México D.F. Domingo 1 de junio de 2003
El débito foráneo e interno es
superior a 410 mil millones de dólares
Los intereses pagados en 12 años superan monto
de deuda externa
El adeudo equivale a 64.4 por ciento del PIB,
según indicadores de Hacienda y Banco de México
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La economía mexicana arrastra un endeudamiento
externo e interno de por lo menos 410 mil 296.2 millones de dólares,
cantidad que equivale a 64.4 por ciento del producto interno bruto (PIB)
y que requiere cada año crecientes erogaciones, sólo para
atender los intereses de los pasivos que el gobierno y empresas privadas
tienen contratados en el exterior.
"El problema de la deuda en la economía mexicana
es igual o más importante que en 1982", cuando estalló la
llamada "crisis de la deuda" en los países latinoamericanos, episodio
que dio paso al periodo conocido como la "década pérdida"
para la región, sostuvo Arturo Guillén, profesor-investigador
de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Entre 1990 y 2002, el gobierno federal destinó
recursos por 81 mil 905.8 millones de dólares exclusivamente para
atender el pago de los intereses de la deuda pública externa, de
acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) y el Banco de México. Esta cantidad supera en 8 por ciento
el saldo de la deuda pública externa neta, que en diciembre pasado
alcanzó 75 mil 934.8 millones de dólares, según Hacienda.
Esto significa que en 12 años ha sido pagado por concepto de intereses
una cantidad superior al monto del endeudamiento, sin tomar en cuenta las
amortizaciones realizadas.
Para el gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, el
tema del peso de la deuda externa sobre la economía mexicana es
un "problema superado", al igual que el costo del servicio de la interna.
Pero para especialistas que esta semana se reunieron en
Bruselas, Bélgica, bajo el auspicio del Comité para la Anulación
de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) para discutir el tema de las deudas
en los países latinoamericanos, hablar de "un problema superado"
sólo es un mito.
La Jornada obtuvo parte de los materiales que sirvieron
para la discusión del tema, que fueron proporcionados por Eric Toussaint,
presidente del CADTM, organización independiente que organizó
el seminario América Latina y el Caribe: salir del impasse
de la deuda y el ajuste.
El análisis, en particular del caso mexicano, da
cuenta de que la carga que representa para la economía nacional
el tema de la deuda externa e interna pública y privada está
lejos de ser un problema superado.
"El problema principal con el alto nivel de endeudamiento
de México, tanto externo como interno, es que su servicio limita
grandemente los gastos de inversión y el aumento del empleo, así
como los gastos sociales y los recursos necesarios para instaurar verdaderos
programas de combate a la pobreza. Además, en el marco de la globalización,
la atracción de recursos externos reclama la aplicación de
políticas monetarias y fiscales restrictivas que impiden un crecimiento
alto y duradero de la economía", señaló Arturo Guillén,
quien participó en el seminario organizado por el CADTM.
La deuda externa total, es decir, la contratada en el
exterior por gobierno, empresas y bancos privados mexicanos, alcanzó
al cierre del año pasado 165 mil 115.2 millones de dólares,
cantidad equivalente a 25.9 por ciento del PIB, de acuerdo con información
de Hacienda y el Banco de México. En 1981, el año previo
a que iniciara la crisis de la deuda externa mexicana, este indicador representaba
31 por ciento del PIB.
Según el desglose elaborado por Guillén,
con base en datos oficiales, la deuda pública externa al finalizar
el año pasado alcanzó 78 mil 818.1 millones de dólares.
A esta cantidad se deben adicionar 62 mil 801.3 millones de dólares
de pasivos contratados en el exterior por empresas privadas y bancos. Además,
otros 23 mil 495.8 millones de dólares asumidos por el gobierno
federal a través del esquema de Proyectos de Inversión de
Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), contabilizados como
deuda externa por el hecho de que son obras de Petróleos Mexicanos
y la Comisión Federal de Electricidad contratadas con empresas trasnacionales.
Después está la deuda interna, que al cierre
de 2002 alcanzó 245 mil 181 millones de dólares, cantidad
similar a 38.5 por ciento del PIB del año pasado.
El desglose, también con base en información
oficial, detalla que en el concepto de deuda interna se incluyen, con datos
al cierre de 2002, la emisión de bonos gubernamentales por 87 mil
991 millones de dólares; endeudamiento de estados y municipios,
11 mil 25.7 millones de dólares; programas de rescate (bancario,
carretero e ingenios, así como de la banca de desarrollo), 107 mil
504.8 millones de dólares; además de los pasivos de los fondos
de pensiones del Seguro Social e ISSSTE, por 38 mil 659.9 millones de dólares.
En cuanto al pago de intereses, los datos oficiales revelan
que exclusivamente por la emisión de deuda interna mediante bonos
colocados en el mercado local, el gobierno ha cubierto entre 1993 y diciembre
pasado recursos por 439 mil 430.9 millones de pesos, cantidad equivalente
a la mitad del monto actual en circulación de bonos de la deuda
interna.
"Existen dos mitos en relación con la deuda externa
mexicana. El primero es la idea de que ya no es un problema, que se trata
de un asunto superado. El segundo es asumir que si se aplica una reforma
fiscal México se podría enfrentar con éxito a los
problemas de desarrollo económico y la solución de los problemas
sociales", expuso Arturo Guillén en la ponencia presentada en el
seminario del CADTM.
El especialista planteó que ahora, 20 años
después de que estalló la crisis de la deuda externa, el
problema del sobrendeudamiento de la economía mexicana sigue vigente.
La diferencia ahora es que al endeudamiento externo se agrega una abultadísima
y creciente deuda interna.
Sobrendeudamiento, vigente
"Es común señalar que el endeudamiento externo
de México no representa ningún problema, ya que su nivel
es inferior al que registran otras naciones, inclusive desarrolladas",
señaló Guillén.
Sin embargo, abundó, el supuesto bajo nivel de
la deuda es una verdad a medias. El endeudamiento externo actual, de 25.9
por ciento del PIB, no es muy distinto del que existía en 1981,
antes de estallar la crisis de la deuda externa, cuando alcanzaba 31 por
ciento del PIB. Además, a diferencia de entonces, el nivel actual
de la deuda interna es mucho más elevado y aunque ésta no
reclama divisas para su pago, su servicio sí resta enormes recursos
al Estado.
"En este contexto, las llamadas reformas estructurales
de segunda generación son sólo falsas salidas para paliar
la falta de recursos financieros que provoca el servicio de las abultadas
deudas, aparte de significar una renuncia a toda posibilidad de desarrollo
económico nacional. Como no hay manera de atender a Pemex y a la
CFE con recursos propios, el gobierno justifica una política de
privatización a ultranza de los recursos nacionales. El último
de los errores que podríamos cometer es entregar Pemex o la electricidad
a las trasnacionales", añadió Guillén.
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