CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Reclusorios: el olvido como arma política
ESTA VEZ LA inauguración del centro penitenciario
para reos que compurgan penas por delitos del orden federal se convirtió
en el comentario central de varias pláticas de sobremesa en los
comederos de la Condesa.
CUANDO MENOS ESO es lo que se dice, y esto porque
parece que en la ceremonia para iniciar los trabajos en Santa Martha, sin
pelearse ni insultarse, los personajes principales del acto se vieron frente
a frente, echaron mano a sus fierros, como quien quiere pelear,
y se dijeron sus verdades.
ALEJANDRO GERTZ MANERO, uno de los mejores exponentes
del gatopardismo, seguramente obedeciendo instrucciones trató de
llamar la atención de los concurrentes con un discurso que trataba
de exaltar las bondades del gobierno federal y acusaba a las administraciones
perredistas, cuando menos, de omitir el gran problema de la sobrepoblación
en los reclusorios.
HABLO POR EJEMPLO de que en los últimos
30 años no se construyó ninguna cárcel en la ciudad
de México, donde además la situación de la inseguridad,
-eso él no lo dijo-, se ha convertido en una las más graves
preocupaciones, no nada más de las autoridades, sino de todos los
habitantes de la capital del país.
AUNQUE TAMBIEN ES un maestro del olvido, cuando
le conviene, Gertz Manero pareció no recordar que él fue
también funcionario de la policía de la ciudad durante ese
lapso en que no pasó nada en cuanto a la construcción de
reclusorios.
Y ESO A nadie se le olvidó. Como tampoco
se olvida que la prevención del delito parte de una estrategia de
prevención que se inicia, necesariamente, con las posibilidades
de cada persona y las opciones que le ofrece el Estado para educarse, en
primer término.
Y EN ESO, hay que recordar, el gobierno de la ciudad
ha hecho un esfuerzo para construir preparatorias y una universidad que
permitan a la población menos favorecida económicamente tener
la oportunidad de estudiar y conseguir empleos bien remunerados.
LA EDIFICACION DEL nuevo centro penitenciario va
al parejo de las reformas al Código Penal de la ciudad, que no han
sido muy bien vistas por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, pero que parecen urgentes frente al crecimiento y sofisticación
de los hechos delictivos.
DE CUALQUIER FORMA, el gobierno de Andrés
Manuel López Obrador ha logrado poner en el carril correcto el asunto
de los presos por delitos federales, que hasta ayer costaban a las arcas
de la ciudad cerca de medio millón de pesos diarios.
MUCHO SE DISCUTIO sobre este asunto, el costo de
la manutención de los presos federales, desde el inicio de la gestión
de López Obrador, y sólo ahora por fin se llega a un acuerdo
bastante ventajoso para la administración de la ciudad.
SEA COMO SEA, la controversia sobre los sistemas
penitenciarios y los costos que representan para la ciudad, continuará
durante mucho tiempo más porque hasta el momento no existe ninguna
forma que asegure la readaptación de los delincuentes. Por el contrario,
son, como se ha dicho hasta el cansancio, las grandes universidades del
crimen.
LO QUE NO se vale es que exista quien trate de
sacar provecho político de una de las mayores urgencias, no nada
más de la ciudad, sino de todo el país