ENTREVISTA/ VICTOR GARCIA
DE LA CONCHA,
DIRECTOR DE LA RAE
Afirmarse como lengua universal, reto del español
SOLO ES POSIBLE ESTAR AL DIA SI SE SIGUE EL RITMO DE
LA COMPUTACION
El castellano, idioma con 400 millones de hablantes,
de los cuales la cuarta parte son mexicanos, necesita mayor presencia en
las nuevas tecnologías y reconocimiento diplomático, señala
el lingüista
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El "gran reto" del español es afirmarse como ''lengua
de comunicación universal". Aún no lo consigue, a pesar de
ser una de las que más hablantes tienen en el mundo (alrededor de
400 millones, 100 de ellos en México). Para alcanzar dicho estatus
es necesario que cumpla con dos condiciones: tener una presencia mucho
más intensa en las nuevas tecnologías y adquirir el reconocimiento
de uso diplomático.
Por lo demás, goza de excelente salud aunque, como
todas las demás lenguas importantes del mundo, está sometida
a continuas mutaciones derivadas de los múltiples efectos de la
globalización: económicos, culturales, sociales, geopolíticos,
etcétera.
El diagnóstico es de Víctor García
de la Concha, director de la Real Academia Española, quien asistió
a la cuarta reunión de la comisión interacadémica
del Diccionario panhispánico de dudas, celebrada en México,
cuya primera edición se tiene prevista para finales de 2004.
En entrevista con La Jornada, García de
la Concha, también presidente de la Asociación de Academias
de la Lengua Española, repasa algunos de los aspectos que, en un
contexto globalizado, están influyendo más en la mutabilidad
de nuestra lengua.
Mutaciones frecuentes
-¿Tiene
hoy la lengua española más movilidad que en cualquier otra
época histórica?
-Tienen más movilidad todas las lenguas. Primero,
porque efectivamente hay aceleraciones del tiempo histórico, entendiendo
el término en un sentido amplio: de la cultura, de la tecnología,
de la ciencia. Por otra parte, hay mutaciones lingüísticas
mucho más rápidas que las que las que se producían
antes. ¿Por qué? Porque antes había mucha menos movilidad
física, había mucho menos traspase de personas de un lugar
a otro. Hoy, en cambio, el intercambio se produce constantemente. La globalización,
entendida en el amplio sentido de la palabra, está naturalmente
excitando mucho más lo que es la creación de lenguaje, el
nacimiento de nuevos sentidos, la aparición de nuevos términos
o de nuevas acepciones de términos que ya existían. Las mutaciones
lingüísticas son hoy mucho más frecuentes y mucho más
rápidas. Naturalmente, a mayor producción de mutaciones lingüísticas,
mayor cantidad de dudas en el hablante.
-En esas circunstancias, ¿es posible estar al día
o mínimamente actualizados? Pienso en el Diccionario de dudas
que ahora están elaborando.
-Por eso la Academia Española, y con ella todas
las demás, están haciendo en estos últimos años
un esfuerzo colosal de adaptación. Por ejemplo, la Academia Española
desde hace 10 años ha comenzado la informatización y ha avanzado
en el campo de la informática de una manera que nunca se hubiera
soñado. Hoy sin duda el departamento más importante de la
Real Academia Española es el de lingüística computacional.
Eso indica que, efectivamente, el modo de trabajar de las academias ha
cambiado. Sobre esta base voy a su pregunta: ¿es posible estar al
día? Sólo es posible estar al día si se sigue el ritmo
tremendo de la aparición y el cambio constante de los instrumentos
de la computación. Piense usted que una computadora en un año
queda obsoleta. Traslade eso al campo ya no de la pura materialidad de
los aparatos, sino de los programas que se pueden hacer con esos nuevos
instrumentos. Si somos capaces de tener una rápida captación
de lo nuevo que se produce y de tener una rápida contestación
a eso nuevo que se produce, estaremos más o menos respondiendo a
lo que es el cambio histórico. Lo que sí es claro es que
las mutaciones lingüísticas hoy son mucho más frecuentes,
mucho más amplias y mucho más efímeras. Cambian y
en seguida aparecen otra y otras y otras.
-Mucho de lo nuevo que se produce en ese campo de la computación
y la tecnología se nombra en inglés, ¿eso vuelve más
difícil la labor de actualización de la lengua española?
-Es verdad que en el campo de la técnica y en el
campo de economía el inglés es la lengua predominante, como
lo fue en los siglos XVIII y XIX el francés, como lo fue antes el
italiano y, en definitiva, como lo era el latín. Pero no es únicamente
el inglés produce esto. Para explicar el fenómeno, suelo
exponer el caso del futbol, deporte de origen inglés. Cuando llega
a España, se importa el deporte con toda la terminología
inglesa. El árbitro era el réferi, y se hablaba de off
side, de corner y de foul. Pero hoy, de todo eso, sólo
ha prevalecido la palabra futbol, que nadie siente como inglesa. Va cambiando.
-Por otro lado, actualmente hay un discurso de equidad
de género que exige o propone la feminización del lenguaje...
-Vamos a ver. Ahí estamos viviendo una típica
oscilación pendular. Al decir oscilación pendular no quiero
negar el valor positivo de lo que es la presencia de la mujer en la vida
pública y el reconocimiento de la igualdad. Es un hecho de conquista
social clarísimo. Ahora, creo que no se debe confundir lo que es
la afirmación y la defensa de los derechos de la igualdad de la
mujer, su presencia en el mundo de la profesión, en la vida social
y en la vida política, con cuestiones lingüísticas.
Es decir, no se debe confundir lo que es el sexo con el género gramatical.
Una de mis hijas es fiscal y no falta quien diga fiscala, pero mi hija
se muere de risa si le dicen fiscala, porque sabe que lo importante es
ser fiscal, no que se le diga fiscala. Por ese camino de que feminizar
es poner la "a" en relación con la "o", terminamos en algo a veces
verdaderamente ridículo.
-¿De dónde proviene y en qué consiste
la mayor amenaza que hoy enfrenta la lengua española?
-Yo no hablaría de amenazas. La lengua es un organismo
vivo, está en la calle, está en la vida cotidiana. Ocurre
que se producen momentos de estímulo, de contaminaciones, etcétera,
como en cualquier organismo vivo. Hoy existe mayor intercambio y entonces
los estímulos pueden ser también más frecuentes o
superiores, pero es una ley de vida.
Falta formación lingüística
-¿Está usted de acuerdo en que hoy quienes
peor usan el lenguaje y más lo deforman son los medios de comunicación?
-No, para nada. En primer lugar, toda generalización
es falsa. En todas las profesiones hay buenos profesionales, regulares
profesionales y malos o deficientes profesionales. También hay que
distinguir entre la prensa escrita y los medios audiovisuales. Y aun en
eso hay que distinguir entre quien está repentizando, como yo hago
ahora, y quien está escribiendo. Y no es lo mismo el locutor que
está transmitiendo un partido de futbol que uno que hace un programa
preparado. Lo que sí es verdad es que hay una carencia de formación
lingüística o una deficiencia de formación lingüística.
Pero no es un caso sólo del español. De lo mismo se quejan
los franceses, que tanto cultivaban su lengua. La lengua se enriquece en
la lectura y en la escritura. Quien lee y relee y escribe y tacha, enriquece
su lengua. Ahí deben volver los planes de estudios de las escuelas
y los colegios: a cultivar esa lectura y esa escritura.
-Hablando de dudas, ¿cuál es la mayor que
usted en lo personal tiene respecto de la lengua española?
-El gran reto de la lengua española hoy es afirmarse
como lengua de comunicación universal. Me explico: estamos en un
mundo globlalizado; la globalización tiende a la uniformidad y tiende
a la economía. Es decir, que uno pueda con una sola lengua entenderse
con mucha gente. Pero también la globalización está
produciendo el fenómeno de reacción, el énfasis de
la afirmación de las diferencias. Y por eso se está hoy afirmando
tanto la diferencia lingüística de pequeñas comunidades,
de lenguas que están en peligro. Eso es estupendo, porque cuando
muere una lengua, aunque sean 20 los que la hablan, algo de todos está
muriendo. Lo que sí va a producir la globalización, fatalmente,
es que queden pocas lenguas de comunicación universal. Por esta
razón, el gran reto del español está en afirmarse
como lengua de comunicación universal. ¿Qué requiere
una lengua para convertirse en lengua de comunicación universal?
Ser una lengua con muchos hablantes y ser una lengua muy unida. Estas dos
condiciones el español las cumple de maravilla: la hablan 400 millones
de personas y es la más unida de todas. Pero quedan dos condiciones:
tener una presencia muy intensa en las nuevas tecnologías. El español
ha llegado tarde al mundo de internet, por ejemplo. Y la otra condición
es que necesita ser reconocida como lengua de uso diplomático. Por
extraño que parezca, el español no tiene ese reconocimiento.
Estamos luchando por ello.