México D.F. Domingo 1 de junio de 2003
Reitera su compromiso con una alianza atlántica
fuerte
En ex campo nazi de Polonia, Bush insta a deponer dictadores
malvados
REUTERS Y AFP
Cracovia, 31 de mayo. Estados Unidos sigue comprometido
con una alianza atlántica fuerte y en relanzar el diálogo
estratégico, afirmó George W. Bush en el contexto de su visita
a Cracovia y San Petersburgo, comienzo de una gira que lo llevará
a Evian para reunirse con el Grupo de los Ocho (G-8) y después al
"Irak liberado". Antes expresó que su visita a Polonia y Rusia,
así como sus encuentros con líderes mundiales en la localidad
francesa, tienen la intención de reconstruir las relaciones con
Europa tras las divisiones por la guerra contra el país árabe.
En un discurso pronunciado en Polonia, Bush aseveró:
"Estados Unidos está comprometido con una fuerte alianza atlántica
para garantizar nuestra seguridad, para avanzar en la libertad humana y
mantener la paz en el mundo". Agregó: "este no es el momento de
provocar divisiones en una gran alianza", y pidió cooperación
mundial contra el "terrorismo".
Bush
hizo en Polonia la primera escala de su gira de una semana por Europa y
Medio Oriente, agradeciendo a los polacos su apoyo en la guerra para derrocar
a Saddam Hussein.
En el patio del castillo medieval de Wawel, Bush declaró
que "Estados Unidos y los países europeos deben enfrentarse a la
amenaza del terrorismo mundial". Añadió: "cada nación
se ha visto ante decisiones difíciles en torno a la utilización
de la fuerza para preservar la paz. Hemos visto la unidad y la búsqueda
de objetivos comunes; también vimos debates, algunos de ellos sanos
y otros portadores de divisiones".
Sin embargo, hizo veladas críticas a sus aliados
europeos, sobre todo en los temas de la ayuda al desarrollo y de la lucha
contra el sida y las hambrunas.
También insistió en que la Unión
Europea debe levantar su moratoria a los alimentos que incluyen organismos
genéticamente modificados.
"Espero que los gobiernos europeos consideren de nuevo
las políticas que desaconsejan a los cultivadores en los países
en desarrollo la utilización de biotecnologías seguras para
nutrirse", señaló.
Respecto al sida, pidió a los países europeos
seguir el ejemplo del fondo de 15 mil millones de dólares que acaba
de crear para luchar contra la enfermedad.
Antes Bush visitó los campos de la muerte nazis
de Auschwitz y Birkenau, donde puso de manifiesto su posición de
que hay que levantarse contra los dictadores "malvados".
Deteniéndose un momento ante las ruinas de un crematorio,
Bush señaló que las cámaras de gas de Adolfo Hitler
son un "recordatorio del poder del mal y la necesidad de resistir ante
el mal, y esto supone también una fuerte advertencia de que el mundo
civilizado nunca debe olvidar lo que sucedió en este lugar".
Junto con su esposa Laura visitó el lugar donde
perdió la vida aproximadamente millón y medio de judíos,
polacos y ciudadanos de otras nacionalidades, durante la Segunda Guerra
Mundial.
En San Petersburgo, Rusia, Bush cenó con los líderes
mundiales que se opusieron a la guerra en Irak y conversó con el
canciller federal alemán, Gerhard Schroeder, en el banquete oficial,
aunque no pudo saludar al presidente francés, Jacques Chirac, quien
regresó a su país. Las celebraciones congregaron más
de 40 líderes, entre ellos los de los 15 países miembros
de la Unión Europea y los de las 10 naciones que se unirán
al bloque el año próximo.
Bush, Vladimir Putin y otros líderes del G-8 -integrado
por los siete países más industrializados del mundo (Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Japón y
Canadá) y Rusia- se reunirán este domingo en la cumbre que
se realizará en el pueblo francés de Evian.
Chirac, apoyado por Putin y Schroeder, encabezó
el rechazo a los esfuerzos estadunidenses de ganar la aprobación
de Naciones Unidas en su acción militar destinada a derrocar a Hussein.
Schroeder también enfureció a Bush al hacer
campaña en septiembre contra una acción militar estadunidense,
y según reportes de medios de prensa alemanes, no habían
cruzado palabra en seis meses.
Pero fuentes de la delegación que asistió
al banquete en el palacio Peterhof, del siglo XVIII, dijeron que Bush se
acercó a Schroeder, quien estaba sentado a la mesa, y le preguntó:
"¿Cómo estás?"
Schroeder respondió: "Bien", y ambos conversaron
un rato. "La situación parecía todo lo relajada posible",
señaló la fuente.
Este domingo, Putin y Bush analizarán temas como
el futuro del Irak de posguerra y la cooperación de Rusia con Irán
en la esfera nuclear.
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