México D.F. Sábado 7 de junio de 2003
Fue como las llamadas a misa: algunos no creyeron, asegura el gobernador de Veracruz
Se alertó a la población sobre inundaciones: Alemán Velasco
Para Pemex, el accidente fue consecuencia de un fenómeno meteorológico impredecible
Gobierno y paraestatal confirman el deceso de cuatro personas, 56 lesionadas y 28 desaparecidas
DE LOS CORRESPONSALES
Nogales, Ver., 6 de junio. Las secretarías de Salud y Protección Civil del estado informaron que la explosión del gasoducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), ocurrida el jueves en este municipio, produjo la muerte de cuatro personas, 28 desaparecidos, 56 lesionados y siete tráileres quemados, uno de ellos conocido como nodriza, que transportaba 13 automóviles último modelo.
El desbordamiento del río Chiquito, que ocasionó indirectamente el percance, dejó a su vez al menos mil viviendas inundadas, por lo que alrededor de 3 mil personas fueron ubicadas en albergues en las cabeceras municipales de Orizaba, Nogales y Ciudad Mendoza, donde permanecían hasta anoche.
Luego de decretar el Plan DN-III, el Ejército mantiene acordonada el área del siniestro, al que las autoridades estatales declararon zona de desastre y en alerta sanitaria ante el riesgo de que aparezcan brotes infecciosos, debido a que el fenómeno también arrasó depósitos y redes de agua potable.
Por la mañana, el gobernador Miguel Alemán Velasco sobrevoló los municipios dañados, para lo cual suspendió el desayuno que tenía programado con motivo del Día de la Libertad de Expresión. También estuvo en la zona de desastre el director de Pemex Refinación, Juan Bueno Torio, e integrantes del Consejo Estatal de Protección Civil.
Tras sostener una reunión de evaluación con las autoridades de Protección Civil en Nogales, Alemán Velasco dijo que el número de muertos fue de cuatro, no cinco.
Pero dijo que los decesos podrían incrementarse debido a la gravedad de las quemaduras de segundo y tercer grados de los internos en diversos hospitales de la región, de Puebla y de la ciudad de México.
Alemán Velasco mencionó que hace 15 días había una situación extrema, por la sequía que afecta a la mayor parte del estado "y ya había una alerta para la población de que habría problemas de inundaciones; se notificó a toda la población, aunque algunos no lo creyeron".
ayuda a los deudos
Alemán Velasco aseguró que se brindará todo el apoyo a los deudos de las personas fallecidas y a los damnificados. Agregó que se ofrecerán viviendas a las familias asentadas en zonas federales o sitios de alto riesgo, "y ojalá se hubiera podido evitar este siniestro, aunque se avisó con tiempo a la población, pero es como las llamadas a misa".
El alcalde de Nogales, Guillermo Mejía Peralta, refirió que el accidente se originó cuando un "golpe de agua" desbordó la corriente del río Chiquito y arrastró troncos y piedras que fracturaron el gasoducto. La posterior volcadura de un vehículo generó la explosión.
Gas y gasolina se derramaron por el río y la energía eléctrica fue suspendida para evitar una explosión mayor. Decenas de vehículos fueron consumidos por el fuego y en la colonia Aquiles Serdán el agua casi cubrió varias viviendas. Mientras que en La Balastrera el agua subió de dos a cinco metros y la comunidad se encontraba incomunicada hasta la madrugada del viernes.
El alcalde aseveró haber visto seis vehículos con gente adentro arrastrados por el agua y agregó que el alud llevaba roca,s, animales y restos de casas destrozadas. Informó que había 15 personas con quemaduras de segundo y tercer grados.
El desbordamiento ocurrió aproximadamente a las 19 horas y afectó el centro de Nogales. Una hora después, en La Balastrera explotaron los ductos originando un incendio que afectó a miles de personas de los municipios de Nogales, Ciudad Mendoza y Huiloapan. "Hasta brincó el puente de la autopista con la explosión", expresó el alcalde, quien agregó que de inmediato la gente comenzó a ser evacuada.
El gobierno del estado envió brigadas de médicos, comida, agua y cobertores a los damnificados, y anunció que apoyará con viviendas a las familias que perdieron sus hogares.
Hasta después del mediodía, muchas casas y comercios que fueron devastados por la explosión ocurrida en el kilómetro 255 de la autopista Puebla-Orizaba permanecían abandonados.
La tarde del viernes, los damnificados que radican en La Balastrera, El Encinar y Cecilio Teherán, municipio de Nogales, permanecían sin recibir ayuda del gobierno estatal, de Pemex o del Ejército, cuyos elementos sólo se limitaron a acordonar la zona del incidente.
Luego de la explosión, el secretario de Seguridad Pública, Alejandro Montano Guzmán, y el subsecretario de Protección Civil, Luis Sardiña Salgado, así como el coordinador del sistema de emergencia 066, Manuel Pozos Castro, se trasladaron hasta el lugar del siniestro, hasta donde también llegaron elementos del Ejército, Cruz Roja, Bomberos, Policía Federal Preventiva y Protección Civil estatal y municipales.
Sardiña Salgado refirió que hay al menos 3 mil personas damnificadas que fueron trasladadas a albergues en Orizaba, Ciudad Mendoza y la cabecera municipal de Nogales.
El secretario de Salud estatal, Mauro Loyo Valera, reportó 56 lesionados, incluidos 14 menores, de los cuales quedaban 22 en hospitales de la zona y cuatro en nosocomios de Puebla y el de Pemex en la ciudad de México.
El subprocurador regional de la zona Centro-Córdoba, Marino Reyes, informó que los fallecidos son Atalo Núñez Contreras, de 70 años, por paro cardiaco; Daniel Vargas, de 98 años, de broncoasfixia; Víctor Hernández, de 28 años, ahogado. El nombre del cuarto muerto no fue proporcionado.
Promete Pemex indemnizar
El primer funcionario de alto nivel de la paraestatal que apareció en la zona siniestrada fue el director de Pemex Refinación, Juan Bueno Torio, quien aseguró a La Jornada que la empresa indemnizará a los damnificados, pero declinó dar detalles.
Confirmó que tres de los cinco ductos que pasan por la zona resultaron afectados por la explosión; el tubo conductor de gas se rompió por la fuerza del lodo y el agua, al llegar el gas a la carretera, una chispa provocó la explosión.
Posteriormente, Rafael Fernández, director corporativo de Seguridad Industrial y Protección Ambiental de Pemex, deslindó de la tragedia a la empresa porque, dijo, se trató de un efecto natural y que los ductos se rompieron cuando el caudal del río se desbordó y arrastró troncos, priedras y un alud de lodo que provocó la explosión.
La paraestatal dijo que los daños son considerables y que deben apresurarse los trabajos para la rehabilitación, ya que este gasoducto surte la zona centro del país. ANDRES T. MORALES, GUADALUPE LOPEZ Y JORGE MACHUCA, CORRESPONSALES
|