Destaca la inequitativa distribución de recursos entre IMSS e ISSTE
Beneficiará a 53 millones de personas el seguro popular, asegura González Roaro
La reducción de personal del gobierno ha dañado las finanzas del instituto, dice su director
La creación de un seguro popular dirigido a la población no asalariada permitiría llegar a 53 millones de personas, lo cual es de suma importancia porque hoy en día 50 por ciento de los mexicanos no tiene acceso a ningún sistema de seguridad social, expresó el director general del ISSSTE, Benjamín González Roaro.
El funcionario afirmó que el sistema de salud tiene una baja y desigual cobertura, hay una distribución inequitativa del gasto entre instituciones, los fondos federales son limitados, existe una inadecuada distribución geográfica de los centros de salud y los recursos humanos del sector están subutilizados.
Al expresar que es fundamental la construcción de un sistema nacional de salud para ampliar la cobertura de la población no asegurada, dijo que se busca crear el seguro popular, dirigido a la población no asalariada, la del campo, así como al resto de los mexicanos. Así, los trabajadores del apartado A del artículo 123 constitucional estarían amparados por el IMSS, los del B por el ISSSTE, mientras que el seguro popular tendría como objetivo 53 millones de personas que no están incluidas en estos parámetros.
Durante la conferencia Cincuenta años de seguridad social en México, realizada en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Aragón, explicó que el seguro popular consistiría en una aportación tripartita de los gobiernos federal y estatal, así como del usuario. Este último pagará una cuota diferenciada, de acuerdo al nivel de ingreso de cada familia.
En la actualidad, indicó, el sistema de salud mexicano tiene una baja y desigual cobertura, lo que provoca que 28 por ciento de la población no asegurada se atienda en unidades médicas del sector privado. Esto último provoca que anualmente 10 por ciento de las familias tenga gastos extras no contemplados, los cuales empobrecen a los miembros del núcleo familiar y rompen su estabilidad y nivel de vida.
También, afirmó, hay una distribución inequitativa del gasto entre instituciones, entidades federativas y grupos sociales, además de que los fondos federales suelen ser limitados. Además, están subutilizados los recursos humanos del sector lo que provoca que 23 por ciento de los médicos y 43 por ciento de las enfermeras tituladas sean subempleados, desempleados o realicen actividades ajenas a su profesión.
El funcionario dijo también que hay una inadecuada distribución geográfica de hospitales, clínicas y consultorios del IMSS e ISSSTE, así como de la Secretaría de Salud, desatendiendo los perfiles epidemiológicos y la demanda real de servicios en las regiones.
La estructura administrativa del sistema de salud hace imposible la portabilidad de derechos que permita a los usuarios acceder a las unidades médicas más cercanas a su domicilio, debido a que no hay un sistema de facturación cruzada que permita la compensación de gastos, manifestó.
Entre 1980 y 2000 el número de pensionados creció 421 por ciento, mientras que el de cotizantes sólo fue de 35 por ciento, por lo que la cantidad de cotizantes por pensionado pasó de 20 a 5.3 en el mismo periodo. Por ello, el ISSSTE se enfrenta a una estructura demográfica más adversa que la que tendrá el país en 50 años, dijo.
En el caso del Seguro Social, conforme crece el empleo hay nuevas empresas y asegurados que le dan recursos. En el ISSSTE sucede lo contrario: desde 1980, el gobierno federal se ha achicado, lo cual genera que el instituto no tenga un crecimiento importante en el número de trabajadores y afiliados, pero sí en el de personas que salen y se jubilan.
Consideró que la reforma que necesita el ISSSTE se debe basar en su fortalecimiento financiero y en la reorganización corporativa del fondo salud, informó la UNAM en un comunicado.