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México D.F. Martes 10 de junio de 2003

Apuestan los distribuidores por las cintas de entretenimiento, expresa a La Jornada

La censura económica, máximo peligro para el cine de reflexión: Costa-Gavras

El realizador presenta en México su nueva película Amén, que se exhibirá en el festival de verano de la Filmoteca de la UNAM ''No se puede mentir con las historias''

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Los directores que buscan hacer cine reflexivo enfrentan ''un riesgo enorme: la censura económica, porque no se puede luchar contra ella", afirma el director grecofrancés Constantin Costa-Gavras, quien se encuentra en México para presentar su nueva cinta Amén dentro de la versión 10 del Festival de Cine de Verano de la Filmoteca de la UNAM.

El cineasta, reconocido por tratar temas polémicos, expresa en entrevista con La Jornada: ''El dinero viene de los grandes financieros, como los distribuidores, y éstos quieren ver cada día más cine de entretenimiento, del que no causa problemas y que todos pueden ver. Como esas películas que pasan en los aviones, que las personas ven sin hacer preguntas. Eso provoca una autocensura, algo peor que la censura".

Amante de buscar en sus filmes más preguntas que respuestas, Costa-Gavras (Loutra Iraias, Grecia, 1933) mantiene su postura crítica ante temas como la guerra en Irak y la globalización -de ésta afirma que el dinero ha tomado el poder que antes tenían los militares en las dictaduras-, o la situación económica en Argentina.

Es un cineasta de metáforas: en Missing (Desaparecido, 1982) recurrió al caso de un periodista estadunidense para hablar de todos los desaparecidos en la dictadura chilena; en El cuarto poder retrata la decadencia de los medios de comunicación en Estados Unidos para referirse a la de todos los países. Su película Z es su manifiesto contra la dictadura militar griega y, por tanto, contra todas las dictaduras militares. En Amén, su más reciente largometraje, habla del silencio del Vaticano ante el asesinato de millones de personas cometido por los nazis, convirtiéndola en una reflexión sobre el silencio que domina al mundo ante matanzas como la de Ruanda (1994). Lo más difícil de hacer sus películas, catalogadas dentro de la ola de cine político, que tuvo su auge en la década de los 60, ''no son los temas. La dificultad está en encontrar las historias para hablar de esos temas. La historia que quiero contar debe tener un tema fuerte. Los filmes que quiero hacer deben ser, además, una verdad porque no se puede mentir con las historias: no se pueden inventar diálogos o personajes que no son creíbles o que no existan".

El cine siempre es político

Se puede hablar en cine de la globalización, de los golpes militares en Grecia (1967) o en Chile (1973), el conflicto palestino-israelí -como hizo en su película Hanna K, que no se ha exhibido en el mundo por falta de distribuidor- o la guerra en Irak, ''encontrando una buena historia o creando un guión como metáfora, pero no siempre es fácil".

En cuanto a la intervención estadunidense en Irak, el realizador advierte que es necesario que pase algún tiempo porque ''es un asunto reciente y no se puede hacer un filme sobre ese país en este momento. Además, no soy muy optimista respecto de lo que va a pasar con Irak en el futuro".

Costa-Gavras comenzó su carrera cinematográfica con el filme Les rates en 1958; siguieron, entre otros, Compartiment tueurs (1965); Un homme de trop (1967); Z (1969); La confesión (1970); Estado de sitio (1973); Sección especial (1975); Clair de femme (1979); Desaparecido (1982); Hanna K (1983); Consejo de familia (1986); Traicionados (1988); Music box (1989); Mad City (1997) y Amén, cinta que causó revuelo por el cartel -en el que se ve la cruz cristiana mezclada con la cruz gamada nazi- y el tema del que se ocupa: la complicidad por omisión del papa Pío XII ante los crímenes del régimen de Hitler.

Explica que su cine es político en el sentido de que ''todas las películas tienen la filosofía de sus autores. Ahí siempre hay un contenido político. Claro que la gente piensa cuando se habla de política que es por cuál partido o candidato vota. La política no es eso. Es la imagen que damos a la sociedad, particularmente a los jóvenes que van a ver las películas. Cuando van a ver una película de Schwarzenegger o Hulk o muchos de los ejemplos recientes, que dan la impresión a los jóvenes de que todo se puede hacer, es tremendo.

''Me parece que en todos los países se han creado grupos de jóvenes que actúan como gánsters. ¿Dónde hemos visto eso? Lo hemos visto en las películas en las que se ha glorificado la violencia. Claro que al final de las cintas estadunidenses esas organizaciones son eliminadas, pero finalmente se crea siempre la voluntad de ser mejores que ellos. Dicen: 'nosotros podemos hacerlo mejor'. El cine es una escuela, en eso es político siempre."

No se trata tampoco de que esté peleado con el cine de entretenimiento: el cine político o de exploración social, como también se le ha llamado después del boom de los años sesenta, ''es también cine de divertimento. Tomemos el caso de las películas de Charles Chaplin, Buster Keaton, las tragedias griegas o los clásicos como Molière, quienes hablan de la sociedad pero de una manera divertida. No hay contradicción. Hay que tomar en cuenta a qué se le llama entretenimiento: la diversión de ir a Disneylandia, de ver el futbol o de ir al circo, claro que son posibles, pero el cine es arte, un arte que es muy popular, pero que tiene un papel fundamental en la sociedad. Claro que muchos directores tratamos de continuar haciendo ese tipo de cosas que mezclan la reflexión y el entretenimiento".

Más de 40 años en el séptimo arte

Acaba de cumplir 70 años y más de cuatro décadas de trabajo cinematográfico. En 2003 Costa-Gavras se ve a sí mismo como ''un cineasta, alguien que dice historias sobre la sociedad, que tiene una familia y que está cerca de ella. Creo que se puede conocer a las personas mediante su obra. Me gusta decir que lo que cuenta es lo que la gente hace. Me parece importante que las personas vivan su vida porque ésta tiene armonía con su obra. Eso es lo que soy".

Por el momento, prepara una nueva película de la que no quiso dar detalles, y el festival París-Cinema, que se realizará del 2 al 15 de julio próximo, periodo en el que se reducirán los precios de las entradas y se efectuarán retrospectivas, coloquios, estrenos y homenajes a Terry Gilliam (Brazil), al productor Daniel Toscan y al director Maurice Pialat. El país invitado es Italia.

(Amén tendrá una proyección especial este miércoles a las 19:30 horas en la sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario con la presencia de su director. El cupo es limitado. La película comienza su exhibición en el festival el 13 de junio en esa misma sala y después en otros cines. Su estreno comercial será el 8 de agosto.)

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