ASTILLERO

Julio Hernández López

šQue vuelvan las videograbaciones!

Necesario, declarar una hernia lingual por el resto del sexenio

ES POSIBLE QUE, por el bien del país (y aunque los tecleadores y moneros muramos de hastío), sea necesario devolver al Presidente de la República al aséptico mundo de las videograbaciones. Así, habitante del siempre oportunamente corregible mundo de los estudios electrónicos, no correría el máximo representante nacional el riesgo de pasar penas y vergüenzas locales e internacionales como las que le está provocando su arrebato tempranero del pasado martes -día de su histórica reaparición en vivo y a todo color-, cuando se aventó la puntada de dar por terminada "la etapa NAFTA" (que es la forma correcta en que un gringo o un canadiense deben llamar lo que los mexicanos denominamos Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y proclamar "una nueva visión" de ese acuerdo para los próximos años que, según su emocionada palabra, ya estaría en cotidianos tratos tripartitas y sería anunciada formalmente el próximo junio. Vocero del decepcionado George W. Bush y del desinteresado Jean Chretien sin que estos lo supieran, el presidente Fox dijo que los tres mandatarios norteamericanos no están plenamente "satisfechos" con los resultados alcanzados hasta ahora en el marco del TLCAN, y que por ello tratarán, en la "nueva visión", de agregar tópicos relacionados con la economía, la política, los derechos humanos y la migración. Los gobiernos presuntamente involucrados en las nuevas visiones dijeron ayer que ni en cuenta, que no sabían de qué hablaba el rehabilitado Fox, que les habían causado sorpresa los anuncios del mandatario de los mocasines.

TANTO FUE EL ENREDO, que el vocero de Los Pinos, Rodolfo Elizondo, debió salir de su invernadero para tratar de hacer entender a quien se dejara que el Presidente de la República no había dicho, o querido decir, lo que había dicho. El mártir duranguense (imagine el lector cuánto sacrificio implica pretender ser el encauzador y moderador de aguas oratorias que en cuanto encuentran un resquicio causan inundaciones) pretendía fijar la discusión en el punto de que el Presidente no había hablado específicamente de "revisión" del TLCAN, como habían entendido muchos medios, reporteros nacionales y corresponsales extranjeros (ante estos se produjeron las escandalosas declaraciones, pues, en su urgencia de conseguir el perdón imperial del ex amigo texano que ni siquiera toma el teléfono, los genios de Los Pinos decidieron que la primera reunión del reaparecido fuera con la prensa foránea y no con la nacional, esperanzados de que esa fuente, compuesta esencialmente por periodistas estadunidenses, reprodujera los almibarados saludos, buenos deseos y demás guiños en busca de reconciliación que el mexicano mandaba a la Casa Blanca, pero que desde luego los reporteros del norte ni siquiera pelaron). No se había usado específicamente el término "revisión" o "renegociación", alegaba San Rodolfo Vocero, a pesar de que no es posible entender cómo se pueden lograr las "nuevas visiones" anunciadas por Fox ("ninguno de los tres países estamos satisfechos, y queremos más desarrollo, más comercio y más integración; queremos revitalizar nuestra relación", según la nota de Juan Manuel Venegas en La Jornada) sin reabrir discusiones, sin revisar logros, sin renegociar futuros. Mucho menos es posible entender cómo se podría conseguir que "dentro de los reglamentos del propio acuerdo, la producción nacional de maíz y frijol tendrá una mejor posición y un trato especial". Según Elizondo, sin embargo, en el asunto del TLCAN nada es verdad ni es mentira, pues depende del cristal con que se mire: por ello, Fox simplemente anunció una nueva mirada de los acuerdos, un acto estético de experimentación contemplativa mediante el cual se podrían obtener ángulos y enfoques distintos de una misma realidad ("lo que se avizora en el futuro; hablar de una visión nueva del tratado, que vaya más allá del propio tratado", explicó el sicodélico portavoz); y, respecto a las demandas frijoleras y maiceras, simplemente habría dicho el Presidente que "había la necesidad de hacer pláticas en ese sentido, y ver a qué se podía llegar, pero no habló de abrir el capítulo tampoco". šAh, los viajes, visajes y visiones de la ahora hippiosa Foxilandia!

EN SAN DIEGO, California, Santiago Creel daba ayer continuidad al libreto del presunto "NAFTA plus" (que, por lo que se ve, es simplemente un buen deseo presidencial convertido en política oficial): la nueva etapa del NAFTA, dijo, debe abarcar los asuntos de seguridad tan deseados por los estadunidenses, pero también los de los migrantes mexicanos. "Sí podemos entrar al tema de seguridad bajo un esquema de corresponsabilidad, pero esperamos que esto signifique, para nuestros mexicanos que trabajan en Estados Unidos, sus documentos, sus derechos humanos, sus derechos laborales y el pleno reconocimiento a una estancia legal, que se lo merecen en ese país", dijo el secretario de Gobernación mientras esperaba que lo recibiera Tom Ridge, el secretario de Seguridad Interior de Estados Unidos, y mientras las fronteras norte y sur mexicanas son puestas al servicio de los intereses de Washington y bajo control discreto de sus supervisores (eso sí, Creel fue acompañado por un equipo que debe haber puesto a temblar a los gringos: Gerónimo Gutiérrez, un especialista en asuntos económicos sin experiencia diplomática, al que se ha habilitado como subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte; Ernesto Ruffo, coordinador de asuntos fronterizos norteños que no hace otra cosa que cobrar puntualmente su no desquitado sueldo; Eduardo Medina, director de la coladera de mala información llamada Cisen; y Magdalena Carral, la dama de altísima sociedad que se encarga del bajo mundo de la migración y sus mafias).

EN EL DIA Mundial del Libro, mientras tanto, el Presidente de hoy volvía a contradecir al de ayer: sí sirve leer, reconoció respecto a los libros (algo es algo) quien meses atrás impulsaba a una mujer queretana a no leer (periódicos) para ser feliz.

ASI ES QUE, visto, oído y leído todo lo anterior: Ƒno podría algún caritativo médico sacar al Presidente de México del mundo de las visiones, y reinstalarlo en el de las videograbaciones, alegando una hernia lingual incorregible? Total, qué tanto son tres añitos.

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