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México D.F. Martes 3 de junio de 2003
EVIAN: VISIONES DIVERGENTES
La
cumbre de mandatarios de los siete países más industrializados
del mundo, más Rusia (G-8), que terminó ayer en Evian, Francia,
a la cual asistieron por primera vez representantes de 11 naciones del
tercer mundo, entre ellas México, puso en evidencia las enormes
diferencias de perspectiva entre el gobierno de Washington y sus aliados
europeos y entre el bloque del G-8 propiamente dicho y sus invitados pobres.
El presidente estadunidense, George W. Bush, consiguió
su propósito de arrastrar al resto de países ricos a la percepción
paranoica y distorsionada que prevalece en la Casa Blanca sobre el terrorismo
y la proliferación nuclear como principales amenazas mundiales.
De hecho, Washington logró que el G-8 aprobara, como resultado más
importante del encuentro de Evian, el establecimiento de un Grupo de Acción
contra el Terrorismo (GACT) con el propósito de "reforzar la voluntad
política internacional y sensibilizar a otros países sobre
la cooperación antiterrorista", es decir, imponer al resto del mundo
las ideas fijas de la administración de Bush.
El mandatario francés, Jacques Chirac, anfitrión
del encuentro, si bien respaldó la iniciativa estadunidense, puso
el acento de la reunión en la cooperación internacional,
la presencia en Evian de dignatarios de países en vías de
desarrollo y la necesidad de enfrentar problemas mundiales mucho más
importantes y graves que el terrorismo, como el hambre y el sida, cuyas
víctimas anuales no se cuentan por centenares o miles, como es el
caso de los fallecidos en atentados, sino por millones o decenas de millones.
Una figura fundamental en la reunión realizada
en los Alpes franceses fue el presidente brasileño, Luiz Inacio
Lula da Silva, quien llevó al foro su propuesta de establecer un
fondo mundial contra el hambre financiado con impuestos a las ventas de
armas y con un porcentaje del servicio de la deuda de las naciones pobres.
Uno de los resultados más esperanzadores y menos esperados del encuentro
fue el inicio de contactos entre Brasil, India y Sudáfrica para
conformar un "polo del sur" trilateral orientado a presentar propuestas
alternativas de crecimiento desde la perspectiva e intereses propios de
las naciones en vías de desarrollo.
Por lo que hace a las previsiones económicas, los
funcionarios presentes en Evian se limitaron a formular pronósticos
más bien tímidos y desganados sobre una posible reactivación
de la economía mundial en el segundo semestre de este año,
es decir, a partir del mes entrante.
En suma, la creciente politización del G-8 -instancia
originalmente concebida para hablar de economía- no se ha traducido
en compromisos efectivos y reales en favor de la democracia y los derechos
humanos en el mundo, sino en un fortalecimiento del autoritarismo policiaco
mundial que proyecta Washington en la hora presente, en tanto que los temas
de economía y desarrollo han quedado en segundo plano. Habrá
que seguir con atención el desarrollo del "polo del sur" propuesto
por Lula, iniciativa en la que seguramente podrán participar naciones
ricas interesadas en la cooperación y el desarrollo, y que tiene
mucho más que ofrecer a naciones como la nuestra que el club de
poderosos encabezado por Washington.
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