno de Irak,
pero sí asegurarse que Hussein no sea sustituido con otro dictador
"brutal".
Como parte de esto, Bush prometió un plan masivo
de asistencia para la reconstrucción de Irak, algo parecido al Plan
Marshall, y rechazó críticas de que Estados Unidos simplemente
busca instalar un régimen clientelar. Después de otros conflictos
en el pasado, señaló Bush, "no dejamos atrás ejércitos
de ocupación, dejamos constituciones y parlamentos".
Al parecer, la memoria no funciona perfectamente. En Kuwait,
el país más recientemente "liberado" por las fuerzas estadunidenses,
el gobierno actual es una monarquía donde el derecho al voto está
limitado a un pequeñísimo grupo de hombres adultos que puedan
comprobar la nacionalidad histórica de su familia hasta por lo menos
1921.
Y el actual gobierno de Afganistán puede ser calificado
de muchas maneras, pero pocos se atreven a afirmar que los "señores
de la guerra" que tienen el control de buena parte del país son
"demócratas". Aunque cuando Estados Unidos invadió Afganistán
en 2001, Bush prometió ayudar a la reconstrucción de ese
país, este año a la Casa Blanca se le "olvidó" incluir
fondos en asistencia extranjera para Afganistán al presentar su
presupuesto al Congreso (avergonzados asesores de la Casa Blanca corrigieron
el error, pero la omisión deja claro qué tan central es el
tema afgano en el pensamiento del gobierno de Bush).
Mientras tanto, los asesores de la Casa Blanca ya están
elaborando todo tipo de visiones, incluyendo políticas económicas,
para un Irak de posguerra. El diario Los Angeles Times reportó
que los diseñadores de políticas ya comenzaron consultas
sobre la privatización de la empresa petrolera nacional iraquí
con algunos líderes exiliados y empresas petroleras estadunidenses.
"Un nuevo régimen en Irak serviría como
ejemplo de libertad dramático e inspirador para otras naciones en
la región", declaró Bush esta semana.
Así, ya se está pensando más allá
de Irak aun antes de que comience la guerra. Ya se justifica una política
para imponer "libertad" y "democracia" a través de la acción
militar.
Pero este modelo, si es que se establece con base en la
historia reciente, se tratará menos de libertad y democracia y más
de la alineación política y económica con Estados
Unidos.
Apenas empiezan, dicen, a escribir esta historia.
Reitera Tarek Aziz la intención de su
país de cumplir la resolución 1441
Irak, dispuesto a destruir sus misiles Al Samoud,
informa oficina de Hans Blix
Llama Hussein a la población a cavar trincheras
en sus jardines para protegerse de ataques
AFP, DPA Y PL
Bagdad, 27 de febrero. Irak está de acuerdo
en principio en destruir sus misiles prohibidos Al Samoud 2, según
una nota que envió al jefe de inspectores de armas de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), Hans Blix, indicó la oficina de éste.
La carta, firmada por el general Ami al Saadi, asesor
científico de Saddam Hussein, indica: "en principio Irak acepta
la exigencia de destrucción de sus misiles y otros elementos listados",
dijo la oficina.
Cuando la misión de desarme de la ONU (Unmovic)
denunció que Irak tenía aún este tipo de misiles,
que superan el alcance permitido de 150 kilómetros, Bagdad alegó
que el poseer dichas armas no violaba las disposiciones de Naciones Unidas.
Posteriormente el gobierno de Hussein aseguró que "estudiaría
la demanda".
El
asesor presidencial iraquí, Amir al Saadi, declaró en carta
dirigida a la ONU la disposición de Bagdad de destruir otros "ob-jetos"
que están prohibidos según Unmovic.
Este jueves se cumplieron tres meses de inspecciones en
Irak, y los expertos admiten que no han sido obstaculizados de ninguna
forma en su labor.
Las autoridades iraquíes aceptaron re-cientemente
dar una nueva lista de 38 científicos que participaron en la destrucción
de armas y agentes biológicos después de los 83 nombres proporcionados
en febrero.
Sigue habiendo reticencia de parte de científicos
iraquíes de ser entrevistados en privado por los inspectores.
Por lo pronto, el viceprimer ministro iraquí, Tarek
Aziz, reiteró la disposición de su país de cumplir
la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU. No obstante,
el número dos del régimen, Ezzat Ibrahim, reiteró
que su país está preparado "para luchar hasta la derrota"
de Estados Unidos.
En este contexto, una unidad importante de la Guardia
Republicana iraquí fue localizada desplazándose en el norte
de Irak hacia Tikrit, bastión político de Hussein, según
un funcionario del Pentágono.
Hussein, de su lado, llamó a la población
de su país a cavar trincheras en los jardines de sus casas para
protegerse. En la pasada Guerra del Golfo la aviación aliada estadunidense-británica
lanzó cohetes contra refugios antibombas en los que murieron cientos
de personas, por lo que la población se niega a usar esas instalaciones.
En Egipto, el canciller iraquí, Naji Sabri, calificó
de "maniaco y demente", al presidente estadunidense, George W. Bush, al
preguntársele su opinión sobre el discurso pronunciado el
miércoles por el mandatario, en momentos en que unas 20 mil personas
se manifestaron en El Cairo en rechazo a una eventual guerra contra Bagdad.
Mientras, aviones estadunidenses bombardearon este jueves
un centro de comunicaciones militares en el norte de Irak, manteniendo
una cadencia de bombardeos aé-reos en preparación de una
eventual invasión, dijeron fuentes militares.
Los ataques se realizaron en respuesta a fuego de artillería
antiaérea iraquí contra aparatos de la coalición que
patrullaban la zona de exclusión en el norte de Irak, según
el comando estadunidense en Europa.
Estos ataques suceden a los realizados el miércoles
contra repetidoras, nódulos de una red de cable de fibra óptica
que permiten transmitir información de radares para localizar misiles
y artillería antiaérea en el sur del país, y que continúan
una serie de bombardeos en el sur y norte de Irak contra misiles tierra-tierra
y tierra-aire.