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México D.F. Domingo 1 de junio de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Mentiras de destrucción masiva de Bush y Blair
La guerra contra Irak, por motivos burocráticos:
Paul Wolfowitz
LA CONFESION DEL straussiano Paul Dundes
Wolfowitz, arquitecto de la "guerra preventiva y perpetua" del ultrabélico
equipo Bush, de que la guerra contra Irak no se debió a la posesión
de "armas de destrucción masiva" -que siguen sin aparecer- ha puesto
a George W. Bush y a Tony Blair como unos vulgares mentirosos a los dos
lados del Atlántico -no se diga ante la opinión pública
mundial.
EN UNA ENTREVISTA extraña (dado el segmento
ultralight del nicho de lectores al que se dirige) con tapete rojo
(por la exquisita suavidad del entrevistador Sam Tannenhaus, quien casi
se le tira al subsuelo) a la revista Vanity Fair, el polémico
straussiano y subsecretario de Defensa estadunidense Wolfowitz,
confesó asombrosamente que "por razones burocráticas nos
pusimos de acuerdo en un tema, las armas de destrucción masiva,
porque era la única razón sobre la que todos podíamos
estar de acuerdo". Ahora resulta que se va a la guerra, una decisión
trascendental, por "razones burocráticas", aunque se sustente en
engaños. ¿Y qué pinta en todo esto Baby Bush,
el presidente nominal de Estados Unidos y comandante supremo de las fuerzas
armadas? Nada. Según se desprende de la larga entrevista (de dos
días de duración, con sus "breaks") que publica íntegramente
la página web del Pentágono (9.05.03). Wolfowitz ya había
tomado la decisión impostergable inmediatamente al 11 de septiembre
en una junta de retiro en Camp David: había que castigar a los países
anfitriones del terrorismo islámico, Afganistán e Irak, porque
Osama Bin Laden y Saddam Hussein habían mostrado su fruición
por los atentados que cambiaron para siempre la política internacional
de EU. Ahora había que cortar desde la raíz al terrorismo
islámico. Así que la decisión de derrocar a Saddam,
con o sin armas de destrucción masiva (ADM), fue tomada unos días
después del 11 de septiembre ("uno de los eventos más importantes,
si no el más importante, del siglo"), pero había que erradicar
antes a Al Qaeda en Afganistán.
LAS
VERDADERAS RAZONES de la "guerra preventiva y perpetua" que libran
los straussianos, quienes se apoderaron de la agenda estadunidense,
son estratégicas, las cuales se encuentran condensadas en la célebre
Guía de política de defensa, presentada en 1992 por Wolfowitz
al entonces secretario de Defensa, Dick Cheney, que hemos interpretado
desde un punto de vista geoestratégico como "acercarse al mar Caspio
(la tercera reserva mundial de petróleo) y cercar a China" para
intentar resarcir sus cuantiosas pérdidas financieras y económicas.
EL MISMO DIA que el equipo Bush debía evaluar
en reunión extraordinaria de gabinete el "caso Irán" (vinculado
supuestamente a Al Qaeda, que se ha convertido en un espantapájaros
cómodo de coartada perfecta), el septuagenario secretario de Defensa,
Donald Rumsfeld, se lavó las manos en Nueva York ante el influyente
Consejo de Relaciones Exteriores (cuyo representante en México,
al menos en lo referente a su publicación sesgada en español
y copatrocinada por el ITAM neoliberal es el castañedista Rafael
Fernández de Castro): "es posible que hayan decido destruir sus
armas antes del conflicto". Entonces, ¿por qué la prisa por
la invasión, si lo mismo hubiera reportado el equipo de inspectores
de la ONU encabezado por el sueco Hans Blix? Tampoco hay que extraviarse
en discusiones bizantinas: Wolfowitz nunca señaló que no
existían ADM en Irak, lo cual a estas alturas es ya irrelevante
porque pueden ser sembradas por la bola de mentirosos trasatlánticos,
sino que no era la justificación primaria de ir a la guerra. That
is the point!
EL ESCANDALO TRASATLANTICO sobre el engaño
de las ADM de Irak ha arreciado y empieza a tomar proporciones dramáticas
que han desenmascarado las "mentiras de destrucción masiva" (MDM)
de Bush y Blair. La BBC de Londres, que se ha repuesto con creces de su
previo sesgo, reveló un reporte explosivo de que Blair había
deliberadamente exagerado la presencia de ADM en Irak. En forma diabólica
(Blair hace mucho que rebasó su legendario umbral de perfidia),
el primer ministro mitómano incrustó de su cosecha en el
reporte espurio de septiembre pasado (a su vez plagiado de una tesis estudiantil)
que "Irak podía lanzar un ataque químico y biológico
en 45 minutos", lo cual representaba una seria amenaza para Gran Bretaña.
¿Cómo? ¿Sin misiles de largo alcance, ya no se diga
sin armas químicas y biológicas? ¿Por qué no
fueron empleadas? Porque no existían -como siempre alegó
Bajo la lupa frente a toda la fauna cacofónica de lorocutores locales
carentes de pensamiento propio y sindéresis-. Lo más simpático
es que el reporte falaz fue edulcorado "para hacerlo más sexy" (The
Guardian 29.05.03) ¡Otra vez la mercadotecnia neoliberal!
ROBIN COOK (anterior ministro de Relaciones Exteriores
laborista, y dimisionario del gobierno Blair) se burla de los argumentos
de Rumsfeld: "En vísperas de una invasión Saddam habría
destruido su medio de defensa (...) Sabemos que no disponía de misiles
de largo alcance que permiten destrucciones masivas. Antes de la guerra
no existía ninguna información novedosa que permitiera afirmar
que Irak representaba una amenaza para nuestros intereses. El documento
de acusación ignoraba que los agentes químicos o biológicos
no tenían una vida ilimitada y que los depósitos de armas
que Saddam poseía antes de 1991 habían caducado necesariamente
(...) Fuimos a la guerra por razones de política exterior de EU
y de los intereses del Partido Republicano", y concluye que el gobierno
de Blair no debe acompañar a Bush en una nueva aventura contra Irán
(The Independent 30.05.03).
UN GRUPO DE congresistas de EU ha sacado las uñas
con justa razón. El senador de West Virginia, Jay Rockefeller, el
demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia del
Senado, desechó como poco creíbles los alegatos de los funcionarios
del equipo Bush sobre las ADM y criticó la respuesta de la FBI a
su solicitud de investigar los "documentos fraudulentos" con el fin de
"manipular a la opinión pública", que indicaban que Irak
había tratado de comprar uranio de Níger para enriquecer
su proyecto nuclear (The State.com, South Carolina 30.05.03).
EL STRAUSSIANO DOUGLAS Feith
(quien descubrió que los "israelíes son superiores racialmente
a los árabes") afirmó ante el Comité de Inteligencia
de la Cámara de Representantes que "tomará meses, quizá
años" descubrir las ADM de Irak (comparecencia 15 de mayo). Justamente
Jame Harman, la demócrata de mayor jerarquía en el Comité
de Inteligencia de la Cámara, asentó que ella y sus colegas
"habían votado por la guerra con base en los argumentos de la Casa
Blanca de que Bagdad era una amenaza creciente y directa a EU". Harman
asevera que se trata del "mayor engaño de los servicios de inteligencia
en la historia de EU". Tales son los signos inequívocos de la "decadencia",
sumados a la vulgaridad estética y ética, como nos previene
Oswald Spengler.
EL MISMO DIA que el presidente Bush alegaba desde
Cracovia que "sí habían ADM", como lo comprueban dos camiones
de laboratorios biológicos móviles en Mosul, al norte de
Irak (quizá el sitio más improbable de todos), y que quienes
disienten "están equivocados", nada menos que el comandante de los
marines fulminó que el "análisis sobre las armas iraquíes
había sido erróneo" (Los Angeles Times 31.05.03).
El tenitente coronel Conway, comandante de la Primera Fuerza Expedicionaria,
fustigó que "entonces fue sorprendente para mí y sigue siéndolo
ahora, que no hayamos descubierto ADM". ¿Por qué no contratan
a La Paca y al panista Lozano Gracia, o a los procuradores de los
ex presidentes Salinas y Zedillo, expertos en siembras delictivas? Para
que no coma ansias el comandante de los marines, el Pentágono
acaba de enviar a mil 400 investigadores especiales para descubrir las
ADM, lo cual se ha vuelto un imperativo para intentar que los vulgares
mentirosos Bush y Blair recuperen algo de su credibilidad mancillada para
librar las guerras que siguen contra Siria, Irán y Corea del Norte,
como advirtió en su célebre confesión el straussiano
Wolfowitz.
LA CIA Y LA DIA vienen de publicar un extenso reporte
sobre la captura de los dos camiones, presuntos laboratorios biológicos
móviles (¡de qué alta tecnología disponía
Saddam que no se notó durante la invasión!), aunque admiten
que no existe evidencia alguna de que hayan servido para la producción.
¿Entonces? Ahora resulta que "Straw y Powell tenían serias
dudas sobre las presuntas armas iraquíes", según destaca
una transcripción de la conversación entre ambos en el hotel
Waldorf de Nueva York "que circula ampliamente en los círculos diplomáticos
de la OTAN". Straw mostró su preocupación de que "las presunciones
de Bush y Blair no podían ser probadas. El problema era la ausencia
de evidencia contrastable para respaldar las presunciones". La misma preocupación
era compartida por Colin Powell en referencia a los hallazgos presentados
por la oficina de "estudios especiales" del Pentágono montada por
Wolfowitz (The Guardian 31.05.03). Por doquier se detecta una lucha
sin cuartel entre Wolfowitz y Powell que parece ir perdiendo el straussiano.
EN EL BOMBARDEO del primer día ("la operación
decapitación") el edificio demolido por las "armas de precisión"
de EU no tenía tal "bunker" (CBS 29.05.03) y la operación
de rescate de la mujer soldado Lynch fue todo un montaje hollywoodense.
En su número anterior la revista The New Republic tituló
la portada con la foto de Bush "¿Otra vez mintiendo?" Bush es tan
consuetudinariamente mendaz como Blair en asuntos domésticos y foráneos.
El ex gobernador texano tiene toda una vida repleta de supercherías,
desde su aventura empresarial en Harken Energy hasta su última hazaña
de haber ocultado un reporte de la Secretaría del Tesoro que "muestra
que EU enfrenta en el futuro déficit presupuestales crónicos
por un total de 44 mil 200 millones en dólares actuales" (The
Financial Times 28.05.03). La mendacidad procaz es el patrón
constante de conducta del actual presidente de la superpotencia unipolar.
LO MAS EXTRAÑO es que la prensa anglosajona
se asombre ahora del grado de perfidia diabólica de Bush y Blair,
quienes emplean sin la más mínima compunción las MDM
en forma sistemática, que sirven de pretexto para no solamente descuartizar
a los países vulnerables, sino para avanzar su agenda encubierta
de control global, en particular de las joyas estratégicas de los
países despedazados por la "desinformación" que se ha convertido
en un arma tan letal como las ADM. En vísperas de la cumbre del
G-8, un editorial de Le Monde ("La confesión estadunidense".
30.05.03) sintetiza en forma brillante: "frente a esa mentira de Estado,
la democracia exige que la opinión pública sepa toda la verdad".
¿Para qué? Pues para mandar a descansar a los mentirosos
straussianos a su casa y así dejar al mundo vivir en paz.
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