Los ejecutados amagaron con asesinar a rehenes
si no recibían combustible para ir a EU
Fusilados en Cuba, tres de los secuestradores de una
lancha
En casi un trienio, virtual moratoria de la pena capital
en la isla; obispos reprueban la condena
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 11 de abril. Cuba aplicó hoy
por primera vez en casi tres años la pena de muerte, en este caso
a los tres condenados como principales culpables de secuestrar una lancha
de pasajeros con la intención de emigrar a Estados Unidos.
Lorenzo Enrique Copello Castillo, Bárbaro Leodán
Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac, "los tres principales,
más activos y brutales jefes de los secuestradores", fueron ejecutados
al amanecer de este viernes, indicó un comunicado oficial.
La pena capital se cumple en Cuba por fusilamiento. El
juicio se realizó bajo un procedimiento sumario, por lo cual entre
la consignación al Tribunal Popular Provincial de Ciudad de La Habana
y la ejecución de los responsables sólo medió una
semana.
Otros condenados en el mismo proceso fueron Maikel Delgado
Aramburo, Yoanny Thomas González, Harold Alcalá Aramburo
y Ramón Henry Grillo, a cadena perpetua; Wilmer Ledea Pérez
a 30 años de cárcel; Ana Rosa Ledea Ríos (cinco años),
Yolanda Pando Rizo (tres) y Dania Rojas Góngora (dos).
La declaración oficial ubicó el secuestro
como parte de "un plan siniestro de provocaciones fraguado por los sectores
más extremistas del gobierno de Estados Unidos y sus aliados de
la mafia terrorista de Miami con el único propósito de crear
condiciones y pretextos para agredir a nuestra patria, la cual será
defendida al precio que sea necesario".
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC)
dijo esta tarde que condena la pena de muerte, "en total coincidencia con
el magisterio del papa Juan Pablo II (...) Nadie tiene derecho a poner
en peligro la vida de otras personas, como hicieron los asaltantes, pero
del mismo modo nadie debe decidir que la muerte sea inferida a otras personas
como remedio a sus acciones delictivas, máxime cuando esto se hace
en un proceso sumarísimo.
"La violencia no se elimina con la violencia. Es necesario
erradicar las causas de la misma y esto no se logra por la aplicación
de la pena de muerte."
Confirmación del Consejo de Estado
El
comunicado oficial indicó que al conocer su sentencia, los tres
condenados a muerte apelaron de inmediato ante el Tribunal Supremo Popular,
que ratificó la decisión. Revisándola de oficio en
segunda instancia, el Consejo de Estado también la confirmó.
Este último, máximo órgano ejecutivo del país,
que encabeza el presidente Fidel Castro, "durante horas analizó
con profundidad los hechos probados por los cuales fueron sancionados,
la gravedad de los mismos y los peligros potenciales que implicaban no
sólo para la vida de numerosas personas inocentes, sino también
para la seguridad del país".
El comunicado agrega que el Consejo de Estado consideró
las sentencias "absolutamente justas y con estricto apego a las leyes".
Los secuestradores mantuvieron la lancha en su poder durante
unas 40 horas, entre la madrugada del miércoles 2 y la tarde del
jueves 3, amenazando con asesinar rehenes si no recibían combustible
para seguir su viaje a Estados Unidos.
La lancha quedó sin combustible en altamar y los
asaltantes permitieron que fuera remolcada por unidades guardafronteras
hasta el puerto de Mariel, 50 kilómetros al oeste de aquí,
para evitar una tragedia por el mal tiempo.
Castro informó el pasado fin de semana que encabezó
personalmente un tramo de negociaciones con los secuestradores y dirigió
una operación policial que preparaba el asalto a la nave capturada.
Dos turistas francesas aprovecharon un descuido de los
secuestradores para lanzarse al mar, lo cual precipitó el desenlace:
la captura de los asaltantes y el rescate de los rehenes vivos y sin lesiones.
El sábado 5 las autoridades informaron de la consignación
de los responsables y el comunicado de hoy dijo que el martes 8 concluyó
el juicio.
Un ambiente de tensión se vivió en la mañana
del viernes en torno a las calles Peregrino y San Francisco, en el municipio
de Centro Habana. La policía impidió el paso por ambas arterias,
que forman una escuadra en una zona comercial.
A media mañana pudo verse una ambulancia estacionada
cerca de la esquina de ambas calles y la llegada de un camión con
unos 30 efectivos de un cuerpo de elite de la policía nacional.
Una multitud de curiosos permaneció durante horas
en torno al área. No hubo informe oficial y los responsables del
mando policial rehusaron contestar preguntas de periodistas extranjeros.
La versión que corrió entre el vecindario
fue que en San Francisco viven familiares de Leodán Sevilla, uno
de los fusilados, y que al enterarse esta madrugada de la ejecución
reaccionaron airadamente, provocando incidentes callejeros.
Cadena de plagios
El anuncio de los fusilamientos coincidió con otro
intento de secuestro aéreo en la Isla de la Juventud. El jueves
10 cinco hombres despojaron de su fusil AKM a un efectivo del Servicio
Militar que custodiaba un almacén castrense, y huyeron en un automóvil,
informaron las autoridades.
El vehículo fue interceptado por la policía
y cuatro de los asaltantes quedaron detenidos cerca del aeropuerto. Según
el parte oficial, en el plan estaban involucradas ocho personas que planeaban
romper una puerta de cristal de la terminal aérea con unas pesas
de ejercicio, tomar por asalto la nave que realiza el último vuelo
del día desde La Habana, hacer rehenes a los pasajeros y presionar
para irse a Estados Unidos.
En menos de un mes se han producido dos secuestros de
aviones, el de la lancha y el intento revelado en la víspera. Cuba
considera que la tolerancia de la justicia estadunidense para los secuestradores
de naves o sus cómplices estimula la repetición de ese tipo
de atentados.
El mismo jueves un juez de Miami confirmó la libertad
bajo fianza para los seis secuestradores de un avión cubano DC-3
que cubría la ruta La Habana-Isla de la Juventud, que finalmente
aterrizó en Cayo Hueso, Florida. El asalto a la nave a punta de
cuchillo ocurrió el pasado 19 de marzo y los responsables enfrentan
el cargo de piratería.
El 31 de marzo un avión comercial AN-24,
en la misma ruta, fue secuestrado por un hombre armado con granadas, que
exigió combustible para irse a Estados Unidos. Parte de los pasajeros
rehenes fueron liberados en La Habana, tras lo cual la nave llegó
a Cayo Hueso.
El secuestrador está preso y también enfrenta
cargos de piratería. Parte de los rehenes que llegaron a Estados
Unidos decidieron quedarse en ese país y fueron liberados por las
autoridades, incluso la esposa del atacante, señalada por Cuba como
presunta cómplice del plagio.
La rendija por la cual se cuelan emigrantes ilegales a
Estados Unidos, incluso en forma tan dramática, es señalada
por las autoridades cubanas como el resorte principal de la continuidad
de los secuestros.
Esa rendija es la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que otorga
residencia automática a cualquier emigrante de la isla que llegue
por cualquier medio, incluso ilícito, a territorio estadunidense.
La cadena de secuestros, más la detención
y las condenas a fuertes penas de cárcel a decenas de activistas
opositores, dispararon en las últimas semanas las tensiones entre
Cuba y Estados Unidos. Las autoridades locales acusan a Washington de patrocinar
a la disidencia y de fomentar la emigración ilegal.
Termina la moratoria
Aunque no se dispone de información oficial, las
más recientes referencias indirectas sobre la aplicación
de la pena capital en Cuba datan de mediados de 2000, por lo cual en este
lapso estuvo en vigor una moratoria virtual a la condena a muerte.
La Unión Europea, que oficialmente aboga por la
abolición de esa pena, había reconocido la omisión
cubana en la materia. Cuba, Estados Unidos y Guatemala son los únicos
países americanos que mantienen vigente en sus legislaciones la
pena máxima.
Extraoficialmente se sabe que en Cuba hay unos 60 prisioneros
condenados a la pena capital y que están en espera del resultado
de sus apelaciones o de la ejecución de sus sentencias.
Entre los que esperan en el pasillo de la muerte está
Humberto Eladio Real Suárez, quien asesinó a un civil en
la costa norte del país, tras desembarcar en una incursión
armada procedente de Florida. También los salvadoreños Raúl
Ernesto Cruz León y Otto René Rodríguez Llerena, condenados
en 1997 por terrorismo.