Los organismos internacionales buscan asfixiar la educación pública en la región, dicen

Proliferan escuelas privadas de baja calidad en AL: sindicatos universitarios

Conformarán plan de acción para revertir la tendencia, del 11 al 13 de junio en Guadalajara

KARINA AVILES

La Federación Nacional de Sindicatos Universitarios (FNSU), que agrupa a más de l00 mil trabajadores académicos y administrativos, advirtió que la proliferación de escuelas privadas patito se ha extendido en todos los países de Latinoamérica como consecuencia de las políticas de los organismos financieros internacionales, que buscan asfixiar el desarrollo cultural, científico y educativo del sector público en el continente y utilizar a las naciones como meros "gerentes" encargados de aplicar su estrategia.

Frente al abandono en que se encuentra la educación pública en la región por los gobiernos, la FNSU anunció que junto con otros sindicatos universitarios internacionalizarán sus luchas, con el objetivo de conformar un plan de acción latinoamericano que combata la política que restringe cada vez más el acceso de los alumnos al nivel superior público, crea un mayor número de rechazados en las universidades y globaliza la pobreza.

José de Jesús Becerra, presidente colegiado de la FNSU; Carlos Galindo, del Sindicato de Trabajadores de la UNAM; Patricia Osorio, secretaria general del Sindicato Independiente del Colegio de Bachilleres, y Rafael García, secretario de Relaciones del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, informaron que para llevar a cabo este plan de acción se realizará del 11 al 13 de junio el segundo Congreso Latinoamericano de Sindicatos Universitarios, en la ciudad de Guadalajara.

Carlos Galindo advirtió del peligro creciente de escuelas privadas sin calidad en Latinoamérica: "En Costa Rica hay dos universidades públicas y más de 10 universidades de las que llaman patito; en Guatemala hay una universidad pública y más de 15 centros con estas características; en El Salvador hay una universidad nacional y 15 escuelas que se manejan de manera privada; en Nicaragua hay tres universidades públicas y 15 o 20 escuelas privadas que ofrecen carreras de dudosa calidad y con una planta académica deficiente".

En el caso de México, indicó que por cada universidad pública hay 15 privadas, por lo que la FNSU exhorta al Ejecutivo para que establezca un diálogo con los rectores, los sindicatos y la comunidad universitaria en el que se discuta "este fraude y engaño educativo".

José de Jesús Becerra señaló que el ejemplo típico de la política de reducir subsidios a la universidad pública y promover la escuela privada es el de Chile, donde el crecimiento de las centros educativos de paga ha sido de 30 por ciento en los años recientes.

El mundo está divido entre los países que pueden potenciar su actividad económica, los países dedicados a la maquila y los que se dedican a producir mano de obra barata, añadió. Parece que el rol que se le ha asignado a Latinoamérica es el de la maquila. Por eso no importa que la educación sea de calidad, lo cual provoca un círculo de marginación y "un trágico destino prenatal en el que si naciste pobre, pobre te quedarás", enfatizó.

Manifestó que los estados son "gerentes" de los organismos financieros internacionales, que son los que verdaderamente ordenan y diseñan las políticas de estrangulamiento de lo público.

Por su parte, Rafael García consideró que el incremento de las escuelas privadas sin calidad representa un problema social del que todos formamos parte. Desde el momento en que "los padres aceptan llevar a sus hijos a ese tipo de centros educativos contribuyen a que éstos se desarrollen".

Destacó que la población debe entender que el derecho social a la universidad pública se está perdiendo y que el problema será mayor si no se hace nada por rescatarla.

Otro de los objetivos del congreso latinoamericano será analizar las reformas laborales que han traído mayor deterioro a la vida de los trabajadores. Como ejemplo de lo anterior, señaló que en Chile y Colombia apenas hace cinco años 80 por ciento de los puestos de trabajo eran de base y actualmente 60 por ciento son eventuales.