Trabajadoras sexuales desmienten acusaciones
contra el centro de atención
CAIS: lenones buscan impedir que las sexoservidoras
sean independientes
Enoja a madrotas que prostitutas se acerquen
por su cuenta a legisladores: asesora jurídica
AGUSTIN SALGADO
Sexoservidoras del rumbo de La Merced aseguraron que las
recientes acusaciones en contra del Centro de Atención Integral
y de Servicios (CAIS), en el sentido de que se dedica a la venta
de puntos tolerados para ejercer la prostitución en la zona, son
"completamente falsas".
El CAIS, que recibe apoyo de la Comisión de Derechos
Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y de la Asociación para el
Desarrollo Integral, AC, se ubica en la colonia Merced Balbuena y comenzó
sus actividades hace alrededor de cuatro años.
Las trabajadoras sexuales, quienes pidieron guardar el
anonimato, aseguraron que es precisamente el CAIS el único lugar
donde les brindan apoyo jurídico, médico y sicológico,
además de que en ese espacio se ofrecen varios talleres, "donde
aprendemos a hacer velas y otras cosas que luego podemos vender".
Por
medio del centro varias sexoservidoras recibieron becas de la Fundación
Telmex que les sirvieron para continuar sus estudios, y en 2001 el CAIS
logró vender en la ciudad de Hamburgo -con ayuda de grupos feministas
de Europa- máscaras de cartón que elaboraron las trabajadoras
sexuales durante un taller.
"Mira: no puedo decirte quiénes son los que nos
explotan, quiénes son las madrotas a las que tenemos que
pasar una cuota a la semana, porque si se enteran que fui yo, mandan a
un tipo que se hace pasar por cliente y ya dentro del cuarto me pone una
madriza" -explicó una de ellas.
Margarita García, asesora jurídica del CAIS
desde hace más de dos años, resalta que el apoyo brindado
hasta ahora por el centro no se limita a las sexoservidoras, sino que también
se atiende a sus familiares en cuestiones de terapias sicológicas
y de salud.
"El CAIS también motiva a las compañeras
para que presenten quejas ante la Comisión de Derechos Humanos del
DF y así no sean presas fáciles de los policías. Hemos
trabajado mucho en concientizarlas en el sentido de que ellas tienen la
posibilidad de ser independientes y que no tienen por qué tener
un representante o una líder que las extorsione" -aseguró
Margarita García.
Una de las sexoservidoras, luego de señalar que
no podía hablar mucho porque las madrotas las vigilan continuamente,
afirmó que cuando ha sido detenida en algún operativo
y presentada ante el juez cívico, de quien recibe apoyo es de personas
del centro, a diferencia de los grupos que controlan la prostitución
en la zona, de quienes no recibe ningún tipo de ayuda. "No, la gente
de las madrotas nada más te consigue el hotel, te deja estar
en la calle, y de vez en cuando asusta a los borrachos que te molestan,
pero con los jueces es otra cosa, de bruta les pides ayuda".
Respecto de las acusaciones hechas contra el CAIS, Margarita
García explica que actualmente en la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal se revisan los artículos del Código Penal referentes
al lenocinio, además de que existe una propuesta del jefe de Gobierno,
Andrés Manuel López Obrador, para modificar la Ley de Justicia
Cívica, lo que ha hecho que grupos de trabajadoras sexuales, con
apoyo del CAIS o de manera independiente, se acerquen a los legisladores
con el fin de exponerles su situación, sin recurrir a sus "representantes",
que a decir de García son las mismas madrotas.
"Nos sorprenden esas denuncias porque no tienen razón.
El CAIS siempre ha sido una institución de buena voluntad, que ha
procurado defender los derechos de las mujeres. Creemos que otras organizaciones
están molestas, porque durante mucho tiempo se han robado el derecho
a hablar a nombre del sexoservicio y ahora no, ya hay muchas mujeres independientes
que las han rebasado y que tratan de hablar con los legisladores. A las
lenonas no les gusta sentirse desplazadas; esa es la verdadera razón".
-¿El Centro de Atención Integral y Servicios
no pide cuotas a las sexoservidoras, ni promueve el ejercicio de la prostitución?
-No, no. El CAIS tiene personal de la Comisión
de Derechos Humanos del DF y representantes de la sociedad civil. El local
lo proporciona la delegación Venustiano Carranza, y hay un código
de ética en el centro. Inclusive las propias trabajadoras sexuales
saben que el CAIS no las asesora cuando cometen un ilícito; a lo
mucho se les auxilia para que tengan defensa.