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México D.F. Martes 3 de junio de 2003
ASTILLERO
Julio Hernández López
Las tunas y los nopales
Dinero público para sugerentes salvamentos particulares
Candidaturas a gobernador de SLP, en entredicho
EL PRESIDENTE DEL Consejo Estatal Electoral de
San Luis Potosí, Juan Dibildox Martínez, recibió en
2000 más de tres millones de pesos de las arcas del gobierno local
para salvar problemas laborales de dos empresas de su interés personal
(dueño o accionista principal, según sus opositores; simple
directivo, según clasificación hecha por sí mismo).
Ahora, conocido el mecanismo de triangulación con que se quiso disfrazar
la maniobra (una empresa familiar constituida en Nuevo León sirvió
para depositar el dinero público), y reconocido el hecho por el
propio funcionario electoral como "un error" cometido por tratar de "ayudar"
con sus liquidaciones a decenas de trabajadores de sus empresas, el proceso
electoral potosino se encuentra en riesgo de perder credibilidad y legitimidad
ante las acusaciones formales de cuatro partidos (PRD, PT, Convergencia
y PAS, postulantes en común de un priísta de reciente renuncia
como candidato a gobernador), que demandan su dimisión y la del
gobernador Fernando Silva Nieto, aunque a éste lo aluden nada más
como aquel que "ordenó entregar ilícitamente ese dinero público
a una empresa privada".
LA ACELERADA EROSION de la máxima figura
arbitral de la contienda potosina venidera podría resolverse con
un simple relevo oportuno si no fuera porque con ese movimiento podrían
condensarse las muchas sustancias tóxicas que hoy ahogan la política
de un estado que antaño fue pionero en innovaciones electorales
y hoy va en notable retroceso. Si Dibildox Martínez (hermano de
José Luis, obispo de la sierra Tarahumara) tuviese que renunciar
ante el creciente escándalo de los fondos que le dispensó
para asuntos privados el gobernador al que él avaló como
triunfador en apretada contienda seis años atrás, y al que
estaría hoy sirviendo con agradecimiento según las acusaciones
de cuatro partidos, muchos alfileres podrían caer, y con ellos un
proceso altamente accidentado y fuertemente tocado por señalamientos
de corrupción.
LA MEDIDA DEL bajo nivel de la contienda electoral
potosina la da el perfil de sus principales candidatos a la gubernatura.
Luis García Julián, que sería el priísta al
que el gobernador Silva Nieto desea instalar como sucesor, y a cuyos intereses
estaría orientado de la manera más discreta el aceitado presidente
del Consejo Electoral Estatal, emergió como candidato de relevo
luego que el empresario Miguel Valladares no pudo hacerse declarar candidato
(en acuerdo con el gobernador Silva Nieto) a causa de requisitos estatutarios
priístas no cumplidos (y de pleitos antiguos del gobernador local
con Roberto Madrazo). En su domicilio particular, durante una comida de
agradecimiento a sus fallidos prosélitos, Valladares destapó
a quien había sido durante largo tiempo empleado de sus empresas,
el contador García Julián, que debió remontar no solo
el hándicap de su postulación a título de franquicia
de la familia Valladares, sino además el de sus propios problemas
de salud, que le presentaron a escena tan alicaído y sin voz que
de inmediato corrieron versiones de que sería suplantado a última
hora por su patrón político. A pesar de esos quebrantos,
el aparato priísta potosino ha apretado con fuerza para tratar de
sacar a cualquier costo un triunfo que garantice a la administración
saliente que no habrá inmediatas auditorías sobre temas económicos
altamente polémicos del gobierno de Silva Nieto.
EL CANDIDATO DEL PAN, y puntero en la mayoría
de las encuestas de opinión más o menos serias, es Marcelo
de los Santos Fraga, a quien persiguen implacablemente dos sombras: el
haber sido comisario de una Unión de Crédito Regional (Unicrer)
que quebró y provocó daño patrimonial a centenares
de personas de varios estados del centro del país, y a las que el
afamado contador público De los Santos Fraga no supo o no quiso
alumbrar con farolas rojas cuando se acercaba la crisis, sino con dictámenes
color de rosa; y, en segundo lugar, el haber sido uno de los recaudadores
y administradores de fondos de los Amigos de Fox, punto quemante éste
del que De los Santos Fraga ha pretendido desmarcarse con el mismo entusiasmo
con el que en aquellos momentos gloriosos de 2000 presumía cercanías
con el ex gobernador de Guanajuato, al grado de haber creído posible
que éste lo nombrara secretario federal de Hacienda. De los Santos
tiene, por lo demás, la extraña circunstancia de ser candidato
a gobernador y al mismo tiempo haber sido sujeto a procesos penales en
estados vecinos por el problema de Unicrer.
EL CANDIDATO DEL PRD y otros partidos, Elías
Dip Ramé, tiene en su contra la acusación persistente de
un sector del partido del sol azteca de que compró su postulación
y que no tiene ninguna afinidad ideológica o política con
la organización que preside Rosario Robles. Su presencia, por lo
pronto, sirvió para abrir la puerta a personajes del priísmo
de las tradiciones más nefastas que ahora quieren tomar el control
del PRD en la entidad, con Juan Ramiro Robledo a la cabeza (él y
Dip pelearon contra García Julián la candidatura priísta,
y el comité nacional perredista creyó que rescatándolos
para su causa ganará alto porcentaje de votos, dándole a
Elías la candidatura a gobernador y a Juan Ramiro el primer lugar
de la lista de candidatos a diputados locales plurinominales).
LA CONFORMACION DE las futuras bancadas partidistas
también ha entrado en esa extraña espiral descendente: por
errores procesales cometidos en sus convenciones po-dría ser impugnada
la lista de candidatos a diputados de representación proporcional
del PAN e incluso quedar sin derecho al reparto de esas curules, y en las
cloacas del PRD local corre la versión de que poderosos personajes
del tricolor estarían dispuestos a comprar la voluntad de
tres candidatos perredistas a diputados locales de mayoría para
que renuncien a sus cargos e impidan que el citado Robledo, altamente indeseado
por el actual gobierno estatal, y el notario público Eduardo Martínez
Benavente, de raigambre navista política, no biológica, que
va en segundo lugar de la lista del sol azteca, lleguen al Congreso local.
COMO SE VE, en San Luis Potosí se necesita
un presidente de consejo electoral estatal fuerte, respetado y confiable.
Lo malo es que el actual, Dibildox Martínez, anda ocupado en explicar
que recibió dinero del gobierno estatal para sus empresas, pero
de buena voluntad.
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