"¡Malditos sean los canallas que hacen
las guerras!", afirma el padre del ibérico
Mueren dos reporteros: el español Julio Anguita
y el alemán Christian Liebig
Fallecieron cuando un misil estalló en un centro
de operaciones de las fuerzas invasoras
BLANCHE PETRICH
El líder histórico de Izquierda Unida (IU)
de España, Julio Anguita, activo promotor del movimiento contra
la adhesión de su gobierno a la guerra contra Irak, tuvo una pérdida
personal en el conflicto: su hijo Julio Anguita Parrado, reportero del
diario El Mundo, fue alcanzado por un misil. Murió junto
con otro periodista, el alemán Christian Liebig, de la revista Focus,
y dos soldados estadunidenses.
"¡Malditas
sean las guerras y los canallas que las hacen!", expresó el veterano
luchador en su primera reacción al conocer la noticia.
Con la muerte de Liebig, que recién había
cumplido 35 años, y Anguita Parrado, de 32 años, suman nueve
los periodistas muertos en Irak desde que se inició la invasión
angloestadunidense.
Cerca del mediodía, hora local, el portavoz de
la tercera división de infantería de Estados Unidos estacionada
en el sur de Bagdad, en las inmediaciones del aeropuerto, anunció
que un misil iraquí había golpeado un centro de operaciones
tácticas de las fuerzas de invasión, a unos 15 kilómetros
de distancia. "Cuatro personas acaban de morir", anunció el jefe
del batallón, Michael Birmingham. Dos eran soldados y dos los periodistas
mencionados.
Elementos de esa unidad habían entrado a la ciudad
horas antes para ocupar dos palacios de Hussein. Liebig y Anguita Parrado,
acreditados como periodistas incrustados en las filas militares
de la infantería, no obtuvieron autorización para avanzar
con los demás informadores, porque sus chalecos antibalas no reunían
los requisitos de seguridad.
No fue un buen día para los periodistas. Además
de estas dos bajas, se reportó que dos periodistas polacos fueron
detenidos por el ejército iraquí cerca de Al Hillah, a unos
100 kilómetros al sur de Bagdad. La televisora polaca TVN 24 informó
que uno es Marcin Firlej, su reportero, y el otro Jacek Kaczmarek, de una
radiodifusora de Polonia.
En
España, Julio Anguita fue informado de la muerte de su hijo momentos
antes de participar en un acto político en Getafe. Ahí emitió
sus primeras reacciones: "Fue un misil iraquí, pero es igual. Lo
único que puedo decir es que vendré en otra ocasión
y seguiré combatiendo por la tercera república. ¡Malditas
sean las guerras y los canallas que las hacen!"
Izquierda Unida se ha opuesto a la política belicista
del jefe del gobierno español, José María Aznar.
Ex comunista y respetado opositor, Julio Anguita elogió
la carrera profesional de su hijo: "Los que han leído sus crónicas
saben que era un hombre muy abierto y buen periodista. Ha cumplido con
su deber". El enviado de El Mundo, que firmaba como Julio Parrada,
estaba asignado como corresponsal en Nueva York.
Apenas un día antes, el domingo, murió el
intérprete de un equipo de prensa de la BBC de Londres en el frente
norte. Era el kurdo Kamaran Abdurazak Muhamed.
El cuatro de abril murió el editorialista de The
Washington Post y The Atlantic Monthly, Michael Kelly, el primer
hombre de prensa caído en el conflicto. El dos de abril falleció
Kaveh Golestan, fotógrafo iraní, premio Pulitzer, al pisar
con su auto una mina en la región norte. Trabajaba para la BBC de
Londres. El 22 de febrero perdieron la vida dos periodistas: el australiano
Paul Moran, de la cadena Australian Broadcasting, al explotar un vehículo
en el frente norte, y el reportero de la televisión británica
ITN Terry Loyd, por fuego amigo durante los intentos por tomar la
ciudad sureña de Basora.
Otros dos periodistas han muerto en situaciones ajenas
a la actividad bélica. David Bloom, enviado de la NBC como incrustado,
falleció durante el avance de la infantería, abordo de un
vehículo militar, debido a una embolia. Y Gabi Rado, periodista
húngaro al servicio del canal ITN de Gran Bretaña, cayó
del tejado del hotel en el que se alojaba en el Kurdistán.