Presenta El experimento Damanthal en
el foro La Gruta
Mis trabajos no necesitan espectadores intelectuales,
asegura Javier Margulis
JUAN JOSE OLIVARES
La finalidad de La Damanthal Klinicke es conmover, desestructurar
la mirada pasiva del espectador, esa mirada para la cual es costumbre el
horror de lo cotidiano. La Damanthal Klinicke está dedicada a la
investigación y creación de códigos de comunicación
y lenguajes escénicos no convencionales. Su objetivo: llamar su
atención sobre el escabroso destino al que se halla sometido. Hacerlo
partícipe. Este es el discurso de esta compañía teatral
dirigida por Javier Margulis, que desde hace una semana estrenó
en el foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, El experimento
Damanthal, con funciones los viernes a las 20 horas, sábados
a las 19 y domingos a las 18 horas.
Argumentan
sobre esta puesta que "es preciso exponer sin piedad el tránsito
de la experiencia humana en su búsqueda de progreso. Cuestionar
el sentido de nuestro paso por la vida. La imagen en escena es un lenguaje
complejo, entramado de todos aquellos lenguajes perceptibles que generan
a partir de su fusión la posibilidad de un nuevo discurso. Las relaciones
entre el hombre (sujeto y centro de la escena), el gesto, las situaciones
corporales, los objetos, el espacio, la luz, el sonido, la palabra, el
color, el tiempo, conforman el signo, el elemento y la herramienta''.
Javier Margulis tiene en su haber -junto con su compañía-
puestas como Ritual de comediante (recientemente montada en Casa
del Lago), El instante de oro, Seres leves y Fragmentos de una
erótica, entre otros.
-¿Por qué crear este tipo de expresiones?
-Primero, hay que estar enfermo para hacer teatro. Sin
duda, en el teatro ocurre algo que no pasa en ningún otro medio
de expresión. El teatro está fuera de época, hoy no
crees las cosas si no las ves por televisión. Sin embargo, en el
teatro puedes recuperar ese tipo de emociones, asistir a un pedacito de
vida, a un pedacito de realidad en un escenario. El teatro es el lugar
donde puedes conmover al espectador.
Abunda: ''Esta búsqueda que tiene la compañía
consiste en conmover al espectador, en hacerlo contemplar el trabajo planteado,
con su imaginación, hacerlo sentir una persona capaz de ser creativa,
pero sobre todo, alertarlo de las cosas que pasan en el mundo''.
En El experimento Damanthal "se intenta, al disponer
las imágenes en un orden determinado, que no pierdan su carácter
subjetivo. Esta sucesión de imágenes configura inevitablemente
un relato, cuya característica fundamental está ligada a
su origen. Los elementos que componen este relato son fragmentos cuyas
aproximaciones resultan insólitas y sus conexiones invisibles. Fragmentos
despojados de cualquier gesto inútil, de cada detalle que no colabore
con la necesidad de una síntesis potente, de una metáfora
contundente.
''El modelo de construcción propone generar un
contexto en el que el azar provoque el desvío de las imágenes
del camino que les resulta habitual, obligándolas a descubrir, en
ese desarraigo, su capacidad de crear nuevos sentidos."
Para Margulis y sus actores, entre los que destaca Paola
Ubaldini, "el tema que nos preocupa es la noción de la realidad.
Sobre todo de cómo varía esta noción a partir de la
realidad. La parábola de Damanthal (científico que operaba
cerebros con manos libres) me parece que es actual, porque se parece mucho
al poder de manipulación de los medios de comunicación.
-¿Qué
sentido tiene experimentar?
-No sólo es utilizar el cuerpo como vehículo
de comunicacion, sino todos los elementos de la escena para crear un lenguaje,
el lenguaje de la imagen, para mí en un escenario. Lo importante
es la forma de contarlo.
-¿Por qué no hacer cosas convencionales,
a sabiendas de que el teatro está en crisis?
-Estoy convencido de que es un buen camino. No existe
el teatro comercial, existe el teatro para todos los gustos, pero también
existe una mirada del artista que requiere de cosas más sutiles
y que no precisa de un espectador preparado para eso. Aunque cualquier
ser humano sensible es capaz de ser un buen receptor. Ninguno de mis trabajos
piensa en un espectador intelectual.
(Centro Cultural Helénico: Av Revolución
1500, col. Guadalupe Inn. Tel. 5662-8674.)