ENRIQUE FLORESCANO
En el tiempo turbulento (650-900) que sigue a la caída de Tollan-Teotihuacán, surgen estados cuya organización política contrasta con la de los reinos del periodo Clásico. Desaparece el reino gobernado por el ahaw supremo que concentraba las funciones políticas, militares y religiosas. En su lugar nacen inusitadas confederaciones de ciudades, alianzas entre antiguos linajes y nuevos jefes militares, y en todos lados campea la fuerza de las armas. Algunos estados lograron constituir reinos poderosos, pero la mayoría tuvo vidas efímeras. Acaso porque apenas se ha iniciado el estudio de estas organizaciones, partes enormes de su historia yacen en la penumbra. Quizá los emblemas políticos que enarbolaron entonces puedan ayudarnos a descifrar su naturaleza. Sabemos que todos los reinos construyeron símbolos que afirmaban su existencia y propagaban su poderío; pero hubo un emblema compartido por la mayoría de esos estados, el de la Serpiente Emplumada, un misterio que aquí intentaremos esclarecer.
Xochicalco
Entre los años 650 y 900 florece el reino de Xochicalco en la parte occidental del valle de Morelos, en un sitio alto y escarpado, elegido para resistir el ataque enemigo. El simbolismo primario de esta fortaleza es defensivo y guerrero. Quienes han estudiado este sitio no han podido menos que registrar la variedad de influencias que ahí convergen, procedentes de regiones tan diversas como Teotihuacán, el área maya, Monte Albán o El Tajín.
Desde su descripción por el ilustrado José Antonio Alzate, a fines del siglo XVIII, el monumento principal de Xochicalco atrajo la atención de los interesados en las antigüedades mexicanas. Para muchos de sus visitantes la figura de la Serpiente Emplumada que recorre las alfardas de este monumento fue la representación más realista que habían contemplado del legendario Quetzalcóatl, el sacerdote y rey de Tula, cuya vida dramática fue dada a conocer por las crónicas de los conquistadores y frailes españoles en el siglo XVI. La imagen de Quetzalcóatl que transmitían estos relatos era una imagen mexica, que casi nada tenía que ver con los orígenes de esta entidad en la remota Teotihuacán del principio de la era actual.
En los siglos siguientes la imagen azteca de Quetzalcóatl volvió a perturbar las disquisiciones acerca de la presencia de este numen en la ciudad fortaleza de Xochicalco. En 1962 César A. Sáenz descubrió tres estelas esculpidas en todas sus caras, enterradas en un templo del centro ceremonial de Xochicalco. Al concluir el estudio de esos monumentos afirmó que dos de las estelas eran una representación de Tlahuizcalpantecuhtli, la Estrella Matutina, una de las advocaciones de Quetzalcóatl en tiempos de los aztecas, mientras que la otra representaba a Tláloc. Diez años más tarde Esther Pasztory analizó los glifos y las imágenes de esos monumentos y optó por una interpretación distinta. Escribió que las tres "parecen referirse al mismo tema de la muerte y el renacimiento del sol y el maíz en el ciclo agrícola anual".
Las interpretaciones de la figura de la Serpiente Emplumada como una representación de Topiltzin Quetzalcóatl, el rey y supremo sacerdote de Tula, sembraron más misterios que luces. Confundieron la historia de este personaje que transcurre en la Tula del Posclásico (900-1200), con episodios de siglos anteriores. En contraste con esos enfoques, un estudio reciente de Virginia Smith se concentró en el análisis de los símbolos del poder y aportó una visión de Xochicalco congruente con las investigaciones que en los últimos años iluminaron la historia de los mayas o los zapotecos. Así, el famoso edificio central que tiene grabadas las imágenes de la Serpiente Emplumada, al ser revisado con la lente de la iconografía, resultó ser una representación del linaje gobernante de Xochicalco, un símbolo que exaltaba la fuerza militar y celebraba la imposición de tributos a los pueblos vecinos. De manera parecida al llamado Templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán, el monumento de Xochicalco tiene grabados en sus cuatro costados la figura de la Serpiente Emplumada (Fig. 1). Como lo señalé en el caso de Teotihuacán, las representaciones de la Serpiente Emplumada son el emblema del gobernante de ese lugar, y esa misma función tienen las serpientes grabadas en la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco.
El simbolismo del Templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán se repite en Xochicalco, con los diseños y los glifos propios de este nuevo centro de poder. El monumento de Xochicalco imita el modelo teotihuacano de talud y tablero, pero las imágenes de la Serpiente Emplumada, en lugar de aparecer esculpidas en tercera dimensión, se grabaron en bajorrelieve. Otra característica de la Serpiente Emplumada de Xochicalco es que está acompañada de glifos, retratos de guerreros, gobernantes y símbolos de poder.
Figura 1. Representación de los costados sur (parte superior), este (parte del medio) y norte (parte inferior) de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco. Como se advierte, el cuerpo de la serpiente está rodeado de personajes,glifos y símbolos de poder. Virginia Smith sostiene que los personajes intercalados en el cuerpo de la Serpiente Emplumada eran antepasados de los gobernantes de Xochicalco.
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La efigie de la Serpiente Emplumada es el principal símbolo político de Xochicalco. Su cuerpo está adornado por conchas marinas y por las preciosas plumas verdes del quetzal, el adorno reservado para los altos dirigentes. Estos símbolos son también los de la fertilidad, pero en este caso la imagen de la Serpiente Emplumada se distingue por una diadema real de piedras preciosas y por las plumas de quetzal que coronan su cabeza. Su cuerpo, esculpido con trazo maestro, está enmarcado por motivos que reproducen el tejido de la estera, el símbolo mesoamericano que de manera indubitable señalaba el asiento del poder real (Fig. 1). Estos símbolos expresan que la figura de la Serpiente Emplumada es un emblema de poder, un símbolo del linaje real de Xochicalco. Según Virginia Smith, los personajes intercalados en el cuerpo ondulante de la Serpiente Emplumada son antepasados del gobernante que mandó construir este monumento y se reconocen por un rasgo común: tienen como tocado una representación estilizada de la cabeza de la Serpiente Emplumada. Es decir, declaran que representan la dinastía de la Serpiente Emplumada o que descienden de ese linaje.
Virginia Smith sostiene que los personajes que rodean el cuerpo de la Serpiente Emplumada, y los representados en el tablero y la parte superior del edificio, son gobernantes o guerreros al servicio del Estado de Xochicalco. Su análisis se concentra en las relaciones entre el emblema de la Serpiente Emplumada que domina el edificio y los personajes vinculados con él. La parte occidental del monumento es la más cargada de simbolismos y está señalada por la única escalera que permite acceder a la parte superior. En el costado sur de esta escalera aparece la figura de un gobernante sentado en un trono en forma de U que descansa sobre una estera. Está vestido como un guerrero, pues porta un escudo de plumas rectangular, dardos y átlatl y se le identifica por el glifo 7 Serpiente que aparece a su derecha (Fig. 2).
Figura 2. Representación del gobernante 7 Serpiente en un costado de la escalera principal de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco. El gobernante descansa sobre una suerte de trono en forma de U que reposa sobre una estera, símbolo del poder real.
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En el frente de la fachada occidental de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas se inscribieron otras escenas de significado político que arrojan luz sobre el mensaje que transmitía este monumento. La más sobresaliente representa al glifo 9 Casa en el lado izquierdo (Fig. 3). De este glifo, que quizá indica el nombre de un personaje, salen dos manos. La derecha sujeta un objeto precioso y la izquierda sostiene una cuerda que a su vez amarra un rectángulo en cuyo interior se ve la cara de un mono y arriba 11 círculos, que Smith traduce como el glifo 11 Mono. En el pasado estos glifos se leyeron como una corrección calendárica, hecha por un imaginado congreso de astrónomos, procedentes de diversas regiones de Mesoamérica. Pero como lo muestra Smith, estos glifos refieren una historia más prosaica, celebran el acontecimiento mediante el cual 9 Casa sujetó a 11 Mono en el año 6 Caña, según lo indica el numeral del lado derecho. Es decir, como los monumentos zapotecos o mayas de la época Clásica, los de Xochicalco se levantaron para conmemorar conquistas y la imposición de tributos.
Figura 3. Representación de la Serpiente Emplumada acompañada de glifos y personajes nobles en el costado occidental de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco.
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El tablero de la parte superior está repleto de personajes en sus tres lados. Se trata de nobles o jefes, pues todos portan un tocado de trapecio y rayo (un símbolo teotihuacano), una banda ornada con objetos preciosos y un remate de plumas de quetzal (Fig. 4). Sus ojos están cubiertos por los característicos anteojos de Tláloc, que en Teotihuacán identifican a los dirigentes y guerreros, y de su boca se desprenden las volutas que denotan el habla, un signo propio de quienes ejercen el mando. En una de sus manos llevan una bolsa de incienso. A su lado aparecen los glifos que los nombran y una boca dentada que parece comer un disco dividido por una cruz. Smith, basándose en otros estudios, interpreta esta procesión de personajes que miran hacia la escalera central como una ceremonia que celebra la imposición de tributos a diferentes pueblos identificados por sus topónimos. Se trata entonces de una escena de conquista y apropiación de tributos. Celebra a los guerreros triunfantes que subyugaron los pueblos vecinos.
La celebración del gobernante es un tema constante en la Pirámide de las Serpientes Emplumadas. En el segundo nivel de este monumento se estamparon los retratos de guerreros ataviados con lujo y portando dardos y escudos. En el frente occidental de la pirámide se advierten rastros de uno de estos guerreros y a su lado la figura de un coyote parado en una estera (Fig. 5). Probablemente esto significa que la orden militar del coyote a la que pertenecía este guerrero fue uno de los grupos dirigentes de Xochicalco.
La exaltación de los gobernantes se acentúa en las famosas estelas encontradas en uno de los edificios de la acrópolis. Al contrario de las interpretaciones que veían en los personajes y glifos grabados en estos monumentos a deidades agrarias o advocaciones de Quetzalcóatl en su versión de Estrella Matutina, Virginia Smith sugiere que son representaciones de gobernantes, estelas conmemorativas, como las de los mayas y zapotecos de la época Clásica, que recordaban acontecimientos históricos vinculados con el ejercicio del poder.
Figura 4. Representación de algunos personajes que aparecen en el tablero de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco. A la derecha de estos personajes aparecen los topónimos de los pueblos conquistados y la imagen de una boca que muerde algo precioso: el tributo impuesto a los vencidos. |
Figura 5. Fachada occidental de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas, parte superior. Se advierte aquí la figura de un coyote parado en una estera, frente a un personaje sentado cuyos rasgos se han borrado. En el lado derecho del personaje se ve el glifo.
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Las llamadas estelas 1, 2 y 3 registran la efigie, el nombre y las hazañas de tres distinguidos gobernantes de Xochicalco. La Estela 1 muestra en la parte superior el glifo 7 Ojo de Reptil, que es el nombre del jefe cuya cara aparece abajo, ornada por un tocado de cabeza de serpiente similar al que llevan algunos personajes de la Pirámide de las Serpientes Emplumadas (Fig. 6). La parte superior de la Estela 2 registra el glifo 7 Lluvia, que es el nombre del personaje con el rostro de Tláloc que aparece abajo, con el tocado de trapecio y rayo entrelazados (Fig. 7). Los otros glifos impresos en los lados de la estela consignan diversas actividades de este guerrero. Por último, la Estela 3 tiene grabado en su parte alta el glifo 4 Movimiento, que es el nombre del gobernante cuyo rostro aparece en la parte inferior, adornado con un tocado de Serpiente Emplumada (Fig. 8). Como se advierte, las estelas de Xochicalco continúan la antigua tradición olmeca, maya y zapoteca de inmortalizar en piedra el nombre y las hazañas de los gobernantes.
Figura 6. Representación del señor 7 Ojo de Reptil en la Estela 1 de Xochicalco, con tocado de Serpiente Emplumada y la boca abierta, expresando que habla. Los otros lados de la estela registran acontecimientos ocurridos en su gobierno.
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Figura 7. Estela 2, con el glifo 7 Lluvia que nombra al personaje con máscara de Tláloc que aparece abajo. Los símbolos de Tláloc y otras referencias a la guerra registradas en los otros lados de la estela señalan a este personaje como un gran guerrero. |
La interpretación que hace Virginia Smith de estas estelas muestra que son monumentos dedicados a registrar los ascensos y logros de los señores 7 Ojo de Reptil, 7 Lluvia y 4 Movimiento, quienes ejercieron el poder en Xochicalco en diversos periodos y se significaron por sus hazañas guerreras. Celebran a jefes del Estado de Xochicalco que realizaron conquistas y acciones fortalecedoras de esa entidad, representada por el emblema de la Serpiente Emplumada, el símbolo del poder que estos estados tomaron de Tollan-Teotihuacán.
Cacaxtla
Al igual que Xochicalco, Cacaxtla fue construida como una fortaleza en un promotorio rodeado por los valles de Tlaxcala y Puebla, frente a las montañas nevadas del Iztacíhuatl y el Popocatépetl. Diego Muñoz Camargo, el cronista mestizo que escribió a finales del siglo XVI una Historia de Tlaxcala, recoge antiguos testimonios sobre los fundadores de Cacaxtla:
vinieron los ulmecas, chalmecas y xicalancas, unos en seguimiento de otros. Y como hallasen toda la tierra ocupada y poblada, determinaron de pasar adelante a sus aventuras, y se encaminaron hacia la parte del volcán y faldas de la Sierra Nevada, donde se quedaron los chalmecas; [...] Y los ulmecas y xicalancas pasaron adelante [...] hasta que vinieron a salir por Tochimilco, Atlixco, Calpan y Huexotzinco, hasta llegar a la provincia de Tlaxcala.
[...se asentaron] donde está agora el pueblo de Santa María de la Natividad, [...] y el cerro de Xochitecatl y Tenanyacac, donde están dos ermitas [...]. Y aquí en este sitio, hicieron los ulmecas su principal asiento y poblaron, como el día de hoy nos lo manifiestan las ruinas de sus edificios, que según las muestras fueron grandes y fuertes; y ansí las fuerzas y barbacanas, albarradas, fosos y baluartes, muestran indicios de haber sido la cosa más fuerte del mundo.
Este texto, así como los testimonios de Sahagún y Chimalpain, informan que los fundadores de Cacaxtla fueron los olmeca xicalanca. Los arqueólogos sitúan el asentamiento de estos grupos hacia el año 350 y el florecimiento de Cacaxtla entre los años 650 y 850, cuando ya se había apagado el poderío de Teotihuacán.
Se sabe que Cacaxtla pervivió hasta el siglo IX, cuando fue destruida por invasores toltecas. El sitio que le dio fama es el gran basamento, una suerte de palacio real donde se encontraron las pinturas murales más bellas del centro de México, fechadas entre los años 650 y 800 d.C. Lo más interesante es que estas pinturas fueron realizadas en edificios con fuerte influencia teotihuacana (talud y tablero) y reproducen el emblema de la Serpiente Emplumada que hemos visto surgir en Teotihuacán.
Figura 8. Frente de la Estela 3 de Xochicalco. El glifo 4 Movimiento de la parte alta es el nombre del personaje cuya cara aparece abajo, rematada por un tocado de Serpiente Emplumada. |
Figura 9. Pintura mural del llamado edificio Rojo de Cacaxtla. |
Entre las pinturas tempranas encontradas en el palacio real destacan las del Templo Rojo, así llamado por el fondo de este color que domina el conjunto. En la parte mejor conservada sobresale la figura de un comerciante que ha depositado en el suelo su carga de mercancías. A su lado se advierte una planta de cacao y otra de maíz, que en lugar de mazorcas tiene como fruto caras humanas. Sigue luego la figura de un sapo y otras plantas y animales marinos (Fig. 9). Estas figuras están paradas sobre el cuerpo de una larga Serpiente Emplumada que parece protegerlas y darles vida. La serpiente, a su vez, reposa sobre una cenefa en cuyo interior corre el agua y hay plantas y animales marinos, símbolos de la fertilidad. Por sus símbolos agrícolas y germinales esta pintura recuerda las de Teotihuacán, donde la Serpiente Emplumada es la proveedora del agua, el numen fertilizador que le da vida a las plantas (Cap. II, Figs. 2, 3, 5 y 6).
En el llamado Edificio A, que conserva las pinturas más bellas del conjunto, volvemos a encontrar la figura de la Serpiente Emplumada. Se trata de un recinto dedicado a exaltar a los gobernantes de Cacaxtla, en cuya sala principal hay dos retratos extraordinarios, tanto por su calidad plástica como por su filiación maya. En el mural del lado norte se eleva la figura del gobernante 9 Ojo de Reptil, engalanado con un magnífico vestido de jaguar, que abraza un envoltorio de flechas en forma de un cetro ceremonial. 9 Ojo de Reptil está parado sobre un jaguar de cuerpo serpentino, rodeado de varios glifos y símbolos (Fig. 10). Esta figura y las otras del edificio están pintadas con las técnicas mayas y causan un impacto inmediato en el visitante por la vívida presencia de los retratos, la línea del dibujo, el movimiento que recorre los cuerpos y la mezcla maestra de los colores.
El mural del lado sur está dominado por la imponente figura del gobernante 13 Plumas de Águila, cuya cara emerge de un gran pico de ave. De sus hombros cuelgan dos alas, sus brazos sostienen un pesado cetro ceremonial de clara ascendencia maya y su cuerpo está enmarcado por la larga figura de una Serpiente Emplumada pintada de azul (Fig. 11). Este Hombre-pájaro está rodeado de diversos símbolos de poder, entre los que destaca la Serpiente Emplumada, cuya cabeza enjoyada por dos narigueras tubulares significa que ella misma es un personaje noble, o un símbolo de la realeza. Aquí, como lo advirtió Marta Foncerrada, la Serpiente Emplumada es el animal emblemático de la casa real de Cacaxtla. Es decir, en Cacaxtla la Serpiente Emplumada es un símbolo inequívoco del poder real, un emblema del gobernante en funciones. Su cuerpo, al rodear y proteger la figura del personaje, identifica a quien ejerce las funciones reales, un motivo al que recurrirán los gobernantes posteriores. El carácter emblemático de los animales se repite en el famoso mural de la batalla (Fig. 12), donde advertimos un conjunto de guerreros vestidos con pieles de jaguar, quienes enfrentan a otros guerreros pintados de negro, vestidos con plumas y cubiertos con yelmos en forma de pico de pájaro.
Figura 10. Retrato del personaje 9 Ojo de Reptil en el muro norte del Pórtico A. Hombre Jaguar. Cacaxtla. |
Cholollan
El símbolo de la Serpiente Emplumada está también presente en una de las capitales políticas y religiosas más significativas de Mesoamérica: Cholollan, la antigua ciudad del Valle de Puebla marcada por dos épocas contrastadas. Los datos arqueológicos indican que Cholula comenzó a desarrollarse desde el periodo formativo, pues hacia el año 200 a.C. ya se había comenzado a edificar la Gran Pirámide que más tarde vino a ser el icono representativo de la ciudad y del reino. Desde esta época hasta el año 1200, cuando la ciudad fue invadida y destruida por grupos toltecas expulsados de Tula, Cholula se convirtió en el principal centro político del Valle de Puebla, aun cuando estuvo sometido a Teotihuacán, la metrópoli de la época Clásica.
La Gran Pirámide de Cholula siguió los modelos políticos y simbólicos establecidos por Teotihuacán. Fue construida sobre un manantial, como lo muestra una pintura posterior (Fig. 13). Es decir, adoptó la forma del altépetl clásico: un cerro lleno de agua que contiene en su interior las semillas nutricias y se comunica en la parte alta con las fuerzas fecundadoras que precipitan la lluvia: el cielo, el rayo y el trueno. Como es usual en el resto de Mesoamérica, este glifo es el símbolo territorial del Estado.
Desde su fundación hasta el final de la época Clásica el altépetl de Cholula adoptó los lineamientos estilísticos forjados en Teotihuacán. Su primera fase constructiva sigue el modelo del talud y tablero y las proporciones gigantescas de los edificios teotihuacanos. Seguramente en su interior se enterró a los fundadores del reino. Su fachada, adornada con motivos que repiten el símbolo de la estera, era una representación del poder real ahí asentado. En los edificios y plazas adjuntos se han encontrado pinturas, esculturas y cerámica que reproducen el símbolo de las esteras y la efigie de la Serpiente Emplumada.
Figura 11. Retrato del personaje 13 Pluma de Águila en el muro sur del Pórtico A. Hombre-Pájaro. Cacaxtla. |
Entre la caída de Teotihuacán (650) y el desmoronamiento del mundo Clásico (900), Cholula se convierte en una capital regional, con gran influencia en la costa del Golfo, el Valle de Tlaxcala (algunas fuentes indican que Cacaxtla era uno de sus tributarios) y el norte de la Mixteca oaxaqueña. Era el polo de un corredor comercial y cultural que comunicaba la tierra maya, la costa atlántica y el área mixteca con el Altiplano Central.
Súbitamente este desarrollo político fue interrumpido por la destrucción de Tula y la migración de sus líderes y guerreros, quienes invaden la región hasta entonces dominada por la población de ascendencia teotihuacana mezclada con los olmeca xicalanca. Hacia 1200 Cholula es conquistada por los invasores toltecas, quienes destruyen los símbolos de poder que ornaban la Gran Pirámide y edifican un templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, el dios del viento y protector de los comerciantes, que se transforma en el emblema religioso de Tollan-Cholollan. Entre 1200 y 1520 Tollan-Cholollan vive otra época de auge, como veremos adelante. En estos años su destino se empalma con la irradiación política y religiosa de Chichén Itzá y Tula, reinos protegidos por jefes que adoptan el carismático nombre de Kukulcán o el no menos numinoso de Ce ÁcatlTopiltzin Quetzalcóatl.
Figura 12. Fragmento del Mural de la Batalla, de Cacaxtla. |
Figura 13. La Gran Pirámide de Cholula, Tlachihualtepetl, pintada en la Historia tolteca-chichimeca. Como se ve, tiene la forma tradicional del glifo que indica el cerro, y de su parte inferior fluye el agua. |