Tom Cruise, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger, entre otros, apoyan la agresión
Duelo artístico entre la guerra y la paz
Lou Reed, Dave Matthews, Susan Sarandon y Dustin Hoffman, en la trinchera pacifista
La invasión divide a la comunidad artística estadunidense, y también a sus miles de fans
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 2 de abril. Es hora de definición para todos los fanáticos de los artistas de la música y el cine. Es hora de que cada lado decida a quién elogiar o abandonar, quién es bueno o malo, no por sus talentos y atributos sino por su posición ante la guerra y la paz.
O tal vez ya es hora de que estalle la guerra entre los fans por las posiciones políticas de sus ídolos.
A los fans de Tom Cruise, Kid Rock, Ar-nold Schwarzenegger y James Earl Jones se les informa que deberán deshacerse de videos y compacts de estos tipos o se verán obligados a identificarse con su posición en favor de la guerra.
Los seguidores de Lou Reed, Dave Mat-thews, Susan Sarandon y Dustin Hoffman tendrán que deshacerse de los productos de éstos o alinearse contra la guerra. Los artistas han iniciado un duelo entre ellos sobre la paz o la guerra.
Algunos se tambalean, claro, como Ma-donna. Esta semana la cantante pop decidió no difundir por ahora en Estados Unidos su nuevo video de su canción American Life (Vida americana).
El video muestra actrices disfrazadas de militares, bombas, imágenes de guerra y un actor que se parece al presidente George W. Bush con una granada.
En su declaración para anunciar que el video no será presentado, Madonna afirmó: "no soy contraria a Bush, no soy pro Irak, soy pro paz".
Pero al parecer sólo la ilusión de estar en favor de la paz y contra la política del presidente estadunidense es muy peligrosa pa-ra los genios del comercio del arte.
Los directores del espectáculo televisivo de entrega de premios al mundo artístico han estado muy preocupados, y solicitaron a los artistas prescindir de sus puntos de vista durante las celebraciones en vivo.
Ese fue el caso de los premios Grammy, los máximos galardones de la industria de la música en Estados Unidos, un acto televisado al mundo, donde se les rogó a los artistas no usar ese foro para expresar sus posiciones políticas.
Casi todos obedecieron, aunque Sheryl Crow cantó con una guitarra colgada de un cinturón que decía "no a la guerra". Otro músico se expresó con un lema en su ropa.
Mayoría, los antibélicos
Muchos músicos se pronunciaron abiertamente contra la agresión en una plana pagada en el New York Times, agrupados como Músicos Unidos para Ganar sin Guerra.
Entre los firmantes figuran David Byrne, Brian Eno, Russell Simmons, Jay-Z, Caetano Veloso, REM, Sonic Youth y Ani Di Franco, entre otros.
En la entrega de los premios Oscar hubo la misma solicitud. Nuevamente casi todos aceptaron portarse bien, pero había más de un travieso: Pedro Almodóvar, Susan Sa-randon, Gael García, Adrien Brody y, claro, Michael Moore ofrecieron palabras y gestos por la paz, dedicaron sus honores a los que protestan, y criticaron al comandante en jefe George W. Bush.
Entre los actores se alarga la lista de estrellas que se han pronunciado en favor y en contra, y algunos participan activamente en las manifestaciones, marchas y foros por la paz (Susan Sarandon, Tim Robbins, Martin Sheen y Almodóvar, entre otros, estuvieron presentes en la marcha por la paz realizada en Los Angeles, 24 horas antes de acudir a la ceremonia de los Oscar), mientras que sus contrapartes se limitan a declararse en favor de la guerra en entrevistas.
Entre los actores que favorecen la política del gobierno estadunidense están Tom Cruise, Bruce Willis, Ron Silver y James Earl Jones.
"Toda la gente tiene que estar preparada. Si vamos a ser la policía, también tenemos que ser los guardianes", dijo James Earl Jones hace unas semanas.
Los opositores a la guerra, una lista mu-cho más amplia hasta ahora, incluye a Jessica Lange, Oliver Stone, Tim Robbins, Martin Sheen, Julie Christie, Robin Wi-lliams, Barbara Streisand, Richard Gere, Janeane Garofalo, Dave Mathews, George Clooney, Sean Penn y Woody Harrelson.
Así es que esta noche cuando un lector escuche Burning down the house, de David Byrne y los Talking Heads, y después vea una película como Dead Man Walking, dirigida por Tim Robbins y estelarizada por Susan Sarandon y Sean Penn, por lo menos será consecuente.
Pero cuidado con confundirse, y poner una rola de Sheryl Crow y después ver el video de Misión Imposible II con Cruise.
Y aguas con los que prefieren ver la última Terminator seguida por un compact de Kid Rock o algún tipo de la música country. Es hora de armonizar gustos. El arte puede ser peligroso.