Gran Bretaña, en desacuerdo con el limitado papel humanitario que EU otorgará a la ONU
Crecen diferencias entre las fuerzas invasoras por el Irak de la posguerra
La transición será "algo parecido a Afganistán": Rumsfeld La ocupación podría durar años: analistas
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 7 de abril. La disputa entre los invasores de Irak ahora es sobre el futuro inmediato y cómo será determinado el próximo gobernante, por cuánto tiempo y con qué pretexto.
Este lunes el primer ministro británico, Tony Blair, se dedicó a cabildear al presidente estadunidense, George W. Bush, para ampliar el papel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el Irak de la posguerra, durante su reunión en Irlanda del Norte, pero la Casa Blanca aparentemente ya ha tomado la decisión de que el Pentágono ocupará y controlará Irak durante por lo menos seis meses, o tal vez más, al concluir la guerra, antes de ceder la autoridad política del país a un grupo de dirigentes iraquíes seleccionados por Washington.
"La ONU puede ser un mecanismo para llevar asistencia al pueblo iraquí", explicó el subsecretario de Defensa estadunidense, Paul Wolfowitz, esta semana, pero agregó que la transición política quedaría en manos de Washington y sus aliados. "Nuestra meta tiene que ser trasladar la autoridad y la operación del gobierno tan pronto como sea posible no a alguna autoridad externa, sino al propio pueblo iraquí", declaró Wolfowitz, uno de los arquitectos de la nueva política bélica del gobierno de Bush, en entrevista con Fox News Sunday.
El pueblo iraquí, fuera de los planes
Pero ese traslado de autoridad será completamente controlado por los poderes ocupantes, y no por la ONU, y menos por el pueblo iraquí entre el corto y el mediano plazos. Este fin de semana, varios funcionarios reconocieron que la invasión militar estadunidense de Irak casi seguramente se convertirá en una ocupación de ese país, aunque Wolfowitz subrayó que esa ocupación no debería extenderse mucho más de seis meses.
Otros expertos entrevistados por el diario Los Angeles Times indicaron que este proceso podría requerir años, no meses. La ambigüedad en torno a este asunto y la decisión del Pentágono y la Casa Blanca de rechazar un papel central de la ONU en la transición política (permitiendo a la organización sólo un papel humanitario) ha provocado una creciente grieta entre los dos miembros de la "coalición", Estados Unidos y Gran Bretaña, y mayores divisiones entre Washington y muchos de sus aliados.
El secretario de Estado, Colin Powell, intentó hoy minimizar este desacuerdo, y comentó que había dedicado buena parte del fin de semana a hablar con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, sobre los detalles de un papel del organismo mundial en el Irak posconflicto. "Habrá un papel para las Naciones Unidas como socio en este proceso", declaró Powell a reporteros que viajaban con el presidente Bush a Irlanda del Norte para su reunión con Blair. Pero versiones de medios locales sugieren que el propio Powell está luchando para lograr influir en el debate sobre el proceso posguerra, algo que está, por ahora, controlado en gran medida por el Pentágono.
Annan sostuvo este lunes un encuentro en Nueva York con representantes de los países miembros del Consejo de Seguridad para discutir el papel posguerra de la ONU, y dejó claro a la prensa que la misma legitimidad de la campaña bélica encabezada por Estados Unidos quedaría en mayor duda si la organización que preside no es incluida en el proceso de transición en esta etapa inicial. "Hay muchos rubros en los que Naciones Unidas puede ejercer un papel, pero sobre todo su participación trae legitimidad, lo cual es necesario para el país, para la región y para los pueblos del mundo", declaró Kofi Annan.
El secretario general informó al Consejo de Seguridad que nombró al paquistaní Rafeeuddin Ahmed como asesor especial para Irak, y que Ahmed viajaría a Europa esta semana para consultar con otros gobiernos sobre la situación iraquí de la posguerra.
Pero el Pentágono en particular ha desechado cualquier papel principal de coordinación para la ONU en Irak, alegando que ese organismo no ha sido muy efectivo en supervisar transiciones políticas en lugares como Kosovo, entre otros. El secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, y sus colegas, han dejado claro que las fuerzas militares que derrocarán a Saddam Hussein y su régimen serán las que controlen el país en este periodo interino y también determinarán qué grupos definirán el proceso de transición.
"Será algo parecido a lo que ocurrió en Afganistán", dijo Rumsfeld al describir el proceso de transición política que desea en Irak. Estados Unidos, añadió, espera poder conformar un grupo de líderes iraquíes del exterior y del interior no asociados con el régimen de Hussein para que establezcan un organismo consultivo que podría establecer el marco de un Irak nuevo y democrático institucional.
Pero Rumsfeld se negó a describir precisamente cuál sería el proceso por medio del cuál a los iraquíes se les otorgaría el control de su propio país o los tiempos para realizarlo. "Eso no se puede saber", insistió.
Jay Garner, el ex general estadunidense que ha sido nombrado como gobernante militar interino de Irak durante el periodo de transición, se ha estado reuniendo en Kuwait durante meses con un equipo de asesores para planear los detalles de su gobierno interino, y seleccionar a los otros integrantes estadunidenses que se encargarán de controlar varias partes del país.
Rumsfeld negó hoy que tuviera algún plan particular para el futuro de Irak, aunque su segundo, Wolfowitz, aparentemente prefiere colocar al banquero iraquí Ahmed Chalabi en un papel principal para un gobierno posguerra.
Este fin de semana, aparentemente sin informar al Departamento de Estado y a otras agencias del gobierno estadunidense, el Pentágono envió varios cientos de soldados iraquíes exiliados, literalmente contratados por Chalabi, al sur de Irak, para formar parte del núcleo de lo que sería el nuevo ejército iraquí.
Reuniones con el exilio
Pero Chalabi no ha vivido en Irak durante un largo periodo -desde 1958-, y el Departamento de Estado y la CIA insisten en que goza de muy poco apoyo dentro de ese país. Mientras tanto, el Departamento de Estado ha realizado varias reuniones con diversos grupos del exilio para discutir el control sobre los recursos petroleros y otros temas clave, y ha abogado intensamente en favor de incluir a grupos de oposición internos en cualquier proceso de transición.
En la conferencia de prensa de hoy, a Rumsfeld le preguntaron nuevamente si el Pentágono tenía favoritos entre la oposición iraquí. "Estados Unidos no va a imponer un gobierno sobre Irak", insistió. Pero esta historia es muy conocida para los iraquíes, escribió Libby Copeland en un análisis publicado por el Washington Post este fin de semana. Indica que cuando los británicos capturaron Bagdad en 1917, después de derrotar a los otomanos, el general Stanley Maude declaró: "Nuestros ejércitos no llegan a sus ciudades y tierras como conquistadores o enemigos, sino como libertadores". El Reino Unido gobernó Irak durante más de una década y permaneció como el poder político dominante en el país hasta 1958.
Tal vez no resultará más que irónico el que Bush y Blair hayan decidido celebrar su reunión en Irlanda del Norte para discutir qué hacer con Irak después de que sus fuerzas armadas "liberen" a ese país. Esa esquina irlandesa es un lugar que para millones no es más que un territorio ocupado por el ejército invasor de un poder imperial, donde durante siglos se ha librado una de las luchas de liberación nacional más largas y sangrientas del planeta.