México D.F. Jueves 12 de junio de 2003
El tanto de los michoacanos cayó en tiempo de compensación por conducto del Bofo
Un inspirado Monterrey se apuntó 3-1 el juego de ida de la final sobre Morelia
Gol tempranero de Walter Erviti y luego anotaciones de Guillermo Franco y Héctor Castro
MIGUEL ANGEL RAMIREZ ENVIADO
Monterrey, NL, 11 de junio. Al borde del infarto tenía Monterrey esta noche a Morelia. Sin embargo, una anotación de Adolfo Bautista en tiempo de compensación volvió a contar entre los vivos a Monarcas para el partido de vuelta de esta final.
El 3-1 le abre las puertas del templo que tiene vedado desde hace 17 años a la Pandilla -su último título fue en 1986-, aunque todavía no de par en par.
Impulsados por un optimismo desbordante los Rayados no pudieron tener un inicio más prometedor. Fue como un sueño para los locales ver que apenas al minuto uno de juego Alex Fernandes llegó por la banda derecha y mandó un centro al área.
No hubo inmediatamente quién rematara, pero Mario Ruiz la hizo de cómplice, pues bajó el balón sólo para que lo sorprendiera Walter Erviti y abriera el marcador.
La inmensa mayoría de blanquiazules que mostraron insuficiente cupo del estadio Tecnológico sintieron que este ataque no era una amenaza sino una declaración de principios. Pero las ilusiones de otra noche arrolladora se opacaron un poco en este periodo.
La visita vacunó a los regiomontanos con pases laterales y no prestándoles el balón para que no les hicieran más daño. Además respondieron rápido al frente. El portero Martínez rechazó un tiro de Navia al minuto cuatro y 20 minutos después otro igual de peligroso de Humberto González.
Morelia pasó a tomar el rol de equipo local, pues era el que buscaba alguna rendija para llegar al arco de Martínez. La Pandilla se metió en su campo y no dejaba pasar ni el aire. Al ataque Monterrey buscó siempre a Arellano por el sector derecho y abusaron en lo estériles pelotazos al área.
Instantes antes de irse al descanso apareció la chispa de Franco; de un taconazo en los linderos del área, pero Alex Fernandes no pudo estar puntual a la cita.
Así, de esta primera parte se terminó recordando más a las chicas rayadas que además de numerosas harían manotear a un manco.
Al reanudarse el trámite la maquinaria de Morelia volvió a fallar muy pronto. Transcurría el minuto 47 cuando Arellano cobró un tiro de esquina por la derecha y un cabezazo fulminante de Guillermo Franco puso el tanteador 2-0.
Parecía que Monarcas volvía a ajustar pronto y al minuto 50 Bautista se plantó solo ante el portero Martínez, aunque finalmente fue despojado del balón.
Pero al 56 dio la impresión que los jefes del infierno se llevarían a los visitantes. El árbitro Felipe Ramos Rizo marcó un penal por falta de Darío Franco sobre Luis Pérez.
El Pirata Castro se encargó de convertirlo con tiro a la derecha del portero Muñoz, quien se lanzó al lado contrario. El 3-0 disfrazó de magia la labor de la Pandilla. Era una gran ventaja y el público quería el cuarto gol.
La magia de Morelia, en cambio, seguía extraviada por más movimientos que hizo el técnico Rubén Omar Romano. Su mérito fue no claudicar nunca y cuando ya se habían agotado los 90 minutos reglamentarios vino un disparo que obligó a un gran lance de Martínez.
En la siguiente jugada el guardameta ya no tuvo éxito para detener ese tiro cruzado, luego de una media vuelta de Bautista en el área. Fue el 3-1 con el que se irán al encuentro final del sábado, el de la última esperanza.
Y mientras el técnico Daniel Passarella confesó que no salía tan contento por el gol en los instantes finales, los del Morelia reconocieron que el tanto de Bautista fue oxígeno puro.
"Esto nos dio vida", señaló Romano, quien consideró que su equipo fue el que propuso el partido, pero el rival aprovechó sus errores y el árbitro pecó de rigorista en el penal. Para Humberto González fueron sus descuidos "y los regalos del árbitro los que provocaron este marcador".
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