Luego de dos años, el pintor presenta
Camino abierto en la galería RV
Alvaro Santiago trasciende la anécdota y lo
onírico con un trabajo más dibujístico
Los artistas deben atreverse y no dejarse presionar
por el mercado, sugiere
MONICA MATEOS-VEGA
El pintor Alvaro Santiago (Oaxaca, 1953) compara su quehacer
con el de un ejecutante musical, pues considera que una melodía
suena diferente en función de quien la interprete; ''así
es la pintura. La vida es la misma para todos, sólo que mis cuadros
son mi forma de diálogo con ella".
Luego
de dos años de no exponer en la ciudad de México, el artista
presenta en la galería RV, Camino abierto, con obra reciente
en la que ''refleja un poco más de madurez, pues los temas ahora
no son anécdotas o situaciones oníricas, sino interpretaciones
de la vida, con un trabajo más dibujístico".
Santiago reitera que las tormentas y el sufrimiento no
forman parte de sus cuadros. ''Siempre abordo cosas agradables, porque
pintar para mí es un goce. Inclusive, desde un punto de vista religioso,
disfruto la contemplación de mis piezas, entablo una especie de
diálogo interno con ellas, existe una devoción. Además,
en mi taller tengo fotografías de artistas cuya obra me gusta y
hasta les pido que iluminen cada uno de mis días de trabajo. Me
motivan. En lugar de santitos tengo libros de arte, con ello quiero decir
que ser pintor para mí aún es satisfactorio".
Reflejos del transitar por la vida
Los rostros de los personajes que habitan los paisajes
retratados por Alvaro Santiago no poseen facciones, pero el volumen de
sus cuerpos, los claroscuros y el movimiento de los trazos los transforman
en seres vibrantes: ''Más que la búsqueda, mi obra refleja
el transitar constante por la vida".
Considera que entre sus colegas ''la moda es vender, y
a nadie le hace mal. Pero debido a las necesidades y presiones del mercado
los coleccionistas novatos no saben qué comprar, y pueden adquirir
obras malas por influencia de los galeristas".
Así, continuó, ''no pinto para vender, aunque,
claro, uno tiene que comer; pero mi objetivo es hacer bien las cosas, ser
bueno en mi oficio, trabajar ocho horas diarias o más, darle y darle.
Como consecuencia de lo anterior, queda una obra de buena manufactura y
para ésta siempre hay mercado.
''Hay que atreverse, lanzarse al vacío, no tener
miedo, para adquirir seguridad en cuanto a lo que se pinta, no dejarse
presionar por el mercado. En esto ayuda conocer a otros artistas, pues
se confirma que se pueden correr riesgos y salir avante."
Las colecciones del Museo Irlandés de Arte Moderno
de Dublín; del Centro Cultural de México, en París,
así como del Museo de Arte Latinoamericano, de Long Beach, California,
poseen obra de Santiago, quien también ha presentado sus cuadros
en Casa Lamm, el Museo Nacional de la Estampa y la galería Oscar
Román, del Distrito Federal, entre otros recintos.
(Camino abierto se exhibe en la galería
RV, en Altavista 122, planta alta, San Angel y concluirá el domingo
27.)