México D.F. Viernes 13 de junio de 2003
El protagonista de Matar a un ruiseñor
tenía 87 años; desde 2000 estaba retirado
Hollywood perdió a su mayor héroe, murió
Gregory Peck
El actor siempre estuvo involucrado en impulsar causas
sociales Detestaba ser encasillado en un solo rol, por lo que buscaba
interpretar una gran variedad de personajes
DPA Y AFP
Los Angeles, 12 de junio. Gregory Peck, actor nombrado
este mes en Hollywood como "el mayor héroe" por su trabajo en la
película Matar a un ruiseñor por la que ganó
un Oscar en 1962, falleció a los 87 años. La noticia fue
confirmada este jueves por su portavoz, Monroe Friedman, quien indicó
que la muerte le sobrevino durante la noche.
El actor, conocido como "el hombre más guapo de
Hollywood", recibió además varios Globos de Oro además
del Oso de Oro del festival de Berlín, en 1993, por su trayectoria.
Peck nació bajo el nombre de Eldred Gregory Peck
en la ciudad californiana de La Jolla, cerca de San Diego, el 5 de abril
de 1916. Para complacer a su padre, un farmacéutico de origen irlandés,
estudió medicina en la Universidad de California en Berkeley.
El director teatral de la universidad le puso el ojo al
atlético y alto Peck y le pidió que interpretará un
rol en una obra de la institución. Peck terminó actuando
en cinco piezas en su último año universitario y se fue tan
rápido a Nueva York que le tuvieron que enviar por correo su diploma.
Exitoso debut en Broadway
En 1942 debutó en Broadway y las críticas
a su interpretación llamaron la atención de Hollywood que
en ese entonces buscaba jóvenes talentos para remplazar a los actores
más veteranos.
Sus
primeras películas no fueron muy exitosas, pero Las llaves del
reino, en la que interpretó a un sacerdote que trabajaba en
China, llamó mucho la atención de los expertos.
Pronto se convirtió en el centro de atención
y varios de los mejores productores y directores de Hollywood lo convocaron
para participar en sus películas.
Alfred Hitchcock y David Selznick le dieron un rol junto
a Ingrid Bergman en Spellbound (1945), donde interpretó a
un amnésico que cometía un asesinato, y en Duelo al sol
(1947) con Jennifer Jones.
En 44 años de carrera realizó más
de 50 películas con varias divas de la gran pantalla, incluyendo
a Ava Gardner en The snows of Kilimankjaro, Sophia Loren en Arabesque,
Audrey Kepburn en Roman holiday, y Lauren Bacall en Designing
women.
También interpretó al capital Ahab en Moby
Dick, dirigida por John Huston, pero fue gracias a su actuación
como un abogado que defendía a un hombre negro acusado erróneamente
en Matar a un ruiseñor que ganó la estatuilla dorada
como mejor actor en 1962.
Su última participación en una película
fue en el rol de Ambroce Bierce, con Jane Fonda, en Gringo Viejo, dirigida
por Luis Puenzo -basada en la novela homónima de Carlos Fuentes-,
aunque en 1991 apareció en la nueva versión de Cabo de
miedo, de Martin Scorsese.
Más allá de su carrera actoral, Peck se
involucró en varias causas liberales y fue citado como posible candidato
demócrata para gobernador de California. También fue uno
de los fundadores del Instituto de Cine estadunidense. Entre 1967 y 1970
fue presidente de la Academia de Artes y Ciencias, que entrega los premios
Oscar.
Luego de un primer matrimonio en 1942, Peck se casó
nuevamente en 1956 con Vironique Passani, una periodista francesa que lo
entrevistó en Roma en 1953. Gregory Peck tenía cuatro hijos,
uno de los cuales murió.
"No estoy obsesionado con mi edad y no pienso en mi muerte.
Estoy al tanto de que es otoño. Pero no me molesta. Sólo
hago las cosas que realmente disfruto", dijo hace varios años.
"Amo mi trabajo, a mi esposa, a mis hijos y a mis amigos.
Y me digo: 'Eres un hombre con suerte Gregory Peck, un hombre muy afortunado.
El nombre del juego es entretener -nunca aburrir- y hacerlo bien, con experiencia,
precisión y profesionalismo".
Décadas antes de George Clooney y Richard Gere,
Peck era el "hombre más guapo de Hollywood". E incluso a su edad,
con 1.90 metros de estatura, seguía teniendo una buena presencia.
Su atractivo, que incluso a él mismo le resultaba embarazoso, le
encaminó hacia el teatro.
En una ocasión un profesor que enseñaba
teatro en la Universidad de Berkeley le dijo: "joven, su lugar es nuestro
escenario." Entonces Peck dijo que no sabía nada de actuación
y la respuesta del profesor fue: "con su físico, eso no importa
en absoluto."
Años más tarde, cuando llegó a Hollywood,
el actor se esforzó por desarrollar un amplia gama de personajes.
Quería demostrarse a sí mismo y a otros el dominio que tenía
de su propia profesión.
"Es el actor que trabaja más duro de los que conozco",
dijo el realizador Henry King. Con cuidado, Peck intentó evitar
ser encasillado en el prototipo de héroe y se convirtió en
una de las estrellas más versátiles de la gran pantalla.
Rechazó en 1952 el suculento rol protagónico
de High noon, porque justo antes había interpretado a un
héroe del western. Cuando Gary Cooper recibió el Oscar
por el papel, Peck lo felicitó sin ningún tipo de envidia.
Pese a una serie de éxitos de taquilla y estar
seleccionado en cinco ocasiones para el Oscar, tuvo que esperar diez años
más para recibir su estatuilla.
Aunque protagonizó trabajos más comerciales,
algunas de sus películas tenían un marcado acento social
y además de la anterior protagonizó la denuncia del antisemitismo
en Gentleman's agreeement de Elia Kazan, una de las pocas producciones
de Hollywood en contra del dictador español Francisco Franco, y
Behold a pale horse, de Fred Zinemman.
Decepcionó a la prensa rosa
"El era inteligente, sarcástico y con experiencia,
con mucha vida y muchos amores a sus espaldas, así como pesimista
en lo que respecta a la raza humana, aunque siempre un romántico."
Con estas palabras describió al escritor Ambrose Bierce, al que
interpretó en una de sus últimas películas.
En Gringo viejo (1989), dirigida por el argentino
Luis Puenzo, Peck -en el papel de Bierce- tuvo el placer de compartir cartel
con Jane Fonda y mostrar que un hombre de su edad todavía dejaba
huellas en las mujeres.
Unos 44 años antes, el maestro del cine de suspenso,
Alfred Hitchcock, lo había convertido en ídolo romántico.
Pero, por lo demás, Peck siempre decepcionó
a la prensa rosa. Su vida privada era un tabú con una única
y amarga excepción. Cuando su hijo Jonathan se suicidio en 1975,
Peck no pudo esconder lo abatido que estaba.
Oficialmente, el actor recién había comenzado
su jubilación en 2000. Con casi 84 años puso fin a sus galas
en solitario, en las que entretenía al público relatando
anécdotas de su carrera como actor. Hace sólo dos años
dijo bromeando que en el futuro rechazaría nuevos roles protagónicos.
Pero, agregó, que para papeles secundarios interesantes siempre
seguía disponible.
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