Washington establece una enorme deuda externa
a Bagdad para justificar la disposición del crudo
La invasión a Irak costará a EU 80 mil
mdd en un año: Eric Toussaint
Los recursos empleados en el ataque garantizarían
al tercer mundo acceso a agua potable y a servicios sanitarios, considera
el presidente del comité para la anulación del débito
de países pobres
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El costo de la invasión a Irak para el Tesoro de
Estados Unidos será de 80 mil millones de dólares en un año,
cantidad equivalente a los recursos necesarios para garantizar el acceso
al agua potable, la asistencia sanitaria y la alimentación, así
como para proveer los cuidados ginecológicos y de obstetricia a
todas las mujeres embarazadas en los países no desarrollados, consideró
Eric Toussaint, presidente del Comité para la Anulación de
la Deuda del Tercer Mundo (CADTM).
Desde la sede del organismo, en Bruselas, Toussaint expone
la que, a su juicio, es la estrategia de Estados Unidos e Inglaterra, naciones
que encabezaron la invasión a Irak, para asegurarse el control del
petróleo del país árabe, poseedor de la segunda reserva
mundial del energético, así como el papel que jugará
el manejo de la deuda contraída por el régimen de Saddam
Hussein para asegurar a la llamada "coalición" el beneficio de la
explotación del hidrocarburo.
Más gasto militar
Pocos
días después del inicio de la invasión, recuerda Eric
Toussaint, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, consideró
ante el Congreso de su país que el costo directo de la guerra en
Irak para el Tesoro ascendería a 80 mil millones de dólares.
Esta suma es independiente del aumento en el presupuesto militar estadunidense
para el próximo año, estimado en 170 mil millones de dólares.
El gasto directo en que incurrirá el Tesoro de
Estados Unidos para financiar la invasión a Irak, apunta Toussaint,
"equivale precisamente a los recursos que según los programas de
Naciones Unidas para la Infancia y para el Desarrollo son necesarios a
escala del planeta para garantizar acceso al agua potable, a educación
básica, a la asistencia sanitaria primaria, a la alimentación
y a cuidados ginecológicos y de obstetricia para todas las mujeres
de países pobres".
Toussaint retoma experiencias previas y afirma que los
80 mil millones de dólares que gastará el Tesoro estadunidense
constituyen una suma que ninguna cumbre mundial relacionada con la asistencia
a países pobres logró reunir. Recuerda que en Génova,
Italia, durante la reunión del Grupo de los 7 (G-7), en 2001, ese
grupo de naciones más desarrolladas sólo comprometió
poco menos de mil millones de dólares para financiar un fondo de
lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis.
Resulta paradójico, afirma Toussaint, que mientras
organismos internacionales y países industrializados afirman estar
comprometidos en cumplir las metas de desarrollo del milenio -que pretenden
para 2015 reducir la pobreza en el mundo a la mitad del nivel actual- el
gobierno de Estados Unidos haya realizado la "proeza" de reunir 80 mil
millones de dólares para gastarlos en unos cuantos meses en la invasión
de un país empobrecido.
El CADTM es una agrupación independiente, con amplio
reconocimiento en todo el orbe, que busca la anulación de la deuda
externa del tercer mundo bajo el argumento de que las naciones endeudadas
han pagado con creces, por la vía de intereses y amortizaciones,
los préstamos recibidos de los industrializadas y de los grandes
bancos internacionales. Además, es una las organizaciones más
involucradas en el Foro Social Mundial, surgido en Porto Alegre, Brasil,
como una alternativa de discusión a la globalización promovida
por el Foro Económico Mundial de Davos.
Toussaint llama la atención sobre la forma en que,
desde ahora, la "coalición" encabezada por Estados Unidos comienza
a abordar el tema de la deuda iraquí y la relaciona con la explotación
del petróleo del país árabe.
Recuerda que el Grupo de los 7, reunido en Washington
la semana pasada, en el contexto de la asamblea de primavera del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, fijó en 120 mil millones
de dólares la deuda exterior de Irak, importe superior al débito
de Turquía, nación tres veces más poblada que Irak.
Y ello, dice, sin contar compensaciones reclamadas a Irak
por la invasión a Kuwait en 1990. "Si es necesario creer a los banqueros
del G-7, si estas compensaciones se tomaran en cuenta, la deuda de Bagdad
ascendería a 380 mil millones de dólares. Entonces, después
de la era Saddam, Irak tendría el triste privilegio de ser el país
más endeudado del tercer mundo, superando a Brasil, que adeuda 230
mil millones de dólares", apunta.
La clave, dice, es que el acuerdo arbitrario en torno
a la cifra de los pasivos iraquíes tiene por objeto "esencialmente
justificar el poner la mano sobre sus recursos petrolíferos, como
pretexto para garantizar el rembolso. Fijar la deuda en un monto tan alto
tiene la enorme ventaja para Estados Unidos y sus socios de obligar a las
nuevas autoridades iraquíes a someterse a las exigencias de los
acreedores durante decenas de años".
Así, abunda Toussaint, aunque el empleo de la fuerza
militar se limitara en el tiempo, aunque Naciones Unidas garantizara la
gestión de la reconstrucción, la política del nuevo
Estado iraquí vendría determinada por los acreedores y por
las concesiones a las multinacionales petroleras.