El violinista israelí llegará a México para ofrecer dos conciertos en Bellas Artes

La música clásica, más necesaria que nunca, opina Itzhak Perlman

Aun en los momentos más difíciles, la gente se congrega alrededor de ese arte; lo reproduce y lo escucha, comenta ''Disfruto infinidad de piezas; no quiero ser recordado por tal o cual ejecución''

ANGEL VARGAS

La música clásica, sostiene el reconocido violinista israelí Itzhak Perlman, es hoy más que nunca un elemento necesario en la sociedad y la vida, debido a que se trata de ''un arte que siempre ha ayudado a las personas, a sus espíritus, durante las malas situaciones. Generalmente, aun en los momentos que las cosas van peor, la gente se congrega alrededor de ella, la reproduce o la escucha''.

Con una fama mundial sólo comparable con la de una estrella de rock, el intérprete avecindado en Nueva York llegará a México esta semana para actuar el sábado y el domingo próximos como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke, en el Palacio de Bellas Artes.

El programa estará integrado por Khovanshchina (obertura), Cuadros de una exposición (orquestación de Maurice Ravel), de Mussorgsky, y el Concierto en re mayor para violín y orquesta de Chaikovsky.

Antes de emprender su viaje hacia nuestro país, Perlman, de 57 años, acepta sostener una conversación vía telefónica desde Estados Unidos con medios nacionales. Partes de ella la presentamos a continuación.

-ƑQué aspectos fueron determinantes para que usted escogiera el violín como su instrumento?

-El atributo fundamental de mi relación con el violín es su sonido. Siendo muy pequeño, al escucharlo por la radio, decidí que ese era el sonido al que consagraría mi vida. Así fue, simplemente lo escuché y supe que era algo para mí. Aunque debo aclarar que, sin importar cuál sea el instrumento, el sonido es lo que genera mi atracción hacia la música.

-A estas alturas de su carrera, Ƒtodavía experimenta pánico escénico?

-šPor supuesto! Estar nervioso es parte inherente de la profesión de cualquier artista. Aunque no puedo hablar de que sea pánico. A lo largo de mi experiencia he logrado asumir el nerviosismo como parte de mi profesión. He aprendido a manejarlo, superarlo y dedicarme a lo que en verdad consiste mi trabajo: disfrutar y recrear la música.

"Siempre procuro tocar lo mejor que puedo, aunque es algo que no se planea. Mi única consigna es ser fiel con la música. Y para serlo, sí tiene que ver algo el talento y la manera de relacionarme con el público, pero lo esencial está en la entrega y la honestidad".

-ƑTiene predilección por alguna obra en especial o le gustaría ser recordado por alguna interpretación?

-Disfruto infinidad de piezas y nunca he pensando en ser recordado por tal o cual ejecución. No me gusta detenerme en algo. Siempre busco hacer cosas nuevas, y de un tiempo para acá me he enfocado fundamentalmente a dirigir orquestas. También he seguido mi labor docente en Juilliard School y en un programa de verano. El énfasis de mi carrera ya no está sólo en el violín, aunque espero seguir tocando y tocando. Deseo que mis carreras como solista, director y docente continúen complementándose. Puedo decir que estoy en un momento de mi vida y carrera en el que sigo haciendo descubrimientos.

-ƑQué opina de la función del arte en la vida de una sociedad?

-En primer lugar, si de algo estoy seguro es que la música es ahora, más que nunca, un elemento necesario en la sociedad y la vida. Si el mundo se terminara, la música sería lo último en extinguirse. Es un arte que siempre ha ayudado a las personas, a sus espíritus, durante las malas situaciones. Generalmente, aun en los momentos en que las cosas van peor, la gente se congrega alrededor de ella, la reproduce o la escucha. La música es mucho más importante de lo que pensamos y de lo que a veces reconocemos o admitimos.

''En este momento, el panorama del mundo no es particularmente halagador y lo único que podemos hacer es desear que las cosas mejoren. Aunque en lo personal me siento útil, porque, con mi música, puedo dar algo bello en estas circunstancias tan turbulentas y oscuras".

-ƑCómo se ha plasmado en su carrera el hecho de provenir de un país con problemas históricos y cómo se refleja eso en su música?

-Al nacer en Israel, los problemas han sido algo con lo que he tenido que convivir desde que tengo uso de razón. De tal manera que estoy acostumbrado a ellos. Tengo que asumir que en Israel nunca ha habido algo que pueda llamarse paz de primera clase. Incluso en los momentos aparentes de mayor paz, ha habido mucha tensión. No ha sido fácil crecer y vivir sabiéndose rodeado por países que no son amigos.

''Sin embargo, la vida sigue y las cosas pueden ser y serán mejores. Esa es una actitud que muchos israelíes piensan ahora, y esa actitud se convierte en una esperanza y un deseo de que lo mejor está por venir.''

-En su opinión, Ƒcuán importante es para el artista ejercer un compromiso social y una conciencia humanista, además del trabajo meramente creativo?

-Es algo en lo que no me he detenido a reflexionar. Los músicos, como los demás tipos de artistas y en general de personas, pueden tener opiniones personales, pero lo que mejor saben hacer es tocar, involucrarse con la música, y pienso que muchas veces hasta allí debería de ser. A veces se les oye hablar y hablar, pero en lo personal prefiero lo que mejor sé hacer: música. Por supuesto tengo mis opiniones políticas y el derecho a expresarlas. Sin embargo, considero que el trabajo político hay que dejárselo a los políticos.