REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
La Iglesia católica va por el rating
Concesión de canales de radio y tv a la jerarquía
Irak y el concurso por la sensiblería
EN MEDIO DE los escándalos por la venta
de los "derechos de uso" de la imagen de la Virgen de Guadalupe, por la
"recuperación" del Palacio del Arzobispado -emblema de las leyes
juaristas que marcaron la separación entre el Estado y la Iglesia-
y frente al clima creciente de contrarreforma que impera en las relaciones
entre la jerarquía católica y el gobierno de Vicente Fox,
se ventila ahora una iniciativa para que las iglesias y las asociaciones
religiosas puedan contar con concesiones y permisos para operar directamente
estaciones de radio y televisión.
COMO SI ALGO faltara para completar la cruzada
cultural, política y educativa que ha emprendido un sector de la
derecha católica para recuperar los fueros perdidos y negar los
avances en el proceso de secularización de la sociedad civil, ahora
la búsqueda del rating y de los negocios derivados de éste
llegó hasta los obispos mexicanos, quienes están convencidos
de que es el momento de transformar la religión en un espectáculo
mediático, directamente controlado.
INFORMES DEL MAS
allá revelan que ya existe todo un proyecto de programación
para el telecatólico mexicano, para los próximos medios de
las almas piadosas. Aquí van algunos adelantos:
A) ENCARRERADO EN el filón de negocios que
representa la Virgen de Guadalupe, se producirá un reality show,
junto con la empresa estadunidense Viotran, que se llamará Big
mother, para que el ojo vigilante del símbolo del Tepeyac esté
pendiente de los 12 apóstoles encerrados en la Basílica,
que se convertirá en set televisivo.
B) TAMBIEN SE anuncia la emisión de un programa
llamado Ventaneando que conducirá Jorge Serrano Limón.
Se dedicará a balconear a todos aquellos políticos
infieles y no gratos para la jerarquía católica.
C) HABRA PROGRAMAS y series infantiles. Uno se
llamará La mano amiga, que estará dedicado a la vida
y obra del santo varón Marcial Maciel, y otro de concursos que se
titulará Péguele a Juárez, conducido por algún
monaguillo aventajado.
D) PARA EL público juvenil se producirá
Mochila al hombro, una soap opera en la que se promoverán
la abstinencia sexual, los auténticos valores y se evitarán
palabras impías como "condón", "aborto" y "éxtasis".
E) EN EL horario, competirá con las telenovelas
de Televisa y Tv Azteca. Se prepara el melodrama El confesionario,
para las amas de casa que no logren ir al templo y se sientan tentadas
por el diablo de la equidad de género y otros males modernos como
el divorcio, las uniones libres, etcétera.
F) CADA DOMINGO se transmitirá Norberto
contigo, Norberto en vivo, en el que usted podrá pedirle al
cardenal, vía llamadas al 0900, sus consejos por una módica
cantidad de 20 pesos por minuto. Recuerde: "llame ya y gane la eternidad".
G) TAMBIEN HABRA programas de concurso musical
como La sacristía y Operación jubileo. Las
estrellas que surjan serán promocionadas mediante tres cadenas radiofónicas
nuevas: Radio Homilía, Radio Eucaristía y Radio Epifanía,
pertenecientes a los mismos concesionarios.
H) POR SUPUESTO, se incluirán coproducciones
importantes como Guía para padres, Educar en la fe y La
entrevista con Martita, que promoverán la lectura de las nubes,
la autosuperación personal y a la nueva sustituta de Silvia Pinal
en una emisión similar a la de Mujer, casos de la vida real.
Tendrán fuertes patrocinios del SNTE y de la Unión Nacional
de Padres de Familia.
Las trampas de la fe
LOS
PROMOTORES DE la fe mediática pretenden recuperar el terreno
perdido. Otras religiones y cultos no son prioridad para la Secretaría
de Comunicaciones y Transportes ni para la Secretaría de Gobernación.
Poco les importa que este proyecto viole flagrantemente los artículos
tercero de nuestra Constitución laica, el párrafo cuarto
del artículo 27 constitucional, que señala que le corresponde
a la nación el dominio de todos los recursos naturales, incluyendo
el espacio aéreo, y que la Ley Federal de Radio y Televisión
vigente prohíba expresamente mensajes que incluyan la discriminación
por motivos de fe o creencia religiosa.
EN ESTOS TIEMPOS del repliegue del laicismo desde
el flanco gubernamental, tener medios de comunicación masiva se
ha vuelto una obsesión de la jerarquía católica, que
se los reclamó a Vicente Fox desde su campaña presidencial.
Ya no confían en el viejo pacto que les permitió incidir
y determinar los contenidos de la televisión privada, especialmente
en Televisa y, desde 1993, en Tv Azteca. No basta con que abiertamente
se difundan ceremonias religiosas (por cierto, sólo de la religión
católica), que todas las visitas de Juan Pablo II a México
hayan transformado la pantalla en un púlpito mediático en
la que los conductores renuncian a la sana distancia informativa en aras
del rating papal.
CURIOSAMENTE, EN NINGUNO de los documentos recientes
emitidos por el Vaticano en relación con la Iglesia católica
y los medios de comunicación se plantea como prioridad la posesión
de estaciones de televisión y radio. El decreto Inter Mirifica de
1963 sobre los medios de comunicación social plantea que si bien
en la misión evangelizadora es importante servirse de los medios
de comunicación social, "corresponde principalmente a los laicos
penetrar de espíritu cristiano esta clase de medios, a fin de que
respondan a la gran esperanza del género humano y a los designios
divinos". En el punto 14 de este documento se especifica fomentar "las
publicaciones honestas. Debe advertirse a los fieles de la necesidad de
leer y difundir la prensa católica para conseguir un criterio cristiano
sobre todos los acontecimientos". Ni una sola palabra sobre posesión
de canales de televisión o de radio.
EN 1992, CON Juan Pablo II en el papado, se inicia
una severa crítica a los medios de información. Según
un documento elaborado en las fiestas de la cátedra de san Pedro
apóstol, monseñor John P. Foley considera que "en la situación
actual ocurre que los medios de comunicación exacerban los obstáculos
individuales y sociales que impiden la solidaridad y el desarrollo integral
de la persona humana. Estos obstáculos son especialmente el secularismo,
el consumismo, el materialismo, la deshumanización y la ausencia
de interés por la suerte de los pobres y los marginados". El mismo
documento planteaba como uno de los objetivos "insistir en el respeto del
derecho a la comunicación y, especialmente, sobre su propio derecho
(el de la Iglesia católica) al acceso de los modelos de comunicación".
Es decir, se buscaba el acceso, no la propiedad o administración
de los medios.
EN JUNIO DE 2000, un mes antes de los comicios
presidenciales en México, en el Vaticano se realizó la Jornada
mundial de comunicaciones. El documento, signado también por Foley,
volvía a realizar una disección sobre el panorama general
de los medios, pero insistía en influir en todos ellos sin tener
propiedad sobre alguno. "Jesús es el modelo y el criterio de nuestra
comunicación", afirmaba en el último punto.
HOY, LA JERARQUIA pretende cobrarle favores políticos
al foxismo con concesiones de radio y televisión, al margen de los
propios documentos y prioridades planteadas por el Vaticano, y después
del fracaso absoluto de Claravisión, que merece un análisis
aparte.
La sensibleria televisiva en Irak
TERMINADOS LOS COMBATES y la disputa por el sentido
de la oportunidad entre Televisa y Tv Azteca, existe ahora una pugna por
la sensiblería, el melodrama y la cursilería en la cobertura
de la ocupación militar en Irak. Lo increíble es que los
protagonistas para el "canal de las estrellas" son sus reporteros, que
se convierten en autorreferencia de sus narraciones, mientra que para la
televisora del Ajusco las historias con "sentido humano" son protagonizadas
por los marines y los soldados angloestadunidenses, como si los
"liberados" iraquíes no contaran mucho o todo se redujera al drama
individual del niño Alí, el mismo que despertó una
ola de complejo de culpa en las buenas conciencias británicas.
FUE MAS QUE patético escuchar una "entrevista"
de Joaquín López Dóriga a Eduardo Salazar, la noche
del pasado martes 15 de abril. En el intercambio de elogios, López
Dóriga culmina con una pregunta que cualquier iraquí envidiaría:
"¿Cuánto tiempo llevas con este pantalón?" Salazar,
ruborizado, como si se tratara del saqueo de los museos de Bagdad, respondió:
"Me da pena... llevo un mes". El 18 de abril el noticiero estelar de Canal
2, conducido por Alejandro Cacho y López Dóriga, comenzó
con este autopromocional como nota principal: "Sin las herramientas normales
de trabajo, Televisa le llevó la guerra contra Irak durante casi
100 días. El hotel Palestina fue el centro operativo de El Noticiero.
El único hotel del mundo sin servicio alguno ni llave en las
puertas. No hay telefonía, más que satelital. Tampoco Internet,
televisión, ni servicios de limpieza. Tuvimos luz a ratos, agua
fría, cuando la hubo, un generador para sacar el trabajo, agua embotellada
traida de Jordania. Casi sin comida". ¡Ahora resulta que después
de 100 días el horror principal son las carencias y la falta de
comodidades de los reporteros de Televisa y no la devastación de
una nación!
IMPRESIONAN LAS AUTOPORRRAS aldeanas que de repente
lanza la principal cadena televisiva de América Latina, como si
se tratara de una emisión de Vida Tv o de Hoy. Tanto
así que a Eduardo Salazar -que hizo un trabajo digno, como muchos
otros periodistas de todo el mundo- ahora se le da trato de premiado tras
días de encierro en la casa del Big Brother. En otras palabras,
el espectáculo de la cursilería.
Y MIENTRAS ESTO sucedía, la BBC informaba
que el capitán Philip Wolford confesó a un semanario francés
que él dio la orden de disparar contra el hotel Palestina, donde
murieron los camarógrafos José Couso, de España, y
Taras Protsyuk, de Ucrania. ¿Qué hará la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, frente a esta abierta
violación a la Convención de Ginebra y al más elemental
respeto por el derecho a la información?