México D.F. Jueves 12 de junio de 2003
Estreno mundial de El palacio imaginado, de Hilda Paredes, en la Universidad de Yale
La ópera, única expresión que es ''el más fiel espejo de su época''
Impunidad, abuso de poder y machismo, entre los temas abordados en esa partitura
En Europa existe poca o nula conciencia sobre la realidad latinoamericana, dice la compositora
ANGEL VARGAS
Ninguna de las expresiones artísticas, a excepción de la ópera, ha logrado erigirse y mantenerse como el más fiel espejo de su tiempo, asume la compositora mexicana Hilda Paredes (Tehuacán, Puebla, 1957), quien, con esa convicción, escribió El palacio imaginado, la cual será estrenada mundialmente este jueves en Estados Unidos, como acto inaugural del octavo Festival Internacional de Artes e Ideas de New Haven, Connecticut.
Se trata de la segunda ópera de la artista (precedida por La séptima semilla) y se basa en el cuento homónimo de la escritora chilena Isabel Allende. En esa ópera se abordan temáticas de índole político y social, como las condiciones de abandono en las que viven los pueblos indígenas en Latinoamérica, los efectos de los regímenes totalitarios, el concepto trastocado de democracia, el papel de la mujer en la sociedad y el choque entre el Primero y el Tercer mundos.
El libreto fue realizado por la escritora mexicana Adriana Díaz Enciso y en él se incluyen poemas en zapoteco, mazateco y maya de Natalia Toledo, Juan Gregorio Regino y Briceida Cuevas Cob, respectivamente, así como fragmentos de una compilación de embrujos mayas intitulada El ritual de los Bacabe, de cuya selección se encargó la propia compositora.
Obra escrita ex profeso
La obra se divide en tres actos, tiene 12 escenas y una introducción; es bilingüe (está escrita en español e inglés) y dura 90 minutos. Tres son los personajes principales (un bajo, un contratenor y una soprano), y su dotación orquestal es de 18 músicos, además de medios electrónicos.
Fue escrita ex profeso para el grupo vocal alemán Neue Vocalsolisten de Stuttgart que, fundado en 1994, se ha consolidado como uno de los más virtuosos intérpretes de música contemporánea en el mundo.
Su historia se desarrolla en ''un pueblo ficticio de un país ficticio ubicado en Latinoamérica, que es gobernado por un dictador llamado El Benefactor y en el que los nativos que no murieron por las enfermedades y las matanzas son tan pobres que nadie se ha molestado en imponerles tributos; son tan débiles que no son considerados para la guerra, y se han vuelto tan diestros en el arte del disimulo que la historia no los registra", señala Paredes, vía telefónica, desde New Haven.
''Son personajes indígenas que han subsistido en el silencio, en la invisibilidad y así es como han logrado preservar su identidad cultural y espiritual, y su vida."
Durante el desarrollo de la trama se hace énfasis en situaciones de impunidad, abuso de poder, machismo, la ambición desmedida de las clases gobernantes, el afán de las potencias por mantener el colonialismo en el Tercer Mundo y las imposiciones culturales contra las poblaciones.
Abordar tal visión política y social, sin embargo, no fue el objetivo inicial de Paredes, cuando decidió comenzar a crear la obra, hace tres o cuatro años, aunque la tenía visualizada como proyecto desde hace una década.
Crudeza y sentido del humor
''Mi intención original no era hacer algo político, sino que escogí ese cuento de Isabel Allende porque vi que con él podía tratar temas que me son muy cercanos al corazón y a mis preocupaciones", abunda Paredes.
''Desde hace muchos años no vivo en México -tiene más de una década de residir en Londres-, pero eso no significa que no piense o no me preocupe por mi país. Es por eso que el contexto dramático de esta ópera me interesa mucho, porque al vivir en Europa advierto que existe poca o nula conciencia sobre la realidad latinoamericana.
''Me di cuenta, por ejemplo, que durante el juicio a Pinochet la gente desconocía lo que había sucedido en Chile. Circunstancias como ésa me han empujado más a tomar esta temática. Digamos entonces que esta obra es política por consecuencia."
De acuerdo con la compositora, los aspectos políticos y sociales son intrínsecos a la ópera desde su nacimiento y por ello, indica, es un arte que resulta uno de los más fieles espejos de su época.
Explica que su propuesta, en este caso, no es hacer drama, sino todo lo contrario; por esa razón, en El palacio imaginado, las situaciones por crudas que sean se manejan con ''mucho sentido del humor", en lo musical, en el libreto y el montaje.
Hilda Paredes pudo hacer posible esta obra gracias al apoyo de instituciones como el Festival Internacional de Artes e Ideas de New Haven, el Musik der Jahrhunderte, de Alemania, y la English National Opera, del Reino Unido, así como a una beca del Guggenheim Fellowship.
El estreno de El palacio imaginado tendrá lugar en el auditorio de la Universidad de Yale, con la actuación del Neue Vocalsolisten de Stuttgart, la dirección musical del alemán Peter Hirsch y la escénica del venezolano Carlos Wagner, y la escenografía del mexicano Mauricio Elorriaga, así como la participación de la Orquesta Sinfónica de New Haven.
Después de ofrecer tres funciones más en ese lugar, la obra será presentada los días 27 y 28 de junio en Stuttgart, Alemania, con el único cambio de que la música estará a cargo del Collegium Novum de Zürich, Suiza.
Paredes expresa su intención de traerla a México, aunque no quiere adelantar vísperas. Lo único que puede decir es que no será este año, sino en 2004.
|