Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 12 de abril de 2003
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Mundo
Los ejecutados amagaron con asesinar a rehenes si no recibían combustible para ir a EU

Fusilados en Cuba, tres de los secuestradores de una lancha

En casi un trienio, virtual moratoria de la pena capital en la isla; obispos reprueban la condena

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 11 de abril. Cuba aplicó hoy por primera vez en casi tres años la pena de muerte, en este caso a los tres condenados como principales culpables de secuestrar una lancha de pasajeros con la intención de emigrar a Estados Unidos.

Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac, "los tres principales, más activos y brutales jefes de los secuestradores", fueron ejecutados al amanecer de este viernes, indicó un comunicado oficial.

La pena capital se cumple en Cuba por fusilamiento. El juicio se realizó bajo un procedimiento sumario, por lo cual entre la consignación al Tribunal Popular Provincial de Ciudad de La Habana y la ejecución de los responsables sólo medió una semana.

Otros condenados en el mismo proceso fueron Maikel Delgado Aramburo, Yoanny Thomas González, Harold Alcalá Aramburo y Ramón Henry Grillo, a cadena perpetua; Wilmer Ledea Pérez a 30 años de cárcel; Ana Rosa Ledea Ríos (cinco años), Yolanda Pando Rizo (tres) y Dania Rojas Góngora (dos).

La declaración oficial ubicó el secuestro como parte de "un plan siniestro de provocaciones fraguado por los sectores más extremistas del gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la mafia terrorista de Miami con el único propósito de crear condiciones y pretextos para agredir a nuestra patria, la cual será defendida al precio que sea necesario".

La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) dijo esta tarde que condena la pena de muerte, "en total coincidencia con el magisterio del papa Juan Pablo II (...) Nadie tiene derecho a poner en peligro la vida de otras personas, como hicieron los asaltantes, pero del mismo modo nadie debe decidir que la muerte sea inferida a otras personas como remedio a sus acciones delictivas, máxime cuando esto se hace en un proceso sumarísimo.

"La violencia no se elimina con la violencia. Es necesario erradicar las causas de la misma y esto no se logra por la aplicación de la pena de muerte."

Confirmación del Consejo de Estado

El comunicado oficial indicó que al conocer su sentencia, los tres condenados a muerte apelaron de inmediato ante el Tribunal Supremo Popular, que ratificó la decisión. Revisándola de oficio en segunda instancia, el Consejo de Estado también la confirmó. Este último, máximo órgano ejecutivo del país, que encabeza el presidente Fidel Castro, "durante horas analizó con profundidad los hechos probados por los cuales fueron sancionados, la gravedad de los mismos y los peligros potenciales que implicaban no sólo para la vida de numerosas personas inocentes, sino también para la seguridad del país".

El comunicado agrega que el Consejo de Estado consideró las sentencias "absolutamente justas y con estricto apego a las leyes".

Los secuestradores mantuvieron la lancha en su poder durante unas 40 horas, entre la madrugada del miércoles 2 y la tarde del jueves 3, amenazando con asesinar rehenes si no recibían combustible para seguir su viaje a Estados Unidos.

La lancha quedó sin combustible en altamar y los asaltantes permitieron que fuera remolcada por unidades guardafronteras hasta el puerto de Mariel, 50 kilómetros al oeste de aquí, para evitar una tragedia por el mal tiempo.

Castro informó el pasado fin de semana que encabezó personalmente un tramo de negociaciones con los secuestradores y dirigió una operación policial que preparaba el asalto a la nave capturada.

Dos turistas francesas aprovecharon un descuido de los secuestradores para lanzarse al mar, lo cual precipitó el desenlace: la captura de los asaltantes y el rescate de los rehenes vivos y sin lesiones. El sábado 5 las autoridades informaron de la consignación de los responsables y el comunicado de hoy dijo que el martes 8 concluyó el juicio.

Un ambiente de tensión se vivió en la mañana del viernes en torno a las calles Peregrino y San Francisco, en el municipio de Centro Habana. La policía impidió el paso por ambas arterias, que forman una escuadra en una zona comercial.

A media mañana pudo verse una ambulancia estacionada cerca de la esquina de ambas calles y la llegada de un camión con unos 30 efectivos de un cuerpo de elite de la policía nacional.

Una multitud de curiosos permaneció durante horas en torno al área. No hubo informe oficial y los responsables del mando policial rehusaron contestar preguntas de periodistas extranjeros.

La versión que corrió entre el vecindario fue que en San Francisco viven familiares de Leodán Sevilla, uno de los fusilados, y que al enterarse esta madrugada de la ejecución reaccionaron airadamente, provocando incidentes callejeros.

Cadena de plagios

El anuncio de los fusilamientos coincidió con otro intento de secuestro aéreo en la Isla de la Juventud. El jueves 10 cinco hombres despojaron de su fusil AKM a un efectivo del Servicio Militar que custodiaba un almacén castrense, y huyeron en un automóvil, informaron las autoridades.

El vehículo fue interceptado por la policía y cuatro de los asaltantes quedaron detenidos cerca del aeropuerto. Según el parte oficial, en el plan estaban involucradas ocho personas que planeaban romper una puerta de cristal de la terminal aérea con unas pesas de ejercicio, tomar por asalto la nave que realiza el último vuelo del día desde La Habana, hacer rehenes a los pasajeros y presionar para irse a Estados Unidos.

En menos de un mes se han producido dos secuestros de aviones, el de la lancha y el intento revelado en la víspera. Cuba considera que la tolerancia de la justicia estadunidense para los secuestradores de naves o sus cómplices estimula la repetición de ese tipo de atentados.

El mismo jueves un juez de Miami confirmó la libertad bajo fianza para los seis secuestradores de un avión cubano DC-3 que cubría la ruta La Habana-Isla de la Juventud, que finalmente aterrizó en Cayo Hueso, Florida. El asalto a la nave a punta de cuchillo ocurrió el pasado 19 de marzo y los responsables enfrentan el cargo de piratería.

El 31 de marzo un avión comercial AN-24, en la misma ruta, fue secuestrado por un hombre armado con granadas, que exigió combustible para irse a Estados Unidos. Parte de los pasajeros rehenes fueron liberados en La Habana, tras lo cual la nave llegó a Cayo Hueso.

El secuestrador está preso y también enfrenta cargos de piratería. Parte de los rehenes que llegaron a Estados Unidos decidieron quedarse en ese país y fueron liberados por las autoridades, incluso la esposa del atacante, señalada por Cuba como presunta cómplice del plagio.

La rendija por la cual se cuelan emigrantes ilegales a Estados Unidos, incluso en forma tan dramática, es señalada por las autoridades cubanas como el resorte principal de la continuidad de los secuestros.

Esa rendija es la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que otorga residencia automática a cualquier emigrante de la isla que llegue por cualquier medio, incluso ilícito, a territorio estadunidense.

La cadena de secuestros, más la detención y las condenas a fuertes penas de cárcel a decenas de activistas opositores, dispararon en las últimas semanas las tensiones entre Cuba y Estados Unidos. Las autoridades locales acusan a Washington de patrocinar a la disidencia y de fomentar la emigración ilegal.

Termina la moratoria

Aunque no se dispone de información oficial, las más recientes referencias indirectas sobre la aplicación de la pena capital en Cuba datan de mediados de 2000, por lo cual en este lapso estuvo en vigor una moratoria virtual a la condena a muerte.

La Unión Europea, que oficialmente aboga por la abolición de esa pena, había reconocido la omisión cubana en la materia. Cuba, Estados Unidos y Guatemala son los únicos países americanos que mantienen vigente en sus legislaciones la pena máxima.

Extraoficialmente se sabe que en Cuba hay unos 60 prisioneros condenados a la pena capital y que están en espera del resultado de sus apelaciones o de la ejecución de sus sentencias.

Entre los que esperan en el pasillo de la muerte está Humberto Eladio Real Suárez, quien asesinó a un civil en la costa norte del país, tras desembarcar en una incursión armada procedente de Florida. También los salvadoreños Raúl Ernesto Cruz León y Otto René Rodríguez Llerena, condenados en 1997 por terrorismo.

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