Santiago Alba Rico*
¿Por qué escribo en Gara?
Empezaré explicando, más bien, por qué
no escribo en otros sitios. ¿Por qué no escribo en El
País? Porque El País es demasiado exigente con
la calidad y yo demasiado exigente con la verdad. ¿Por qué
no escribo en El Mundo? Porque El Mundo sólo publica
a sus amigos y yo no tengo amigos gualdirrojos, fregoniles, tintoreros
ni sicofantas. ¿Por qué no escribo en La Razón?
Porque La Razón no admite "terroristas" y yo no admito linchadores
ni genocidas (ni siquiera de imprenta). ¿Por qué no escribo
en ABC? Porque ABC tiene demasiados blasones (y piñarones)
y yo no gusto de tronos ni de patronos.
¿Por
qué -finalmente- no escribo en Egunkaria? Porque aunque conociese
la lengua más bella de entre todas las lenguas que no conozco, ya
no existe. No escribo allí porque lo han cerrado. No es que haya
quebrado ni que lo hayan abandonado sus lectores. Lo ha cerrado una orden
judicial del juez Del Olmo, de la Audiencia Nacional, a petición
de la Guardia Civil. Egunkaria era el único diario enteramente
re-dactado en euskera y varios amigos euskaldunes mucho más moderados
que yo me dicen que era un medio plural, pacifista, internacionalista,
de izquierdas, dedicado a la difusión de la cultura vasca y a la
defensa de la autodeterminación de Euskadi. Vasco, plural y pacifista:
demasiado para el gobierno de España. Basta. Ya se regocijará,
sin duda, con este nuevo paso en la conquista de las libertades: basta
ya de bárbaras germanías, basta ya de periodistas independientes,
basta ya de palabras acuñadas en otra ceca. Estas razones, más
que explicar por qué el Partido Popular ha cerrado Egunkaria
pocos días después de la manifestación más
grande de la historia contra su gobierno, explican por qué no se
cierra El País, El Mundo, La Razón o
ABC. España tiene la suerte de ser una democracia por la
gracia de Dios y poder permitirse así lo mismo que nos repugna de
Turquía. Si no le hubiese tocado ser una democracia, como a otros
les toca ser altos o un don para el violín; si le hubiese tocado
ser una dictadura, como a otros les toca tener chepa, ¡parecería
una dictadura! (con partidos políticos y pornografía en los
quioscos, como en Turquía).
Turquía debería cambiar de estrategia para
forzar su ingreso en la Unión Europea: en lugar de respetar los
derechos humanos, renunciar a la tortura y liberar a los presos políticos;
quizás le bastase con cambiarse el nombre y pasar a denominarse
"España". Habría así dos Españas, las dos democráticas
y las dos europeas. Podríamos incluso multiplicar las Españas
y acelerar de este modo la democratización del planeta, sin bloqueos
ni bombardeos: a Arabia Saudita la llamaríamos "España" y
a Indonesia y Jordania las llamaríamos "España" y a Pakistán
y a Uganda y a Nepal y a Guinea las llamaríamos "España"
y veríamos florecer por todas partes, como rectas espigas bajo el
sol, los valores candeales del derecho y la libertad. Incluso podríamos
ahorrarnos una guerra y llamar "España" también a Irak, porque
con ese nombre sin duda Saddam Hussein sería bueno, justo y comedido.
¿Por qué no escribo en El País,
en El Mundo, en La Razón o en ABC? Porque no
merecen ser cerrados por la Guardia Civil como Egunkaria. ¿Por
qué escribo en Ga-ra? Las razones vienen de suyo, pero daré
unas cuantas, muy parecidas a las que daba Carlo Frabetti en un reciente
artículo. Escribo en Gara porque no es provinciano ni chovinista;
porque no es perfecto pero sí recto, honesto, independiente; porque
es el único diario que se toma en serio el "ma-nual de estilo" de
El País; porque dice lo que otros silencian y no calla siquiera
lo que no le conviene decir; porque antepone la veracidad de la información
y el deber de informar a los "intereses" de su línea editorial;
porque sus editoriales suelen ser sensatos y valientes; porque no recibe
dinero ni de Berlusconi ni de Polanco; porque no apoya golpes de Estado
en Venezuela ni a asesinos en Colombia ni a marines en Afganistán;
porque es respetuoso con los más acérrimos detractores e
ilimitadamente tolerante con todos sus colaboradores; porque es plural,
abierto, riguroso, comprometido; porque es el único periódico
que publicaría un artículo titulado "Sin ETA lucharíamos
mejor"; porque es el único periódico que publicaría
este artículo; porque publicaría también a Savater;
porque tiene al mejor caricaturista del mundo; porque es internacionalista,
democrático y de izquierdas, y porque, en definitiva, cada día
se merece más que lo cierre la Guardia Civil.