México D.F. Lunes 2 de junio de 2003
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Católicos vs. masones en la contienda
electoral
UNA DE LAS LUCHAS más importantes que se
darán en el Distrito Federal durante el proceso electoral actual
será la que entablen los católicos al lado de los partidos
Acción Nacional (PAN) y Liberal Mexicano (PLM), que representa los
intereses políticos de los cristianos protestantes y de los grupos
de masones en la ciudad.
EL ASUNTO se ha juzgado desde varias visiones con
la regla de la soberbia y se asegura que en el país, mayoritariamente
católico, la posibilidad de que algún personaje de los que
propone el PLM pueda conseguir un triunfo está muy alejada de la
realidad.
No obstante, muchos partidos de los llamados pequeños
y sus líderes han detectado la desilusión y la frustración
de una importante franja del electorado que ya no cree en ninguna de las
tres fuerzas mayoritarias, inclusive saben que entre los que no han llegado
a obtener grandes votaciones existen partidos fraude, como el Verde
Ecologista, por lo que miran otras opciones.
DESDE LUEGO los partidos pequeños pretenden
captar el mayor número posible de sufragios, además de parte
del 25 por ciento de votantes que tradicionalmente no se manifiestan en
las urnas, así como un nutrido grupo de electores que frente a la
frustración causada por el gobierno panista de Fox y las tropelías
de sus militantes en la ciudad, que prometieron el "cambio", no piensan
sufragar porque no encuentran opciones, según indican algunas mediciones.
RAZONES HISTORICAS APARTE, en esta elección
se verá, como nunca antes, una "guerra entre iglesias" que deberá
impactar a parte importante de los creyentes que pretenden tener representación
en los puestos legislativos y de gobierno en la capital.
TANTO EL PAN como el PLM son, sin dudarlo, organizaciones
ancladas en la derecha mexicana, y eso no se debe olvidar porque la ciudad
de México, hasta ahora, ha manifestado su desacuerdo con los grupos
que representan tendencias ideológicas de ese corte.
ES LA IGLESIA católica la que ha venido
presionando, una y otra vez, a los gobiernos neoliberales, como el de Vicente
Fox, para que les amplíe, legalmente, sus posibilidades de acción
en el campo político, y es el mismo partido del Presidente, el PAN,
el que respalda las actitudes de esta Iglesia, convertida en vocera impune
de los ideales panistas.
POR OTRO LADO, las comunidades cristianas, que
así se llaman las corrientes religiosas protestantes, simplemente
se sienten urgidas de tener una representación política frente
a las actitudes de los católicos, a quienes acusan de haber establecido
métodos persecutorios y de represión en su contra.
POR LO PRONTO, hay en el país poco más
de 10 millones de cristianos que forman un buen mazo de votos, aunque muy
pocos para colocar a sus representantes en posiciones políticas
interesantes, desde donde pudieran defender sus intereses con algún
éxito.
NO PASA LO MISMO con el PAN y los curas, que ya
hace un buen número de años, poco antes de las elecciones,
se lanzan a tratar de influir en la voluntad política de los creyentes,
y lo hacen con absoluta libertad, porque saben que no habrá poder
político que les aplique la ley.
ASI LAS COSAS, ante la falta de acciones reales
por parte de las autoridades, no quedará más opción
entre los habitantes de la ciudad y del país que estar conscientes
de lo que representan el PAN y el PLM y adónde quieren llevar a
México. No hay de otra.
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