Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 12 de abril de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
Cumple 25 años como solista y los celebra con un concierto en Bellas Artes

La música no es mi forma de vivir, es mi existencia toda: Horacio Franco

Estará acompañado por la Capella Barroca Puebla, agrupación fundada por el flautista

Ofrecerá un recorrido desde el medievo y el barroco hasta los Beatles y el danzón

ANGEL VARGAS

El flautista Horacio Franco nunca olvidará el día en que tuvo su primer encuentro con la música clásica. Eso sucedió a sus 12 años en la clase de música de la secundaria, cuando una compañera, que estudiaba en el Conservatorio, interpretó la sonata Facile, de Mozart.

''Yo me encontraba sentado al lado del piano -recuerda- y fue tal la impresión que, desde entonces, la música clásica entró en mí como un rayo de luz. Quedé maravillado ante ese milagro en el que algo entra por los oídos y es capaz de hacer vibrar a todo el cuerpo. Para mí nunca había existido una revelación como aquella. Fue como si se me hubiera aparecido un ángel."

Hace casi tres décadas quedó definido el destino de quien hoy es reconocido como uno de los más virtuosos intérpretes de flauta de pico en el mundo, sitio al que ha llegado por méritos propios, no sin antes haber tenido que sortear varios obstáculos, entre ellos la inicial oposición familiar para que adoptara la música como profesión y tener que lidiar con empresarios vivales que han buscado aprovecharse de su capacidad artística.

Gran cartel en Europa

Pero nada, ni la situación más ingrata que ha debido padecer en su trayectoria, ha logrado minar el placer y la alegría que le produce el ejercicio de su profesión: ''La felicidad que me proporciona la música bien hecha es tan inmensa que nada en el mundo es capaz de opacármela. Al fin de cuentas, lo que uno tiene que buscar como ser humano es la felicidad, y la mía, definitivamente, está en la música".

De esa manera, feliz, Horacio Franco cumple hoy 25 años de su primera presentación como solista, hecho que ocurrió el 12 de abril de 1978, en el Palacio de Bellas Artes, con la Orquesta de Cámara del Conservatorio, dirigida por Icilio Bredo.

Para festejar esa efeméride, el flautista ofrecerá este sábado un concierto en ese mismo escenario, a las 20 horas, acompañado por la Capella Barroca Puebla, agrupación fundada y dirigida por él. El programa será un recorrido por épocas y géneros diversos, desde el medievo y el barroco hasta los Beatles y el danzón.

La relación de Horacio Franco con la flauta dulce o flauta de pico se debe en términos iniciales más a cuestiones económicas que de gusto. El quería ser pianista, a raíz de haber escuchado a su mencionada compañera, pero sus padres no estaban en posibilidades de comprarle un instrumento de tal magnitud y tuvo que conformarse con la flauta Yamaha que le pidieron en la clase de música de la secundaria.

Su habilidad innata para dominar este esbelto instrumento de aliento fue tal que, narra, no había festival ni fiesta escolar en la que no fuera requerido. Inclusive tuvo la capacidad de sacar de oído varias obras de Vivaldi. Eso le valió que, al ingresar al Conservatorio, cuando cursaba el tercero de secundaria, sus maestros le dijeran que nada tenía que hacer en el violín -instrumento que había escogido para estudiar por ser más barato que el piano- y que mejor buscara con quién perfeccionarse en la ejecución de la flauta.

Así conoció a Agustín Oropeza, que era la primera flauta de la Orquesta Sinfónica Nacional desde que se fundó esa agrupación y quien aceptó ser su profesor. Fue precisamente en esa época cuando pidió a Icilio Bredo tocar como solista en un concierto de la Orquesta del Conservatorio y, tras audicionar, logró su objetivo a los 14 años de edad.

En su trayectoria, Franco se ha distinguido por ser un músico un tanto atípico dentro del ámbito clásico. En primer lugar no le interesa ni la fama ni la fortuna, sino simplemente ''hacer lo que me da la gana, que es hacer música y ser feliz". Eso explica que haya decidido regresar y quedarse en México, en lugar de haber permanecido en Europa, donde cuenta con excelente cartel.

Creyente del valor social del arte

Otro aspecto que caracteriza a Horacio Franco es que carece de prejuicios en cuanto a sus gustos musicales. Si bien tiene especial predilección por las obras de origen medieval o barroco, eso no implica que desdeñe las de épocas posteriores. Además, abiertamente ha manifestado su gusto por músicas populares como la cumbia y el danzón, y ser fan de los Beatles e inclusive de los Carpenters.

''Para mí, la música es un lenguaje universal, siempre que esté bien hecha, porque es producto de las emociones humanas. Entiendo que la clasifiquen por géneros, pues el hombre siempre ha utilizado las divisiones ideológicas para entender mejor al mundo.

''Sin embargo, también las ha utilizado para segregarse y obtener un tipo de provecho. Un ejemplo de ello son las religiones, que a través del adoctrinamiento, históricamente, han jugado y lucrado con la fe y las creencias de las personas. Eso es algo astuto y perverso, pero que, por desgracia, también sucede en las artes. Por cuestiones de adoctrinamiento, se ha evitado que las artes convivan entre sí, independientemente de su naturaleza.

''Hay que admitirlo, la música clásica es muy elitista en ese sentido y no admite concesiones."

Un aspecto más que hace diferente a Horacio Franco de otros colegas es su afán por transformar el formato convencional de los conciertos y, al respecto, se ha manifestado por modelos menos rigurosos escénicamente y en favor de aspectos más visuales que involucren al público. En ese sentido, por ejemplo, no han sido pocas las ocasiones en las que ha actuado con vestimenta poco convencional e inclusive disfrazado.

El flautista es firme creyente en el valor social del arte y, desde ese ámbito, ha pugnado por la igualdad entre las personas, la tolerancia y el respeto, además de protestar contra todo lo que le parece injusto. También son innumerables los conciertos de beneficencia que el músico ha ofrecido.

-¿Cuáles son sus principales satisfacciones en estos 25 años como solista?

-Sin duda, tener el privilegio maravilloso de poder hacer música. Tocar, por ejemplo, para indígenas totonacos o zapotecos, o para niños de la calle o grupos de indigentes. También he tocado para las señoras de la high society inglesa y berlinesa, en festivales de la gente rica.

''Pero, honestamente, a mí no me importa tocarle a la reina ni tocarle al presidente ni a un niño de la calle. Para mí valen lo mismo todos como seres humanos. Por eso mi satisfacción más grande es hacer lo que me gusta. La música no es mi forma de vivir, es mi existencia toda.''

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año