México D.F. Lunes 2 de junio de 2003
La negociación con el FMI y un plan económico para salir de la crisis, sus grandes retos
"Buenos", los primeros 7 días de gobierno de Kirchner, según 78% de argentinos
En días próximos recibirá a líderes de desocupados y de las Madres de Plaza de Mayo
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 1o. de junio Los primeros siete días de gobierno de Néstor Kirchner son considerados "buenos" por más de 78 por ciento de los argentinos, asombrados por un mandatario que ha demostrado firmeza, energía, y también seriedad ante los medios -muchos de los cuales se acostumbraron a vivir del amarillismo y el farandulismo presidencial de otros tiempos-, así como ejercicio de la autoridad.
La renovación de la cúpula militar fue un trago amargo, pero ante la provocación que significó el discurso del saliente general Ricardo Brinzoni, jefe del ejército, quien habló que su remoción era resultado de "intrigas políticas", el mandatario le recordó públicamente la ley y quién ejerce la autoridad sobre las fuerzas armadas, durante el reciente juramento de las nuevas autoridades militares.
Por otro lado, hubo revuelo en los primeros días porque Kirchner se desplazó de un lugar a otro, incluyendo un viaje a la provincia de Formosa, sin custodios, aunque a decir de algunos esto hasta puede llegar a ser su mejor protección, ya que los servicios de inteligencia estaban muy infiltrados por hombres ligados a las viejas dictaduras y a la década de gestión de Carlos Menem (1989-99).
En su primer acto de gobierno, el lunes 26 de mayo, Kirchner se reunió con los representantes de 12 países para delinear su política exterior, con el acercamiento al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, de Brasil, y con su proyecto de revitalizar al máximo el Mercado Común del Sur (Mercosur), más allá de lo económico.
Sus encuentros con los jefes de Estado y representantes gubernamentales fueron de fondo y no meras reuniones protocolares.
Luego, en un viaje relámpago, Kirchner viajó a la provincia de Entre Ríos, donde una larga huelga de maestros que no cobraban sus salarios desde hace meses cargaba el ambiente, y en cuestión de horas se puso fin al conflicto, con fondos que habían llegado para los docentes y que sin embargo estaban demorados en algun rincón de la burocracia. Asimismo, fue a la empobrecida provincia de Formosa, donde este domingo se eligen unos 30 diputados en los primeros comicios en el país después de los presidenciales del 27 de abril pasado. Esto, sin embargo, fue criticado por la opositora y ex candidata presidencial Elisa Carrió, quien en declaraciones a un diario consideró que se trataba de un espaldarazo al gobernador peronista de esa provincia, aunque por otra parte reconoció que existen "cosas de lo peor" del pasado que este gobierno no quiere hacer.
En esta semana, el nuevo gobierno también anticipó el aguinaldo para los jubilados y se reparó la injusticia que no permitía a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) participar oficialmente de las reuniones internacionales de los organismos de trabajo.
Medio gabinete, a Santa Fe
Kirchner, asimismo, envió medio gabinete a la ciudad de Santa Fe, no para "posar en la foto", sino para trabajar ante la tragedia que se vive en esa ciudad a consecuencia de la inundación en abril pasado, que dejó muertos y 40 mil familias sin hogar, y que según varios informes pudo ser evitada.
Además de la necesidad de respuesta urgente ante la crisis que agobió y violentó a la sociedad, Kirchner sabe que debe moverse con rapidez, porque de ahora en adelante habrá un apretado calendario electoral para gubernaturas, intendencias y renovaciones parciales de legislaturas, lo que siempre tiende a influir en las instancias gubernamentales.
Según sus allegados, el presidente es tan puntilloso que lee él mismo los periódicos y no se conforma con los informes de prensa. Esto también le permite a Kirchner eludir las trampas de un tipo de periodismo que, instigado por las mafias del poder, actuaban para poner un funcionario contra otro mediante, por ejemplo, la descontextualización de las declaraciones políticas.
El ex gobernador de la patagónica Santa Cruz también ha cuidado en extremo colocar a gente honesta en instituciones donde se maneja dinero, porque no está dispuesto a recibir sorpresas en este sentido. Varias veces durante la campaña había advertido que no toleraría ningún caso de corrupción y que sería el primero en denunciarlo.
"Hasta ahora el estilo Kirchner es de lo más informal que se recuerde en la historia de los presidentes argentinos. Y le gusta mostrarse como uno más del común de la gente. Ya es un sello propio: el saco cruzado desabotonado y los mocasines negros y es muy difícil verlo prolijamente peinado. El personal de protocolo y de seguridad comenzó a sufrir esa informalidad desde el mismo día que asumió. "Kirchner parece no estar dispuesto a prometerles un baño de almidón", observa hoy el diario Clarín en un análisis donde destaca que ha sido evaluada como positiva la primera semana del mandatario.
Después de la difícil decisión de dejar afuera a la cúpula militar, Kirchner viajó este fin de semana a su ciudad, Río Gallegos, capital de Santa Cruz, donde las temperaturas están en los 14 grados bajo cero, para seguir trabajando en otro proyecto en sus manos. Dentro de la línea de renovación que ha planteado, se propone un cambio en la cúpula de la Policía Federal.
Kirchner está tratando de demostrar lo que anunció como su estilo de gestión durante su discurso inaugural: sin anuncios grandilocuentes ni paquetazos económicos, a los que se había acostumbrado a los argentinos y que producían en ocasiones verdaderos shocks en la ciudadanía. Piensa ejecutar, según lo que ha dicho, acciones cada día "que incidan de fondo en la realidad del país".
Para el titular del episcopado, Eduardo Mirás, este nuevo gobierno ha generado esperanzas -cuando hasta hace muy poco el grito que unificaba era el "que se vayan todos"- pero advirtió que éstas no deben ser frustradas, como sucedió en los útlimos tiempos.
Kirchner deberá enfrentar, entre otros dramas sociales, el del hambre y la desnutrición infantil, visibles desde finales del año pasado. A la pobreza estructural reinante se añadió la que surgió como consecuencia de la aplicación de un neoliberalismo salvaje que dejó miles de desocupados, al tiempo que destruía industrias y comercios, llevando a la marginación a poblaciones enteras.
La crisis de 2001 devoró los escasos espacios que estaban a salvo, dejando más de 20 millones de 36 millones de argentinos en la pobreza; por ello, el país que Kirchner recibe parece casi de posguerra.
En estos días, Kirchner seguirá recibiendo a dirigentes de desocupados y el 10 de junio se encontrará con Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, en lo que también es una señal de apertura al diálogo.
Pero también le toca enfrentar en estos días el tema de la justicia, un paso inevitable, con una Corte Suprema que el ex presidente Menem hizo crecer en número para nombrar a sus allegados, y gracias a la cuál no ha habido castigos para los responsables de corrupción en estos años de vaciamiento del país.
Y el flanco económico, con las complejas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, y el diseño de un plan económico que permita salir del actual modelo, son parte del gran desafío que le espera.
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