Leonardo García Tsao
Perdiendo las canicas
Otro estreno nacional y otra muestra de despiste por parte
de las contadas productoras cinematográficas del país. Después
del decepcionante resultado de Atlético San Pancho, la compañía
Altavista ha vuelto a intentar con Zurdo un producto similar, aunque
una simple regla de tres hubiera servido para guardar ciertas reservas:
si una película sobre futbol no rindió las ganancias esperadas
en taquilla, ¿qué podía esperarse de otra sobre canicas,
juego que dejó de tener arraigo en la infancia mexicana posiblemente
desde 1963?
Primer largometraje de Carlos Salces, quien a raíz
de su corto En el espejo del cielo fuera premiado y elogiado,
Zurdo ilustra el preocupante síndrome de la película
dirigida a nadie en particular. Por un lado resulta demasiado pretenciosa
para un público infantil; por otro, demasiado pueril para el espectador
adulto.
Nuevamente,
la habilidad técnica de un cineasta no es suficiente para sobrellevar
un guión deficiente, cuya ambición no encuentra sostén
en sus endebles planteamientos. Situado en el pueblo ficticio de Buenaventura
-una especie de Pachuca posnuclear-, Zurdo abunda en clichés
del melodrama mexicano y de cierto cine hollywoodense para contar la historia
del héroe epónimo, un niño (Alexis Perea) superdotado
para jugar canicas. El reto viene por parte de un forastero (Eugenio Derbez,
como escapado de un chili-western), quien afirma representar a alguien
capaz de vencerlo, un experto apodado El Mago. Entre subtramas inútiles,
la divagante narrativa conduce al gran duelo, basado en una sola suerte
conocida como golpe y cuarta. ¿Adivinen quién resulta ganador?
Obviamente capaz de generar imágenes atractivas,
Salces se ha dejado llevar por un formalismo artificioso. Apoyado por una
producción vistosa, diseños visuales computarizados y una
recargada banda sonora, el cineasta se pierde en el efecto por el efecto
mismo, sin reparar en la coherencia de la historia. ¿Qué
sentido tiene, por ejemplo, la escena en que el protagonista fantasea que
la pandilla cyberpunky de los Chupacabras sea aplastada por
una canica gigante, si luego resulta no ser su antagonista, sino su aliada?
Así puede uno seguir cuestionando caprichos formales... empezando
por el situar todo en un ambiente Mad-Mex, que a fin de cuentas
no ejerce peso dramático alguno.
El duelo de canicas podría haber servido de metáfora
social, sobre todo cuando se apunta el tema de un niño abrumado
por la responsabilidad que le asigna un pueblo entero. Sin embargo, la
muy convencional y complaciente resolución final desarma cualquier
intento de lectura metafórica. Un cineasta de ligas mayores es aquél
que consigue involucrarnos aun en los asuntos aparentemente más
triviales, y conferirles una dimensión universal. Digamos que Salces
no se sitúa aún en esa división.
¿Y cómo explicar esa caracterización
tan retrógrada de los personajes femeninos? En Zurdo, las
mujeres sólo sirven para encarnar lugares comunes del machismo:
la abnegada madre soltera que lava ajeno; la hija buena de los ricos malos
-otro cliché desvergonzado- convertida en ñoño objeto
del deseo; la maestra castrante; la esposa cuya única misión
en la vida es embarazarse. A la hora de las acciones, las mujeres permanecen
en segundo plano en lo que es, a todas luces, un asunto exclusivo de hombrecitos.
En una final reafirmación de ese patriarcado, Zurdo escoge
irse con quien ha revelado ser su padre.
Perjudicada además por una publicidad poco eficaz
(alguien podría pensar, viendo los anuncios, que Zurdo es
una revista o un disco), la película no ha gozado del favor del
público en su semana de estreno. Esa es mala noticia no sólo
para los involucrados, sino para una industria cada vez más orillada
a dejar de serlo. Con tan escasa producción, el cine mexicano no
puede darse el lujo de sufrir fracasos millonarios.
Zurdo
D: Carlos Salces/ G: Carlos Salces, Blanca Montoya,
basado en un argumento de Hubert Barreiro/ F. en C: Chuy Chávez/
M: Paul Van Dyk, Eduardo Gamboa/ Ed: Carlos Salces/ I: Alexis Perea, Arcelia
Ramírez, Alejandro Camacho, Giovanni Florido, Eugenio Derbez/ P:
Altavista Films, Fantasmas Films. México, 2002.